lunes, 9 de marzo de 2020

Friedrich I Barbarossa, Holy Roman Emperor ♛★Bisabuelo n°16M★ Ref: FI-1122 |•••► #ALEMANIA 🏆🇩🇪★ #Genealogía #Genealogy

Padre: Frederick II, Duke of Swabia

Madre: Judith of Bavaria



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16° Bisabuelo/ Great Grandfather de:
Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo
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 (Linea Materna)
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Friedrich I Barbarossa, Holy Roman Emperor is your 16th great grandfatheou→ Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo→  Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo
   →  Morella Álamo Borges
your mother →  Belén Borges Ustáriz
her mother →  Belén de Jesús Ustáriz Lecuna
her mother → Miguel María Ramón de Jesus Uztáriz y Monserrate
her father →  María de Guía de Jesús de Monserrate é Ibarra
his mother → Manuel José de Monserrate y Urbina, Teniente Coronel
her father →  Antonieta Felicita Javiera Ignacia de Urbina y Hurtado de Mendoza
his mother → Isabel Manuela Josefa Hurtado de Mendoza y Rojas Manrique
her mother →  Juana de Rojas Manrique de Mendoza
her mother → Constanza de Mendoza Mate de Luna
her mother →  Mayor de Mendoza Manzanedo
her mother →  Juan Fernández De Mendoza Y Manuel
her father →  Sancha Manuel
his mother →  Sancho Manuel de Villena Castañeda, señor del Infantado y Carrión de los Céspedes
her father →  Manuel de Castilla, señor de Escalona
his father → Elizabeth of Swabia
his mother →  Philip of Swabia
her father →  Friedrich I Barbarossa, Holy Roman Emperor
his father
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Federico I Barbarroja
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Este aviso fue puesto el 25 de marzo de 2017.
Federico I Barbarroja
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico
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Federico I con sus hijos.
Información personal
Nombre secular Federico de Hohenstaufen
Reinado 1155-1190
Nacimiento 1122
Cerca de Ravensburg
Fallecimiento 10 de junio de 1190
Río Saleph
Entierro Antioquía
Predecesor Conrado III
Sucesor Enrique VI
Familia
Dinastía Dinastía Hohenstaufen
Padre Federico II de Suabia
Madre Judith de Baviera
Consorte Adelaida de Vohburg
Beatriz de Borgoña
Descendencia Ver Descendencia
[editar datos en Wikidata]
Federico I de Hohenstaufen (Friedrich I, en alemán), llamado Barbarroja por el color de su barba; Barbarossa, en italiano, Rotbart, en alemán; (cerca de Ravensburg, 1122-Río Saleph, 10 de junio de 1190) fue desde 1147 duque de Suabia con el nombre de Federico III, desde 1152 rey de los Romanos y a partir de 1155 emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

El reinado de Barbarroja representó el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico, el primero que le dio ese nombre. Fue responsable de afianzar el poder imperial tanto dentro de Alemania como en el norte de Italia, cuyas ciudades-estado se habían hecho independientes de facto. También fue quien introdujo un cuerpo legislativo unificado, acudiendo de nuevo al derecho romano.

Sin embargo, la fama y el significado moderno de Federico Barbarroja está unido al nacionalismo alemán del siglo XIX. Barbarroja fue un referente para los nacionalistas alemanes que pretendían reunificar el país bajo un poder fuerte, como el del emperador. De hecho, la familia real prusiana pretendía legitimarse como soberanos de una Alemania unida por su relación con Barbarroja. Mientras Federico I era Rotbart o Barbarrossa, Guillermo I era Weißbart o Barbablanca.


Índice
1 Nacimiento
2 Vida
2.1 Duque de Suabia
2.2 Los primeros años
2.2.1 Las circunstancias de la elección de rey
2.2.2 Primeros pasos en la política imperial
2.2.3 Preparación para la coronación de emperador
2.2.4 El primer viaje a Roma
2.2.5 Cambios estructurales en el Imperio
2.3 La política italiana
2.3.1 El conflicto con el papado
2.3.2 La segunda campaña italiana
2.3.3 El cisma
2.3.4 Reconciliación con el papa y las comunas
2.3.5 La batalla de Legnano
2.4 El proceso contra Enrique el León
2.5 Cruzada y muerte
3 Programa imperial y pensamiento
4 Descendencia
5 La imagen posterior de Barbarroja
5.1 Historiografía
5.2 Sagas
5.3 Barbarroja en la literatura
6 Bibliografía
6.1 Fuentes
6.2 Fuentes secundarias
7 Véase también
8 Notas
9 Enlaces externos
Nacimiento
El lugar de nacimiento de Barbarroja no se conoce con certeza. Su madre, Judith de Baviera, de la Casa de los Güelfos dio a luz, según la única prueba documental, a su primer hijo en un castillo cerca de Altdorf, donde en la actualidad está la ciudad de Weingarten. Debido a que en la época era habitual que la madre diera a luz a los hijos en su patria, es probable que Federico naciera en la tierra de su madre. Sin embargo, no es seguro que este primer hijo fuera en efecto Barbarroja, debido a la elevada mortalidad infantil de la época.

Vida
Duque de Suabia
Como hijo del Hohenstaufen Federico II, el Tuerto, duque de Suabia, y de la güelfa Judith de Baviera, hija del duque Enrique el Negro de Baviera y Wulfhilda de Sajonia, Federico era heredero de las dos familias nobles enemigas que dominaban el Sacro Imperio en la época. Tras la muerte de su padre en 1147, se convirtió en su sucesor como duque de Suabia con el nombre de Federico III. Barbarroja continuó la política de su padre, concentrándose en los asuntos internos del ducado, mientras su tío Conrado III se dedicaba a mantener y aumentar su poder como rey. Durante las discusiones sobre derechos entre Conrado y los Güelfos, parece ser que Federico mantuvo una posición neutral o incluso que intervino para proteger a los güelfos de Conrado.

Los primeros años
Las circunstancias de la elección de rey
Tras la súbita muerte de Conrado III el 15 de febrero de 1152 en Bamberg, Barbarroja fue elegido rey de Alemania el 4 de marzo de 1152 en Fráncfort del Meno y coronado en la capilla del palacio real de Aquisgrán, que corresponde al actual edificio de la catedral, por el arzobispo de Colonia Arnoldo II de Wied el 9 de marzo.

Esta inusitada rapidez sólo se explica si se tiene en cuenta que Conrado III lo había planeado todo con anterioridad, en preparación a su viaje a Roma para ser coronado emperador. Pero los preparativos habían sido hechos para su propio hijo y no para Barbarroja, un procedimiento que era habitual para asegurar la continuidad dinástica debido al peligro que representaba un viaje largo. Según un testimonio escrito de Otón de Freising que ha llegado a nuestros días, Conrado cambió de opinión y finalmente decidió, poniendo el bien común por encima de los derechos dinásticos, proponer para la elección a rey a su sobrino Federico en vez de su propio hijo. Parece ser que temía que una regencia de su hijo de 8 años, visto el conflicto existente con Enrique el León, no trajese la deseada paz. Es dudoso que las explicaciones de Otón de Freising sean ciertas: Freising escribió su relato sobre las circunstancias de la elección cinco años después de la coronación de Barbarroja, cuando éste ya estaba firmemente asentado en el trono. Es más probable que Federico de Suabia supiera reunir los apoyos de los diferentes —y a menudo enemistados— partidos a base de diplomacia. Hay informes de diversas reuniones entre Federico y los grandes del reino durante el tiempo en que el trono permaneció vacante, y es posible que durante esas conversaciones prometiera cargos y tierras y ganara votos para su causa. Entre otros, su primo Güelfo VI consiguió, tras la entronización de Barbarroja, un ducado y el título de diversos señoríos en Italia (Spoleto, Toscana y las islas Cerdeña y Córcega). Enrique el León logró Baviera un poco más tarde, en 1156, como pago por su voto. Baviera, que había sido ambicionada por Enrique durante largo tiempo, había sido arrebatada a la casa de Bamberg en la Dieta de Goslar de 1154. Enrique II Jasomirgott, que había sido nombrado duque de Baviera por ser medio hermano de Conrado III, fue resarcido por la pérdida. Antes de la entrega de Baviera a Enrique el León, se separó la marca oriental y se convirtió en el Ducado de Austria, que fue entregado a Enrique II Jasomirgott. Enrique III Jasomirgott se convertía así de nuevo en duque y no era vasallo de Baviera. Además consiguió algunos derechos especiales (véase más abajo en Desarrollo y cambios estructurales en el reino). El duque Ladislao de Bohemia fue nombrado rey de Bohemia en anticipación a sus servicios. A Bertold IV de Zähringen se le confirmó la representación del rey en Borgoña y la promesa de derechos en el Jura.

Además, con toda probabilidad, los príncipes electores vieron en Barbarroja un candidato que, a través del parentesco con Güelfos y Hohenstaufen, conseguiría apaciguar ambas casas en conflicto. Por parte de madre era güelfo, ya que su madre Judith era hija de Enrique el Negro, duque de Baviera, y hermana de Güelfo VII; por parte de padre era Hohenstaufen, sobrino de Conrado III, primo de Enrique II Jasomirgott y de Otón de Freising. De ahí que Otón de Freising lo llamase "lapis angularis" o piedra angular.

Del anuncio de la elección escrito por Wibald, abad de Stablo-Malmedy y Corvey, para el papa Eugenio III, se puede obtener el programa de Barbarroja: su principal objetivo era la restitución de los privilegios de la Iglesia y la dignidad del Imperio (honor imperii y sacrum imperium). Pero no se trata de un pensamiento nuevo. Pasajes del anuncio de la elección de Conrado III son casi idénticos y el tema también aparece en un escrito recordatorio del papa de enero de 1152.

Primeros pasos en la política imperial
Inicialmente, Federico se concentró en la pacificación del Imperio y relegó a segundo plano la candidatura a la corona del Imperio. La primera dieta imperial la realizó después de la Pascua de 1152 en Dortmund, a la que asistieron el arzobispo de Colonia, Arnold II, el duque de Sajonia Enrique el León, el duque Güelfo VI y Albrecht el Oso. El rey se presentaba por primera vez como señor en la parte sajona del Imperio. Una segunda dieta tuvo lugar en junio del mismo año en Merseburg. En ésta se discutió el conflicto entre el arzobispo de Bremen, Hartwich, y Enrique el León, en el que se trataba del derecho a la creación de obispados en la costa báltica. No fue hasta la dieta de Goslar de 1154 cuando se acordó definitivamente que Enrique podía fundar obispados en su señorío. En Merseburg, Barbarroja también decidió la disputa sobre la sucesión al trono de Dinamarca a favor de Svend III y contra Knut, que estaba aliado con los Güelfos. El problema más importante de la política real, el conflicto entre Enrique el León y Enrique Jasomirgott por el ducado de Baviera, fue tratado, pero no fue solucionado. Así se desvió la expansión de los Güelfos hacia el norte.

A Merseburg siguió Ratisbona como siguiente estación de la gira inicial. Allí Federico recibió el homenaje de la nobleza bávara y llamó a la lucha contra Hungría, a lo que se negaron los príncipes. Probablemente el rey quería a través de este movimiento descargar a los Babenberg en su lucha contra los Güelfos en Baviera.

Preparación para la coronación de emperador
En octubre de 1152, en la dieta de Wurzburgo, Barbarroja fijó la fecha de su viaje a Roma para el otoño de 1154. Esta fecha tan tardía se explica habitualmente porque Barbarroja quería solucionar la querella entre los Babenberg y los Güelfos. Tras dar a conocer la fecha de su viaje a Roma, comenzaron las negociaciones entre Federico y la Curia Romana para fijar las condiciones para la coronación. El resultado fue el Tratado de Constanza, llamado así debido a que Barbarroja juró el documento en marzo de 1153 en la ciudad de Constanza. En el tratado, Barbarroja prometía someter a Roma y entregar la ciudad al papa, además de no firmar tratados de paz con los romanos o los normandos, restablecer y asegurar para el papa la soberanía sobre la Iglesia y enfrentarse a las ambiciones de Bizancio en Italia. Por su parte, el papa prometió coronar a Federico como emperador y apoyarlo en su ejercicio del poder, condenar al destierro a los elementos subversivos y participar en la expulsión de los bizantinos de Italia. El tratado tenía como fondo el peligro de que los territorios del sur de Italia pasasen como herencia a Bizancio, lo que hubiera creado una cabeza de puente del Imperio bizantino en la Península Itálica. Dentro de las negociaciones, Federico I consiguió además que el papa cambiara el arzobispo de Maguncia y los obispos de Minden, Hildesheim y Eichstätt, que eran cercanos al partido güelfo, por otros más de su gusto.

En septiembre de 1153, Barbarroja, a pesar de las condiciones del tratado de Constanza, reanudó las negociaciones con Bizancio, que databan de la época de Conrado III. El rey se ofreció a casarse con una princesa bizantina. Las negociaciones se paralizaron enseguida. El 9 de mayo de 1154, Anselmo de Havelberg viajó a Bizancio para salvar la posible alianza. Sin embargo, regresó pronto a mediados de 1155, por lo que Barbarroja todavía no tenía clara la política bizantina cuando comenzó el viaje a Roma.

En junio de 1154 Federico I convocó una dieta en Goslar. Enrique el León consiguió durante la reunión el derecho a investir obispos en territorios del Báltico. También en la cuestión del ducado de Baviera, Barbarroja decidió a favor de Enrique, aunque sin solucionar definitivamente el conflicto.

El primer viaje a Roma

Escudo de los emperadores de la casa de Hohenstaufen
En octubre de 1154 el ejército se puso en marcha hacia Roma. La situación en el sur de Italia había cambiado: Rogelio II de Sicilia había muerto en febrero y su hijo Guillermo I de Sicilia no era reconocido por el papa Adriano IV, a pesar de lo cual, Guillermo I continuaba negociando con la Curia Romana. Adriano temía una invasión bizantina del sur de Italia e insistía a Federico con el tratado de Constanza, a la vez que su enfrentamiento con el senado de la ciudad de Roma había empeorado. Federico y Adriano se encontraron por primera vez en Sutri, donde el rey alemán se negó a realizar el tradicional acto de humillación que se efectuaba al encontrarse con el papa, acto que consistía en llevar las riendas del caballo mientras el papa cabalgaba. Pero parece que este conflicto fue superado enseguida. Durante el camino común a Roma, el rey y el papa recibieron una comisión del senado de Roma que exigía el reconocimiento de la nueva constitución, el pago de 5000 libras de oro y además pretendía que el futuro emperador fuera coronado por la ciudad de Roma. Estas exigencias fueron rechazadas decididamente por Federico. En respuesta, la ciudad de Roma cerró sus muros al emperador y al papa, que solo tenía en aquella época bajo su control directo la ciudad papal extramuros en el Vaticano.

El 18 de junio de 1155, Adriano IV coronó a Barbarroja emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la basílica de San Pedro. Inmediatamente después de la coronación, el pueblo de la ciudad de Roma se levantó en armas, pretendiendo apresar al papa. Hasta la noche las tropas imperiales y papales lucharon contra los romanos. Tras la vuelta de la calma, Barbarroja no cumplió con el tratado de Constanza ni devolvió el poder sobre la ciudad al papa. Tampoco hubo ataque contra los normandos de Sicilia, a pesar de que enviados bizantinos, que habían contactado Federico I en Ancona para tratar sobre el matrimonio y una alianza, también habían exigido un ataque a Sicilia. Los príncipes que acompañaban al emperador se negaron a participar en un ataque. Toda otra negociación con Bizancio parece haber fracasado, ya que el Emperador de Oriente tomó contacto con los rebeldes de Apulia y olvidó las conversaciones con Federico I.

Como consecuencia del incumplimiento del tratado de Constanza, el papado y el emperador se enemistaron, lo que sería origen de discusiones futuras. Además, desde el punto de vista de Federico, la situación en Italia empeoraba. Con ayuda de los bizantinos, el levantamiento de Apulia se extendía. Los normandos peleaban con éxito contra los bizantinos y les arrebataron Brindisi, que había sido tomada por Bizancio poco antes. En vista de esta evolución, el papa Adriano IV se decidió a firmar el tratado de Benevento en 1156 con los normandos. En los siguientes años, los normandos se convirtieron en protectores del papa, sobre todo frente a la ciudad de Roma, y como consecuencia poniendo en entredicho la posición del emperador. Así, el tratado de Benevento se convirtió en un instrumento importante de la separación entre el emperador y el papa.

Cambios estructurales en el Imperio
Tras una decisión inicial en Goslar sobre el tema del ducado de Baviera a favor de Enrique el León, Federico I comenzó a negociar en septiembre de 1155 con Enrique Jasomirgott sobre la compensación por la pérdida del territorio. Al no llegar a ningún acuerdo, Barbarroja hizo jurar a los grandes de Baviera fidelidad a Enrique el León en Ratisbona. Formalmente el ducado quedó en manos de los Babenberg hasta el 8 de septiembre de 1156. A pesar de que Enrique Jasomirgott no quería renunciar a su señorío ni siquiera así, se llegó a un acuerdo hacia la Pascua de 1156, que se fijó por escrito en el Privilegium Minus: los Babenberg mantendrían el título de duque, pero tendrían que retirarse al antiguo margravato de Austria, mientras que los Güelfos conservarían el resto de Baviera. Así se dio el primer paso para el desarrollo de Austria como territorio independiente.

Antes del 2 de marzo de 1147, Federico se había casado en Eger con Adelaida de Vohburg, hija del margrave Diepold III de Vohburg y Cham y heredera del Egerland. El matrimonio, sin hijos, fue anulado en marzo de 1153 en Constanza, lo que no impidió que el emperador entregara Egerland a su primo Federico de Rotemburgo. Adelheid volvió a casarse con el miembro güelfo de la dieta de Ratisbona, matrimonio que está atestiguado entre 1152 y 1180.

El 17 de junio de 1156 Federico I se casó en Ravensburg de segundas nupcias con la menor Beatriz de Borgoña (1145 – comuna de johué (Dole), 15 de noviembre de 1184), hija del conde Reinaldo III de Borgoña y heredera al condado libre de Borgoña (actualmente el Franco Condado). Esta boda y los bienes que proporcionó, le dieron ese mismo año el título de conde de Borgoña y le permitieron cruzar los Alpes de forma más fácil por el oeste, pero apenas aumentaron su influencia en la zona. La coronación de Federico y Beatriz como reyes de Borgoña sólo se realizó el 20 de julio de 1178 en la catedral de san Trófimo de Arlés (él) y en agosto de 1178 en Vienne (ella).

Durante esta época, Federico cambió la estructura señorial en todo el Imperio. Por ejemplo, convirtió el fodrum, que la nobleza italiana debía entregar al emperador tras su coronación, en un impuesto regular. Junto con los pagos de las ciudades italianas, este movimiento dio un fuerte empujón a la naciente economía monetaria. También la estructura del ejército se modificó. Además de los nobles obligados por juramento, cada vez se emplean más soldados.

El poder territorial del emperador se extendió sobre todo por el aumento de los territorios reales en Turingia y por la fundación de las ciudades de Pegau y Chemnitz.

La política italiana
El conflicto con el papado

Barbarroja y sus hijos – Miniatura de la Crónica del Mundo
Su primer viaje a Roma no sólo sirvió para obtener la corona imperial, sino que, al igual que los cinco viajes siguientes, persiguió asegurarse del control absoluto de la Italia perteneciente al Imperio, sobre todo las ciudades lombardas. El objetivo era asegurar el honor imperii, que en resumidas cuentas eran los derechos señoriales del emperador.

Antes del viaje, Federico tuvo que reunir aliados. Así, por ejemplo, intentó mejorar sus relaciones con los Babenberg, que se habían tenido que retirar a Austria, con una fallida campaña militar en verano de 1157 en la que intentaba recolocar en el trono ducal de Polonia a Ladislao II, emparentado por matrimonio con los Babenberg. En enero de 1158 elevó al duque Ladislao II de Bohemia, también emparentado con los Babenberg, a rey de Bohemia. Se aseguró la buena voluntad del arzobispo de Brema decidiendo en contra del papa en la disputa entre el arzobispado de Bremen y el de Lund acerca de la supremacía sobre la iglesia en el norte del Imperio. Además permaneció inactivo cuando el arzobispo Eskil de Lund fue apresado en Borgoña durante su viaje de vuelta de Roma. A la vez, con ello pretendía influir en la disputa sobre la sucesión de la corona danesa.

En octubre de 1157 Barbarroja convocó una dieta en Besançon con el fin de subrayar sus derechos señoriales en Borgoña. Allí, dos legados papales exigieron la liberación de Eskil de las manos de los partidarios del emperador. Se produjo un escándalo a causa de un comentario - más bien secundario - en el que se denominaba como beneficium el título de emperador. Esto, que podía traducirse como feudo o como buena acción, fue traducido por Reinaldo de Dassel, desde 1156 canciller imperial y uno de los más íntimos confidentes del emperador, como feudo. Hay que señalar que los enviados papales se encontraban presentes y no protestaron por la traducción. Cuando, como consecuencia, se registró el equipaje de los legados, se hallaron numerosos privilegios previstos para los obispos alemanes, con los que se quería minar la autoridad del emperador a favor del papa. Estas dos provocaciones se convirtieron en puntos centrales de una campaña de propaganda contra el papado, con la que Federico consiguió el apoyo de la mayoría de los obispos alemanes. Estos prohibieron al clero la apelación a la curia romana.

Se desataron las hostilidades y comenzaron a publicarse escritos contra Adriano IV, postulando Federico I que el Papado debía subordinarse al Imperio. Se pretendía recortar la influencia del Sumo Pontífice, lo que venía bien tanto al emperador como a los obispos en su búsqueda de mayor independencia de Roma. La aclaración del Papa Adriano IV en junio de 1158, de que no había querido decir feudo, sino buena acción (Beneficium: non feudum, sed bonum factum) fue en vano. El papa tampoco pudo evitar la campaña italiana tomando contacto con Enrique el León.

La segunda campaña italiana
En septiembre de 1158, el ejército de Barbarroja golpeó Milán, en noviembre convocó un régimen en los campos de Roncaglia que debía regular la administración italiana. El emperador formó una comisión de expertos en Derecho de la Universidad de Bolonia (que era famosa por sus juristas) para que redactaran las llamadas leyes de Roncaglia. Para la realización de estas leyes, los juristas se apoyaron en el derecho romano y dieron preferencia a los derechos del emperador frente al ius commune. Según estas leyes, las comunas tenían que dejarse confirmar las regalías por el emperador, lo que dio origen más tarde a que varias ciudades se rebelaran. La dieta se considera como el inicio de una política estructurada de Barbarroja en Italia.

En la dieta y en el descanso invernal que le siguió, las visiones del Estado que tenían el emperador y el papa chocaron: tras la ampliación de la reestructuración administrativa de Federico hacia los territorios italianos reclamados por el papa, sobre todo a diferentes obispados y los Territorios de Matilde en la Toscana, así como el comienzo de negociaciones con la ciudad de Roma, en la primavera de 1159 apareció una delegación papal en la corte imperial para exigir que se retiraran esas nuevas regulaciones. Barbarroja desoyó a los legados con el argumento de que los obispos no poseían territorio propio, sino que sus señoríos se encontraban en territorio del Imperio, sobre el que él, como emperador, tenía la potestad. Al mismo tiempo, el papa inició negociaciones con Milán, que preparaba de nuevo un ataque militar al emperador, mientras que Barbarroja recibía, al mismo tiempo que a los legados papales, a una delegación de la ciudad de Roma.

El cisma
Federico envió a tratar con el papa Adriano a Otón de Wittelsbach. Pero antes de que pudiera actuar en Roma, Adriano IV murió el 1 de septiembre de 1159. El cónclave de cardenales estaba dividido, de forma que tras la votación, Alejandro III reclamaba el trono papal por el partido italiano y Víctor IV por el partido imperial. Alejandro obtuvo el apoyo de la mayoría de los cardenales, mientras que Víctor fue aclamado por el pueblo de Roma. Federico convocó en 1160 un concilio en Pavía para aclarar la cuestión de la sucesión. La acción se desarrollaba dentro de la idea imperial formulada por Federico, que se apoyaba en el derecho antiguo y en la tradición de los emperadores sálicos, por la que el emperador actuaba como abogado de la Iglesia y decidía en caso de elecciones papales reñidas. Sin embargo, incluso el derecho del emperador a convocar un concilio no estaba claro. A la vez, Alejandro envió escritos a todo el mundo cristiano para abogar por su derecho al trono. En febrero de 1160, el concilio se reunió en la catedral de Pavía. Los partidarios de Alejandro no fueron admitidos, por lo que Víctor fue confirmado como era de esperar. En general, el acuerdo del concilio fue ignorado en gran parte de Occidente por su escasa participación. Sobre todo el clero italiano y francés, así como una parte del clero alemán, no reconocieron el concilio ni a Víctor.

El cisma también tuvo consecuencias fuera de Alemania, ante todo en Francia e Inglaterra. En 1159 Federico invitó a Enrique II de Inglaterra y Luis VII de Francia a una solución común de la cuestión papal, con lo que intentaba conseguir avanzar la causa de Víctor. Estos intentos fracasaron al reconocer ambos monarcas a Alejandro.

Mientras, las luchas militares continuaban en Italia. Tras la capitulación de Milán en 1162 y su destrucción, Federico se encontraba en el punto máximo de su poderío militar en Italia. En vista de estas circunstancias favorables, planeó un ataque a Sicilia, aprovechando una revuelta de la nobleza local. Sin embargo, los preparativos se interrumpieron en junio, tras la victoria del rey normando sobre la nobleza y la imposibilidad de emplear la flota necesaria ocupada en la lucha entre Pisa y Génova.

Seguidamente Federico reforzó sus esfuerzos diplomáticos en Francia. El objetivo era un tratado de amistad y el reconocimiento de Víctor frente a Alejandro, huido a Francia. Se acordó una reunión entre el emperador, el rey y los dos papas para agosto de 1162 en el puente sobre el Saona en Saint-Jean de Losne. Si un papa no se presentaba a la reunión, el otro sería reconocido como legítimo. Alejandro se negó a participar en el encuentro, por lo que Luis VII pidió que se postergara. Federico convocó un concilio en el lugar previsto de la reunión, por lo que Luis se consideró liberado de sus promesas. Federico no consiguió imponer en el concilio a Víctor IV, lo que se considera la mayor derrota política de Barbarroja.

Tras la muerte de Víctor IV en abril de 1164, parecía que el cisma estaba resuelto. Sin embargo, dos días después, Reinaldo de Dassel hacía votar en Luca al cardenal Guido de Crema papa con el nombre de Pascual III sin el conocimiento de Federico I. Esta acción produjo una resistencia muy importante, sobre todo en la Italia septentrional, en la Confederación de Verona, pero también cada vez más en Alemania. Innumerables obispos y religiosos, ante todo en Borgoña, reconocieron a Alejandro. También nobles se pasaron al bando de Alejandro. El más importante fue Rodolfo de Zähringen, que ya había firmado una alianza con Luis VII en 1162. La principal razón era que a su hermano Berthold IV de Zähringen se le habían quitado numerosos derechos en Borgoña y a él mismo se le había negado el nombramiento del arzobispo de Maguncia.

La situación era cada vez más crítica y Federico reaccionó con un esfuerzo diplomático. En el centro de las discusiones con los reyes de Francia e Inglaterra estaba la liberación de Jerusalén en una cruzada. Así quería cerrar la brecha entre los reinos cristianos y la vez reducir las tensiones con Alejandro. Poco después de la Pascua de 1165, Rainaldo de Dassel visitó a la corte inglesa en Ruan y negoció el matrimonio de dos hijas de Enrique II de Inglaterra con un hijo de Barbarroja y uno de Enrique el León. Pero las demás negociaciones tomaron un camino sorprendente: Rainaldo siguió al rey Enrique II a Inglaterra y allí lo convenció de abandonar a Alejandro y reconocer a Pascual III. Como razón se señala la enemistad de Enrique II con Thomas Becket.

Inmediatamente después de su viaje a Inglaterra, Rainaldo logró en una dieta celebrada en Wurzburgo el Juramento de Wurzburgo: Federico y muchos príncipes y obispos, pero de ninguna forma todos, juraron no reconocer nunca a Alejandro III o a sus sucesores como papa. Se esperaba así un frente común con Inglaterra contra el papa. En la dieta, Barbarroja destituyó al arzobispo de Maguncia, Conrado. Seguidamente intentó imponer su postura en la región de Salzburgo, donde Alejandro mantenía el apoyo.

En paralelo a estas disputas políticas, Barbarroja intentaba dar un peso teológico a la parte alemana del Imperio. En 1164 se llevaron los huesos de los Reyes Magos a Colonia. En Navidad de 1165 Carlomagno fue santificado en Aquisgrán, para conseguir a través de un santo nacional una mejor legitimación, ya que Carlomagno tenía un papel importante en la idea que tenía Enrique del Imperio. Sin embargo, estos actos tuvieron poco eco en el exterior del Imperio.

Entretanto, el Juramento de Wurzburgo apenas tuvo impacto. Tampoco Enrique II de Inglaterra persiguió activamente a Alejandro, puesto que tras el asesinato de Thomas Becket (del que Enrique era por lo menos responsable en parte) el rey dependía del apoyo de Alejandro III, apoyado a su vez por la mayoría de los obispos ingleses.

En mayo de 1166 murió Guillermo I de Sicilia. Las luchas por la sucesión entre las diferentes facciones normandas paralizaron el reino, por lo que Alejandro III no podía contar con su ayuda. Federico aprovechó la situación para comenzar su cuarta campaña italiana. Esta campaña había sido preparada en marzo de 1166 en una dieta en Ulm, donde, gracias a la resolución de la disputa de Tubinga, se había comprometido a la mayoría de los grandes para que lo acompañaran a Italia. Rainaldo de Dassel y el arzobispo Cristian de Maguncia se dirigieron por el occidente de Italia contra Roma, mientras que Barbarroja sitiaba y finalmente tomaba Ancona para dirigirse hacia Apulia. Después avanzó igualmente hacia Roma, que conquistó en julio de 1167. Pascual coronó a la emperatriz en la basílica de San Pedro. Alejandro III huyó disfrazado de peregrino hacia Benevento.

Estando la situación así, se extendió una grave enfermedad entre las tropas (posiblemente malaria), de la que fueron víctimas personalidades importantes, como Federico de Rotemburgo, duque de Suabia e hijo del rey Conrado, y Güelfo VII. Federico pudo volver a Alemania con tan sólo restos de su ejército.

Las ciudades del norte de Italia se aprovecharon de la derrota del emperador. Ya en 1167 se habían aliado en la Liga Lombarda, fiel al papa Alejandro III y que era apoyada de forma masiva por Bizancio y los normandos.

En Alemania, la derrota de 1167 tuvo como consecuencia que Barbarroja asumiera el poder en numerosos territorios de los fallecidos, sobre todo en los territorios ducales de los Hohenstaufen en la alta Suabia. De esta manera surgió un cinturón de territorios pertenecientes a los Hohenstaufen y al emperador que separaba los territorios Güelfos de los territorios de los Zähringer. Federico ya había empleado una política similar en la región del Rin medio y el Mosela para aumentar su influencia, dando los condados de la zona a una rama lateral de los Hohenstaufen. Usaba de forma acertada la rivalidad entre los arzobispados de Tréveris y Maguncia y el empleo habilidoso de las tierras del emperador en el área. De esta época procede asimismo la llamada Libertad Áurea entregada al obispado de Wurzburgo, por el que el obispo obtenía el título y los poderes de un duque, pero el territorio no se convirtió en ducado.

Reconciliación con el papa y las comunas
En esta situación, Barbarroja reforzó sus negociaciones con Alejandro. No obstante, tras la muerte de Pascual III en otoño de 1168 se eligió a otro antipapa, Calixto III. Mientras Barbarroja se prepara para un acuerdo con Alejandro: en la pascua de 1169, su segundo hijo, Enrique, fue nombrado sucesor a la corona del Imperio. Es de suponer que Enrique debía reconocer a Alejandro, en tanto que Federico mantenía su posición y conseguía así un acuerdo cuando el trono cambiase de manos. Además, Federico intentó ganar a la corte inglesa y la francesa para mediar entre Alejandro y él. Los intentos de mediación de Eberhard de Bamberg y de los abades del Císter y Cluny (conferencia de Veroli de 1170) fueron inútiles: ni Federico aceptaba la legitimidad de Alejandro III ni este estaba dispuesto a abandonar a las ciudades lombardas a su suerte.

Para complicar más las cosas, Barbarroja seguía manteniendo la confrontación. En una queja de marzo de 1172, echó en cara a la Liga Lombarda y a los seguidores de Alejandro el querer entregar la corona imperial romana a Bizancio, lo que le sirvió de excusa para la quinta campaña italiana. La quinta campaña no se dirigió contra Roma, sino contra las ciudades del norte de Italia. Empero, esta vez el número de las tropas no fue suficiente para obtener victorias militares efectivas. El asedio a Alessandria no tuvo éxito. En 1175 hubo negociaciones en Montebello, que culminaron con un tratado de paz entre el emperador y la Liga Lombarda. Las ciudades se sometieron nominalmente, pero las decisiones se tomaban ante una comisión arbitral paritaria. Dicho acuerdo no fue duradero, ya que Barbarroja exigía la destrucción de Alessandria y las ciudades lombardas insistían que se incluyera al papa en las negociaciones.

La batalla de Legnano
En otoño de 1175 Federico reclamó tropas frescas desde Alemania. Sobre todo Enrique el León, como príncipe y señor de la cercana Baviera, se negó a enviar tropas. Había puesto como condición en Chiavenna que se le entregara Goslar con las ricas minas de plata. En la batalla de Legnano, el 29 de mayo de 1176, el emperador sufrió una humillante derrota a manos de las milicias comunales noritalianas. Federico tuvo que firmar la paz y aceptar la autonomía de facto de las ciudades.

Por mediación de los monjes cistercienses, Barbarroja mandó en otoño de 1176 una legación a Alejandro III, que debía negociar la paz en Anagni. Sin embargo, el papa sólo quería un acuerdo entre todas las partes afectadas, que, además de la Liga Lombarda, incluía a las restantes ciudades italianas, Sicilia y Bizancio. La exigencia de la participación de Bizancio fue pronto olvidada, después de que Manuel I de Bizancio fuera derrotado en 1176 por los musulmanes y se encontrara, por lo tanto, debilitado y fuera de poca utilidad para Alejandro. Al final de las negociaciones todavía estaba abierto el asunto del reconocimiento mutuo del papa y el emperador, es decir, la revocación del Juramento de Wurzburgo y de la proscripción de Barbarroja. El emperador aceptó retirarse de los territorios reclamados por el papa y devolver otros en Toscana. Alejandro III aceptó mantener las ordenaciones realizadas por obispos cismáticos.

Estos acuerdos no incluían ni las ciudades ni Sicilia. Con estas partes se continuó la negociación en Chioggia. Durante las negociaciones, el emperador consiguió que el papa renunciara a algunos de los territorios del tratado de Agnani. Así, el emperador mantendría 15 años el usufructo los territorios en la Toscana y la pertenencia de tierras al papa debería ser decidida individualmente por un comité arbitral. En compensación, Federico I prometió mantener la paz 6 años con la Liga Lombarda y 15 con Sicilia. En Venecia, en 1177, emperador y papa se encontraron personalmente para firmar la llamada Paz de Venecia.

La paz tuvo como consecuencia política la confirmación de la separación entre el territorio italiano y alemán del Imperio. La cuestión sobre quién tenía más autoridad, el papa o el emperador, quedó sin aclarar, pero el papa salió reforzado y el emperador debilitado del enfrentamiento. Sobre todo, la pretensión imperial de obtener el dominio sobre Roma fue prácticamente abandonada de facto.

Tras vencer el plazo dado en la tregua de Venecia, Barbarroja y la Liga Lombarda firmaron en 1183 la Paz de Constanza. El emperador tuvo que renunciar a muchas exigencias, pero a cambio pudo anclar la Liga firmemente en las estructuras del Imperio. La Liga se convirtió en una especie de comunidad de intereses de las ciudades del norte de Italia legitimada por el emperador. En la Paz de Constanza se convirtieron las regalías en pagos regulares, y las ciudades obtuvieron el derecho a elegir a sus propios cónsules, aunque debían ser confirmados por el emperador cada cinco años. En los años siguientes a la paz, la Toscana comenzó a convertirse en el nuevo centro de poder de Italia.

A finales de enero de 1186, durante la sexta y última campaña italiana del emperador, el hijo de Barbarroja, Enrique VI, se casó en Milán con Constanza, tía de Guillermo II de Sicilia. Los normandos esperaban que este matrimonio les diera una paz duradera con el emperador y un reconocimiento de su reino, mientras que Federico especulaba con que el reino pasara a su casa por herencia, ya que Guillermo II no tenía hijos. Tras la boda siguió una coronación de Enrique, muy similar a la coronación imperial. Esto debía permitirle reclamar la herencia siciliana por su cuenta y no sólo como marido de Constanza. Barbarroja había exigido anteriormente varias veces al papa Lucio III la coronación como emperador de Enrique estando él todavía vivo. En 1188, Clemente III coronaba a Enrique VI como emperador.

El proceso contra Enrique el León
En los últimos años de Federico, las relaciones entre él y su primo güelfo Enrique el León empeoraron progresivamente. Un paso importante en la degradación de la relación fue la negación de Enrique a enviar tropas a la quinta campaña italiana. Además Enrique realizó un contrato de herencia con Güelfo VI en 1175 o 1176, que debía asegurarle las posesiones italianas de su tío. En 1178 Barbarroja le compró a Güelfo VI sus territorios al norte de los Alpes y se los entregó seguidamente como feudos.

En enero de 1179, el emperador acusó a Enrique en la dieta de Worms de diversos delitos. Enrique elevó inmediatamente una contraacusación, en la que acusaba al arzobispo de Colonia, aliado de Barbarroja, de haber asolado las tierras cercanas a Hamelín. Formalmente la disputa era entre Enrique el León y el arzobispo de Colonia. No se llegó a una negociación efectiva, ya que El León no acudió a ninguna de las audiencias. Tras una primera advertencia en junio de 1179, en enero de 1180, en Wurzburgo, y frente a una reunión de príncipes, Enrique fue proscrito (Reichsacht). Como consecuencia se le retiraron todos sus feudos. El señorío de Enrique fue dividido: las tierras del norte de Alemania fueron divididas en 1180 en los ducado de Westfalia, que fue a parar al arzobispo de Colonia Felipe I de Heinsberg, y Sajonia, que fue a parar a Bernardo de Anhalt, de la casa de Ascania. En septiembre de 1180, Barbarroja nombró a Otón de Wittelsbach como duque de Baviera.

Enrique el León se opuso a la sentencia con medios militares, por lo que se llegó a una campaña militar en contra suya. Tuvo que someterse al emperador en noviembre de 1181, después de que la nobleza sajona y los aliados eslavos y daneses le abandonasen y la ciudad de Lübeck hubiese abierto las puertas al emperador. A finales de 1181 fue condenado de nuevo en la dieta de Erfurt por el emperador a 3 años de destierro, condena suave obtenida probablemente gracias a la presión de la nobleza.

A lo más tardar con la toma de Westfalia, Felipe de Heinsberg se convirtió en un problema para Barbarroja, ya que era el señor más poderoso de la mitad norte de Alemania. Es incluso posible que el arzobispo fuera la fuerza detrás del proceso contra Enrique el León. Ya en 1165 había intentado Barbarroja recortar el poder de Felipe. El apoyo a diferentes señores en el sur de los Países Bajos y en la zona del Mosela y el Mosa, además de las ciudades de Aquisgrán y Duisburgo, no habían servido realmente para ese fin. Así se muestra la debilidad estructural de la política de Barbarroja en Alemania: no fue el emperador el que se aprovechó de la caída de Enrique el León, sino diversos señores feudales.

En 1184 Barbarroja firmó una alianza con Felipe I de Flandes contra el rey de Francia Felipe II, en la que también participaba Enrique II de Inglaterra. El hijo de Barbarroja, Enrique VI, debía atacar a Francia, pero el movimiento de tropas tuvo que ser abortado cuando Balduino V de Hennegau se negó a que las tropas pasaran por sus tierras. Barbarroja evitó un enfrentamiento con Balduino, ya que lo necesitaba como contrapeso a Felipe de Heinsberg.

El arzobispo de Colonia, apoyado por el papa Urbano III, aprovechó la situación para oponerse a Barbarroja, sobre todo en el tema de la sucesión por herencia del título de emperador. El emperador, por el contrario, volvió a colocar a su hijo como regente de Italia en 1186 para concentrarse en Alemania. En noviembre de 1186, la mayoría de los obispos alemanes se adhirieron al emperador, lo que representó una derrota para el papa y el arzobispo de Colonia. Tras conseguir todavía en 1187 arruinar una alianza del emperador con los franceses contra el rey de Inglaterra, tuvo que someterse al emperador en marzo de 1188, en la dieta de Maguncia.

Cruzada y muerte
En la dieta de Maguncia también se decidió realizar una cruzada. En 1189 Federico partió, junto con Felipe II de Francia y Ricardo I de Inglaterra, a la Tercera Cruzada. Con ocasión de esta cruzada, parece que Federico I Barbarroja concedió el derecho de comercio y el privilegio de ciudad a un asentamiento comercial con mercado en la orilla occidental del río Alster, que había pertenecido anteriormente al duque Adolfo III de Schauenburg y Holstein. Este diploma es considerado como la fundación de Hamburgo, aunque la autenticidad del documento está en duda.

La regencia del reino fue ocupada por su hijo, Enrique VI. Además, Federico había desafiado en una carta del 26 de mayo de 1188 a Saladino de Egipto a una justa entre los dos en la llanura egipcia de Zoan y había propuesto el 1 de noviembre de 1189 como fecha. De esta manera, Federico partió con sus ejércitos con rumbo a Tierra Santa por vía terrestre. Como era de costumbre en las cruzadas hicieron una parada en el Reino de Hungría, que por lo general recibía a los soldados cristianos, aunque en repetidas ocasiones los cruzados atacaron y robaron muchas ciudades húngaras forzando a los reyes a repelerlos. En esta oportunidad Federico fue recibido por el rey Bela III de Hungría (1148-1196), quien mantenía una relación neutral con sus vecinos Occidentales. Ante la llegada de Federico, el hermano menor del rey Bela, el príncipe real Geza (1151-1210) acudió ante la presencia del monarca germánico y le rindió respetos como muchos otros nobles húngaros. Sin embargo, ante la tensa situación existente entre los dos hermanos, ya que Geza, había intentado apoderarse de la corona húngara apoyado por su propia madre la reina Eufrosina de Kiev, el emperador germánico le pidió al príncipe que lo acompañase en su viaje a enfrentar a Saladino y a los musulmanes. Tanto Geza como el rey Bela aceptaron y de inmediato partió el príncipe con un ejército de 2.000 soldados húngaros escoltando al emperador germánico. Continuaron juntos su viaje a tierras musulmanas.1​

Tras dos batallas exitosas contra los musulmanes, una de ellas su última batalla, la Batalla de Iconium, Federico I se ahogó en el río Saleph en Anatolia en junio de 1190, antes de que pudiera encontrarse con Saladino, ya que tenía su armadura puesta y esta le hizo peso. Las circunstancias exactas de su muerte no están claras: una parte cuenta que, acalorado tras cabalgar, quiso refrescarse con un baño; otros relatan que fue tirado de la silla por el caballo cuando estaba atravesando el río y que el peso de su armadura lo hundió. Se especula que, siendo un hombre de casi setenta años y teniendo en cuenta el calor que hacía, sufrió un infarto en el agua helada de un río que viene de las montañas.2​

Su hijo Federico VI de Suabia continuó con un pequeño ejército para enterrar a Barbarroja en Jerusalén. El intento de conservarlo en vinagre fracasó, así que la carne del emperador fue enterrada en la iglesia de San Pedro en Antioquía, sus huesos en la catedral de Tiro y el corazón y las entrañas en Tarso.

Programa imperial y pensamiento
La fuente más importante para la comprensión del pensamiento de Barbarroja y su visión del Imperio en los primeros años de reinado se encuentran en el Gesta Friderici del obispo Otón de Freising. En el texto, el motivo de la defensa contra una decadencia del Imperio (sobre todo en vista de la práctica pérdida de autoridad sobre la Italia del norte) y la reconciliación entre Imperio y Papado toman un carácter central. Federico es presentado en la Gesta como el que trae la paz y la curación tras la Querella de las Investiduras. Un tercer motivo será la fidelidad de los Hohenstaufen con los Salios, por lo que, al contrario que los príncipes enemigos de los salios, fueron premiados con la corona real e imperial.

De la candidatura al trono de Federico se infiere la intención de basarse en la teoría de las dos espadas, reviviendo los privilegios de la Iglesia y el honor del Imperio (honor imperii). Sin embargo, con esta formulación retoma un texto de Justiniano I, que ya había empleado Conrado III. Barbarroja también fue el primer emperador medieval que retomó el Corpus iuris civilis del Imperio romano para reclamar sus derechos sobre el norte de Italia, pero con poco éxito. De la insistencia de Barbarroja en recuperar sus derechos señoriales sobre el norte de Italia se infiere su intención política inicial de mantener una buena relación entre Imperio (Imperium) e Iglesia (Sacerdotium): Barbarroja esperaba, con ayuda del papa, recuperar para el Imperio más fácilmente los territorios Italianos que de facto se habían hecho autónomos.

La primera expresión del equilibrio de intereses entre Imperio e Iglesia fue el Tratado de Constanza. Pero ya en el Tratado de Benevento se introdujo la idea de dos reinos, terrenal y espiritual, con los mismos derechos. Con él, Barbarroja veía a la ciudad de Roma como grupo de poder terrenal, así como, en compensación, el papa veía a los reyes sicilianos como un poder protector alternativo. Barbarroja consideró más y más al pueblo romano y el reconocimiento por estos como una justificación de su cetro imperial, con lo que entraba en conflicto con el papado, que sólo reconocía la coronación por el papa. También se puede entender como respuesta a las crecientes tensiones con el papado la creación del término sacrum imperium en la cancillería de los Hohenstaufen en 1157.

El señorío de Barbarroja fue atacado principalmente desde dos frentes: desde el papado, sobre todo bajo Alejandro III, que reclamaba para sí la preeminencia sobre el poder terrenal y rechazaba que el emperador tuviera cualquier tipo de autoridad espiritual, y desde otros príncipes temporales que reclamaban, por lo menos en su territorio, un poder independiente del emperador. Esto último era cierto sobre todo para el rey de Francia.

La reivindicación del gobierno universal por Barbarroja, es y fue un tema polémico, discutido tanto en su tiempo como por historiadores modernos. Más que su intento de incluir el reino de Sicilia dentro del Imperio, es el intento de extender su poder hasta Roma lo que transmite la idea de que Federico intentaba extender su autoridad a todo el mundo cristiano.

Un elemento importante de la idea de sí mismo de Barbarroja fue la constante apelación a Carlomagno, que se expresó entre otras cosas en la canonización en 1165. Con ello intentaba oponerse a la consolidación de Francia como reino independiente y así oponerse a las ambiciones del emperador de Bizancio de convertirse en señor de la cristiandad. La apelación a Carlomagno fue reforzada con una genealogía que relacionaba a los Hohenstaufer con los Salios. Esto permitía a Barbarroja reclamar la herencia de la corona real e imperial, con lo que los demás elementos de la autoridad imperial (coronación por el papa, gobierno de la ciudad de Roma, protección de la Iglesia) serían de segunda importancia, incluido el papel del papa. También la cruzada de Barbarroja se puede entender como una apelación al modelo de Carlomagno y su dimensión como luchador contra los infieles.

Hacia el interior, en lo que respecta a la estructura feudal del Imperio, Federico I opinaba que la autoridad real e imperial era la suprema. El emperador mismo debía ser por lo tanto el único punto de partida de la autoridad señorial, a la que se debía referir en última instancia toda la pirámide feudal. La división de Baviera y la desposesión de Enrique el León son ejemplos de esta exigencia de poder absoluto.

Descendencia
En 1153 se realizó el compromiso matrimonial con la princesa María Comnena, sin embargo nunca se llegaron a consumar las nupcias y en 1157 ella fue desposada por quien sería después el rey Esteban IV de Hungría.

Primer matrimonio: Federico I se casó con Adelaida de Vohburg. Matrimonio anulado.

Segundo matrimonio: Federico I se casó con Beatriz de Borgoña.

1.- Sofía (* hacia 1161; † 1187), ∞ 1187 margrave Guillermo VI de Montferrato.

2.- Beatriz (* hacia 1162; † antes de comienzos de 1174), enterrada en el monasterio de Lorch. Comprometida con el rey Guillermo II de Sicilia, falleció antes de que pudiera realizarse la boda.

3.- Federico (* 16 de julio de 1164 en Pavía; † 28 de noviembre de 1170), 1167 duque de Suabia como Federico V de Suabia, enterrado en el monasterio de Lorch.

4.- Enrique VI (* 1165; † 1197), rey de Alemania y emperador, rey de Sicilia, ∞ Constanza I de Sicilia (* 1154; † 1198), hija del rey Rogelio II de Sicilia.

5.- Conrado (* 1167; † 1191), duque de Suabia como Federico VI de Suabia al morir su hermano mayor, tomando además su nombre.

6.- Hija [posiblemente llamada Gisela] (* octubre/noviembre de 1168; † finales de 1184).

7.- Otón (* 1170; † 1200), conde de Borgoña, ∞ Margarita de Blois († 1230), condesa de Borgoña, condesa de Blois.

8.- Conrado (* 1172; † 1196), duque de Suabia.

9.- Reinaldo (* hacia octubre/noviembre de 1173; † niño), enterrado en el monasterio de Lorch.

10.- Guillermo (* hacia junio/julio de 1176; † niño), enterrado en el monasterio de Lorch.

11.- Felipe (* 1177; † 1208), duque de Suabia, rey de Alemania, ∞ 1197 Irene de Bizancio (* 1181; † 1208), hija del emperador bizantino Isaac II Ángelo.

12.- Inés (* 1180; † 8 de octubre de 1184), enterrada en la catedral de Speyer. Comprometida con el rey Emerico de Hungría, falleció antes de que pudiera realizarse la boda.

La imagen posterior de Barbarroja

Escultura de Barbarroja en el monumento de Kyffhäuser en Turingia
Historiografía
En la cultura oral de la Baja Edad Media y en los comienzos de la historiografía a principios de la Edad Moderna, Barbarroja quedaba en segundo plano frente a su nieto Federico II Hohenstaufen. En el siglo XVI, Federico I fue redescubierto por los historiadores alemanes, sin duda dentro de una primera formación del sentido nacional alemán: su significado para la parte alemana del Imperio fue destacado, su intervención en Italia ignorada, o en un sentido protestante, interpretada exclusivamente como un enfrentamiento con el papa.

En el siglo XVIII, comenzaron a formarse dos interpretaciones del reinado de Barbarroja que impregnan la discusión sobre el emperador desde entonces:

En la primera, iniciada por Gottfried Wilhelm Leibniz y seguida por muchos otros historiadores nacionales alemanes del siglo XIX, Barbarroja aparece como el mayor de los emperadores del Sacro Imperio en la Edad Media y su época como cumbre de la historia alemana, a la que siguió la decadencia. Como base para esta afirmación estaría hasta cierto punto el Gesta Friderici, en el que Otón de Freising hizo propaganda para su sobrinastro. Historiadores recientes con una visión positiva de Federico (aunque no tanto como los de generaciones anteriores) son entre otros Alfred Haverkamp y Ferdinand Opll. A Federico se le alababa en la historiografía más antigua sobre todo por intentar, sin intereses particulares, reinstaurar los derechos del Imperio y el poder del emperador, además de luchar contra el poder de la Iglesia y de la nobleza (aunque, sobre todo en los primero años, colaborara estrechamente con ellos). También habría alcanzado un habilidoso equilibrio de poderes entre el poder central y la nobleza, que hubiera permitido una paz duradera entre emperador, papa y príncipes (formulado de esta forma por primera vez por Friedrich von Raumer, 1825).
La segunda interpretación, que se formó ya en el siglo XVIII (posiblemente por primera vez con Samuel von Pufendorf y más tarde defendida sobre todo por Justus Möser), es representada, entre otros, en la actualidad por Hagen Keller y Geoffrey Barraclough. Estos autores ven su política italiana de forma más bien crítica. La actuación del emperador habría tenido como consecuencia un despilfarro de recursos en Italia, que no estarían en consonancia con lo alcanzado. Federico, además, habría impulsado efectos centrífugos, ya que entregó más poderes a los príncipes. Según esta corriente, Barbarroja habría podido alcanzar sus objetivos ya en los años 50 del siglo XII si hubiese actuado más en el sentido de las comunas y hubiese transigido con el papa. Sobre todo, pero no exclusivamente, los historiadores católicos interpretaron las actuaciones contra el papa y las ciudades-estado italianas como barbarie, en el que se atacó un sistema político avanzado. Esta interpretación de los primeros Hohenstaufen, al contrario de la dada para Federico II, fue mantenida también por la historiografía nacional italiana del siglo XIX.

Monumento a Barbarroja en Sinzig
Tras la Revolución de 1848 los estudios sobre Barbarroja sufrieron un impulso, aunque en la corriente que le daba una interpretación positiva. A partir de este momento desplaza por completo a Federico II del estudio historiográfico. Barbarroja es venerado como unificador del reino Alemán bajo un poder central fuerte, lo que llevó sobre todo a los historiadores prusianos (a destacar Johann Gustav Droysen) a situar a los Hohenzollern en la tradición de Barbarroja. Esta imagen positiva de Barbarroja y de los Hohenstaufen sólo fue prudentemente relativizada entre las dos guerras mundiales, a la vez que comenzaba a tener en cuenta de nuevo las obras anteriores críticas.

También existe una tradición interpretativa que precisamente toma la intervención de Barbarroja en Italia como explicación del impulso modernizador que recorrió todo el imperio bajo su reinado. Así, el intento de atar más estrechamente a Italia en el Imperio habría tenido como consecuencia la formulación exacta y la fijación por escrito de los derechos señoriales, además de hacer que los poderes se fijaran en el derecho romano. Esto conllevó a su vez que la justicia y el derecho se fijaran en todo el Imperio. Un proceso similar se podría señalar para la administración de los territorios reales y del Imperio, pero con la estricta administración de Sicilia como embrión.

Una corriente de investigación más reciente pone en duda que se pueda hablar de objetivos claros y permanentes en el reinado de Barbarroja, sobre todo teniendo en cuenta que su reinado fue tan largo y que hubo varios cambios básicos en las alianzas y los fines. Por ejemplo, Peter Munz representa este punto de vista y también pone en duda el significado de las tradiciones históricas de Federico. Defiende la tesis de que Barbarroja realizó una política genuinamente personal y variable.

Además de un efecto estabilizador sobre el poder central del Imperio, los historiadores además ven otros proceso de desintegración que fueron acelerados en el reinado de Federico. Entre otros, la separación de Austria de Baviera y la división de los ducados de Sajonia y Baviera habrían acelerado la desaparición de los antiguos ducados, lo que fueron los primeros pasos para la aparición de territorios independientes de su señor. En el proceso contra Enrique el León además se presenta un nuevo Derecho por encima de la nobleza: la nobleza se entiende cada vez más como un estado definido legalmente y menos como un título heredado.

Sagas
En las creencias populares medievales, Barbarroja sigue viviendo hasta que el Reino lo necesite de nuevo. Según las versiones, seguiría viviendo en los monte Trifels, Kyffhäuser o el Untersberg. El motivo del emperador durmiente se atribuyó inicialmente a su nieto Federico II y sólo más tarde a Barbarroja. El cuento Der Schmied von Jüterbog (El herrero de Jüterbog) retoma el tema.

Un busto de Barbarroja fue incluido en el Templo del Valhalla.

Barbarroja en la literatura
Una representación informativa además de entretenida de Barbarroja se encuentra en la novela Baudolino de Umberto Eco.

Bibliografía
Fuentes
MGH, Diplomata regum et imperatorum Germaniae, Bd. X/1-5, Friderici I. Diplomata, bearbeitet von Heinrich Appelt, Hannover 1975-1990.
Ottonis et Rahewini Gesta Friderici I. imperatoris, herausgegeben von Georg Waitz und Bernhard von Simson, Hannover 1997 (Nachdruck).
Fuentes secundarias
Heinrich Appelt: Friedrich Barbarossa (1152-1190). In: Helmut Beumann (Hrsg.): Kaisergestalten des Mittelalters. München ²1985, S. 177–198. ISBN 3-406-30279-3
Joachim Ehlers: Friedrich I. In: Bernd Schneidmüller, Stefan Weinfurter (Hrsg.): Die deutschen Herrscher des Mittelalters, Historische Porträts von Heinrich I. bis Maximilian I. München 2003, S. 232–57. ISBN 3-406-50958-4
Odilo Engels: Die Staufer. Stuttgart [u. a.] 71998. ISBN 3-17-015157-6 (Standardwerk; dort auch weiterführende Literatur)
Knut Görich: "Die Ehre Friedrich Barbarossas". Kommunikation, Konflikt und politisches Handeln im 12. Jahrhundert. Darmstadt 2001. ISBN 3-534-15168-2
Hagen Keller: Zwischen regionaler Begrenzung und universalem Horizont. Deutschland im Imperium der Salier und Staufer 1024–1250. Propyläen Geschichte Deutschlands. Bd 2. Berlin 1986. ISBN 3-549-05812-8
Ferdinand Opll: Friedrich Barbarossa. Darmstadt ³1998. ISBN 3-534-04131-3
Heinz Löwe: Die Staufer als Könige und Kaiser. in: Die Zeit der Staufer. Geschichte - Kunst - Kultur. Bd 3. Aufsätze. Ausstellungskatalog. Hrsg. vom Württembergischen Landesmuseum, Stuttgart 1977, S. 21–34.
Bernhard Töpfer: Friedrich I. Barbarossa. In: Evamaria Engel, Eberhard Holtz (Hrsg.): Deutsche Könige und Kaiser des Mittelalters. Köln - Wien 1989, S. 159–187. ISBN 3-412-03688-9
Cardini, Franco (1987). Barbarroja: vida, triunfos e ilusiones de un emperador medieval. Edicions 62. ISBN 978-84-297-2533-9.
Véase también
Sacro Imperio Romano Germánico
Querella de las Investiduras
Hohenstaufen y güelfos y gibelinos
Notas
 Hungary in the Crusades
 Sobre las circunstancias de la muerte y entierro del emperador, véase por ejemplo Christopher Tyerman, God's War, Belknap, Cambridge (Mass.), 2006, pp. 427-428.
Enlaces externos
 Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Federico I Barbarroja.
Hauptseite der Regesta Imperii Friedrichs I. (en alemán)
genealogie-mittelalter.de (en alemán)
Die Gelnhäuser Urkunde (Ed. Stuart Jenks ) (Belehnung des Kölner Erzbischofs mit dem Herzogtum Westfalen-Engern 1180) (en alemán)

Predecesor:
Conrado III Rey de Romanos
1152 - 1155 Sucesor:
Enrique VI
Predecesor:
Lotario II
Imperial Crown of the Holy Roman Empire.jpg
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico
1155 - 1190 Sucesor:
Enrique VI
Predecesor:
Federico II Duque de Suabia
1147–1152 Sucesor:
Federico IV
Predecesor:
Beatriz I Conde de Borgoña
1156–1190 Sucesor:
Otón I


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Indice de Personas

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Padre: Friedrich I Barbarossa, Holy Roman Emperor
Madre:


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 (Linea Materna)
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your mother →  Belén Borges Ustáriz
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her father
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Felipe de Suabia
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Felipe de Suabia
Vad-0321 040 Philipp von Schwaben.jpg
Información personal
Nacimiento Agosto de 1177 Ver y modificar los datos en Wikidata
Pavía, Ducado de Milán Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 21 de junio de 1208jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
Bamberg, Reino de Baviera Ver y modificar los datos en Wikidata
Lugar de sepultura Catedral de Espira, Alemania Ver y modificar los datos en Wikidata
Religión Cristianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Familia nobiliaria Dinastía Hohenstaufen Ver y modificar los datos en Wikidata
Padres Federico I Barbarroja Ver y modificar los datos en Wikidata
Beatriz de Borgoña Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge
Irene Ángelo (desde 1197juliano, hasta 1208juliano) Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos
Beatrice of Swabia
Cunegunda de Suabia
Beatriz de Suabia
María de Suabia Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados
Duque de Suabia
Obispo
Rey de Romanos (desde 1198juliano, hasta 1208juliano) Ver y modificar los datos en Wikidata
Escudo
Attributed Coat and Shield of Arms of Henry VI, Holy Roman Emperor (Codex Manesse).svg
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Felipe de Suabia, en alemán Philipp von Schwaben (1177/1179 – Bamberg, 21 de junio de 1208) fue un príncipe de la Casa de Hohenstaufen, además de obispo elector de Wurzburgo entre 1190 y 1191, margrave de Toscana entre 1195 y 1197, duque de Suabia entre 1196 y 1208 y el Rey de los alemanes desde 1198 hasta 1208. Fue el primer rey de los alemanes que fue asesinado.

Biografía
Felipe era el quinto y último hijo del emperador Federico I Barbarroja y de Beatriz de Borgoña, hija del conde Reginaldo III de Borgoña, y hermano del emperador Enrique VI. Entró en el clero, se hizo rector de Aquisgrán, y en 1190 o 1191 fue elegido obispo de Wurzburgo. Después de haber acompañado a su hermano Enrique a Italia en 1191, Felipe abandonó su carrera eclesiástica, y, al viajar de nuevo a Italia, fue hecho duque de Toscana en 1195 y recibió una extensa concesión de tierras. En su séquito en Italia estaba el Minnesänger Bernger von Horheim.

En 1196 Felipe obtuvo el título de Duque de Suabia al morir su hermano Conrado II, y en mayo de 1197 se casó con la reina viuda de Sicilia, Irene Ángelo, hija del emperador bizantino Isaac II Ángelo, y viuda del rey Roger III de Sicilia, una dama que fue descrita por Walther von der Vogelweide como la rosa sin espinas, la paloma sin malicia.

Felipe disfrutó en gran medida de la confianza de su hermano y parece haber sido designado como tutor del joven hijo de Enrique VI, Federico, después el emperador Federico II Hohenstaufen, en caso de muerte prematura de su padre. En 1197 había salido a buscar a Federico a Sicilia para su coronación como Rey de los alemanes cuando se enteró de la muerte del emperador y regresó de inmediato a Alemania. Parece que quiso proteger los intereses de su sobrino y sofocar el desorden que se produjo a la muerte de Enrique VI, pero fue superado por los acontecimientos. Fue creciendo la hostilidad hacia el reinado de un niño, y después de que Felipe hubiera sido elegido como defensor del imperio durante la minoría de Federico, consintió su propia elección. Fue elegido rey de Alemania en Mühlhausen el 8 de marzo de 1198 y coronado en Maguncia el 8 de septiembre del mismo año.

Mientras tanto, una serie de príncipes hostiles a Felipe, bajo la dirección de Adolfo de Altena, Arzobispo de Colonia, había elegido a un antirrey en la persona de Otón, el segundo hijo de Enrique el León, duque de Sajonia. En la guerra que estalló seguidamente, Felipe, encontró su principal apoyo en el sur de Alemania, que reunió con un éxito considerable. En 1199 recibió nuevas adhesiones a su partido y llevó la guerra al territorio de su oponente, aunque no pudo obtener el apoyo del Papa Inocencio III, y sólo fue débilmente asistido por su aliado el rey Felipe II de Francia. El año siguiente fue menos favorable a sus armas, y en marzo de 1201 Inocencio dio el paso decisivo para colocar a Felipe y sus aliados en virtud de la prohibición, y comenzó a trabajar enérgicamente en favor de Otón.

En ese año de 1201, Felipe recibió la visita de su primo Bonifacio de Montferrato, el líder de la Cuarta Cruzada. Aunque se desconocen las razones exactas de Bonifacio para reunirse con Felipe, en la corte de Felipe II también se reunió con Alejo IV Ángelo, cuñado de Felipe. Alejo IV convenció a Bonifacio de Montferrato, y más tarde a los venecianos, de que desviaran la cruzada a Constantinopla y restauraran a Isaac II en el trono, ya que recientemente había sido depuesto por Alejo III, el tío de Alejo y de Irene.

Los dos años siguientes fueron aún más desfavorable para Felipe. Otón, con la ayuda del rey Otakar I de Bohemia, y Hermann I Landgrave de Turingia, lo llevó desde el norte de Alemania, lo que lo impulsó a buscar mediante concesiones lamentables la reconciliación con Inocencio, pero sin lograrlo. La sumisión de Hermann de Turingia a Felipe en 1204 marca el punto de inflexión de su fortuna, y pronto se alió con Adolfo de Altena y Enrique I de Brabante.

El 6 de enero de 1205 fue coronado de nuevo con gran pompa por Adolfo en Aquisgrán, aunque la guerra no concluyó prácticamente hasta 1207 cuando hizo su entrada en Colonia. Un mes o dos más tarde Felipe fue liberado de la prohibición papal, y en marzo de 1208, parece probable que se firmó un tratado en el que se acordaba que un sobrino del papa se casase con una de las hijas de Felipe y recibiera el disputado ducado de Toscana. Felipe estaba preparándose para aplastar la última chispa de la rebelión de Brunswick-Luneburgo cuando fue asesinado en Bamberg, el 21 de junio de 1208, por el conde Otón VIII de Wittelsbach, conde palatino de Baviera. Otón, ya conocido por su carácter inestable, cayó en cólera cuando se enteró de la disolución de su compromiso con Gertrudis de Silesia por su padre, el duque Enrique I el Barbudo de la Baja Silesia. Enrique fue aparentemente informado de las tendencias crueles del Wittelsbach y en un acto de preocupación por su hija decidió dar por terminado el contrato de matrimonio. Otón procedió a culpar a Felipe, sin motivos, por otra alianza matrimonial rechazada (el primero era la propia hija de Felipe, Beatriz) y juró venganza contra el rey alemán, que culminó en el asesinato en Bamberg. Otón murió en marzo de 1209.

Felipe era un hombre valiente y guapo, y los escritores contemporáneos, entre los que se encontraba Walther von der Vogelweide, alaban su dulzura y generosidad.

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Predecesor:
Enrique VI Rey de romanos
1198 - 1208 Sucesor:
Otón IV
Predecesor:
Conrado II Duque de Suabia
1196 - 1208 Sucesor:
Otón IV
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Indice de Personas

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Egbert King Of Wessex ♛ Ref: KW-258 |•••► #REINO UNIDO 🇬🇧 #Genealogía #Genealogy

Padre:
Madre:


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27 ° Bisabuelo/ Great Grandfather de:
Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo
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 (Linea Materna)
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Egbert, king of Wessex is your 27th great grandfather.of→ Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo→  Morella Álamo Borges
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her mother → Belén de Jesús Ustáriz Lecuna
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his mother → Sancho Manuel de Villena Castañeda, señor del Infantado y Carrión de los Céspedes
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his father → Elizabeth of Swabia
his mother → Philip of Swabia
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his father → Judith of Bavaria
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her father → Judith of Flanders
his mother → Baldwin IV the Bearded, count of Flanders
her father → Arnulf II the Young, count of Flanders
his father → Baldwin III, count of Flanders
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his father → Ælfthryth, countess of Flanders
his mother → Alfred the Great, king of The Anglo-Saxons
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Ecgberht MP
Lithuanian: Egbertas
Gender: Male
Birth: circa 769
Wessex, England
Death: circa November 19, 838 (60-77)
Wessex, England
Place of Burial: Winchester Cathedral, Winchester, Hampshire, England, United Kingdom
Immediate Family:
Son of Ealhmund, Under King Of Kent
Husband of Rædburh, queen consort of Wessex
Father of Aethelwulf, king of Wessex
Brother of Saint Alburga
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Egbert de Wessex (también deletreado Ecgberht, Ecgbert o Ecgbriht; 769 o 771 - 839) fue el Rey de Wessex desde 802 hasta su muerte en 839. Su padre era Ealhmund de Kent. En la década de 780 Egbert fue forzado al exilio por Offa de Mercia y Beorhtric de Wessex, pero a la muerte de Beorhtric en 802 Egbert regresó y tomó el trono.

Poco se sabe de los primeros 20 años del reinado de Egbert, pero se cree que pudo mantener la independencia de Wessex contra el reino de Mercia, que en ese momento dominaba los otros reinos del sur de Inglaterra. En 825 Egbert derrotó a Beornwulf de Mercia y acabó con la supremacía de Mercia en la Batalla de Ellandun, y procedió a tomar el control de las dependencias de Mercia en el sureste de Inglaterra. En 829 Egbert derrotó a Wiglaf de Mercia y lo expulsó de su reino, gobernando temporalmente a Mercia directamente. Más tarde ese año, Egbert recibió la sumisión del rey de Northumbria en Dore. La Crónica anglosajona posteriormente describió a Egbert como una bretwalda o "Gobernante de Gran Bretaña".

Egbert no pudo mantener esta posición dominante, y dentro de un año Wiglaf recuperó el trono de Mercia. Sin embargo, Wessex retuvo el control de Kent, Sussex y Surrey; estos territorios fueron entregados al hijo de Egbert, Æthelwulf, para gobernar como subking bajo Egbert. Cuando Egbert murió en 839, Æthelwulf lo sucedió; los reinos del sudeste finalmente fueron absorbidos por el reino de Wessex después de la muerte de Æthelwulf en 858.
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English (default) edit | history
Egbert of Wessex (also spelled Ecgberht, Ecgbert or Ecgbriht; 769 or 771 – 839) was King of Wessex from 802 until his death in 839. His father was Ealhmund of Kent. In the 780s Egbert was forced into exile by Offa of Mercia and Beorhtric of Wessex, but on Beorhtric's death in 802 Egbert returned and took the throne.

Little is known of the first 20 years of Egbert's reign, but it is thought that he was able to maintain Wessex's independence against the kingdom of Mercia, which at that time dominated the other southern English kingdoms. In 825 Egbert defeated Beornwulf of Mercia and ended Mercia's supremacy at the Battle of Ellandun, and proceeded to take control of the Mercian dependencies in southeastern England. In 829 Egbert defeated Wiglaf of Mercia and drove him out of his kingdom, temporarily ruling Mercia directly. Later that year Egbert received the submission of the Northumbrian king at Dore. The Anglo-Saxon Chronicle subsequently described Egbert as a bretwalda, or "Ruler of Britain".

Egbert was unable to maintain this dominant position, and within a year Wiglaf regained the throne of Mercia. However, Wessex did retain control of Kent, Sussex and Surrey; these territories were given to Egbert's son Æthelwulf to rule as a subking under Egbert. When Egbert died in 839, Æthelwulf succeeded him; the southeastern kingdoms were finally absorbed into the kingdom of Wessex after Æthelwulf's death in 858.

Sources
English Wikipedia: Egbert of Wessex
Further Reading
http://fmg.ac/Projects/MedLands/ENGLAND,%20AngloSaxon%20&%20Danish%20Kings.htm#EcgberhtWessexB
http://faculty.history.wisc.edu/sommerville/123/123%207%20anglo-saxons%20v.htm
Official Website of the Royal Family - http://www.royal.gov.uk/output/Page16.asp
http://www.earlybritishkingdoms.com/adversaries/kingdoms/802.html
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Rædburh, queen consort of Wessex
wife

Aethelwulf, king of Wessex
son

Ealhmund, Under King Of Kent
father

Saint Alburga
sister


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Aethelwulf King Of Wessex ♛ Ref: KW-257 |•••► #REINO UNIDO 🏆🇬🇧 #Genealogía #Genealogy

Padre:
Madre:


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26 ° Bisabuelo/ Great Grandfather de:
Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo
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 (Linea Materna)
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Aethelwulf, king of Wessex is your 26th great grandfather.of→ Carlos Juan Felipe Antonio Vicente De La Cruz Urdaneta Alamo→  Morella Álamo Borges
your mother → Belén Borges Ustáriz
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her mother → Miguel María Ramón de Jesus Uztáriz y Monserrate
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his mother → Isabel Manuela Josefa Hurtado de Mendoza y Rojas Manrique
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her mother → Constanza de Mendoza Mate de Luna
her mother → Mayor de Mendoza Manzanedo
her mother → Juan Fernández De Mendoza Y Manuel
her father → Sancha Manuel
his mother → Sancho Manuel de Villena Castañeda, señor del Infantado y Carrión de los Céspedes
her father → Manuel de Castilla, señor de Escalona
his father → Elizabeth of Swabia
his mother → Philip of Swabia
her father → Friedrich I Barbarossa, Holy Roman Emperor
his father → Judith of Bavaria
his mother → Henry IX the black, duke of Bavaria
her father → Judith of Flanders
his mother → Baldwin IV the Bearded, count of Flanders
her father → Arnulf II the Young, count of Flanders
his father → Baldwin III, count of Flanders
his father → Arnulf I the Great, count of Flanders
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Æþelwulf MP
Gender: Male
Birth: circa 795
Wessex Kingdom, England
Death: January 13, 858 (58-67)
Stamridge, Wessex Kingdom, England (United Kingdom)
Place of Burial: Winchester Cathedral, Winchester, Hampshire, England, United Kingdom
Immediate Family:
Son of Egbert, king of Wessex and Rædburh, queen consort of Wessex
Husband of Judith, countess of Flanders and Osburga, Queen Consort of Wessex
Father of Æthelstan, king of Kent; Aethelbald, king of Wessex; Aethelbert, king of Wessex, Essex & Kent; Ethelred I 'the Pious', king of Wessex & Kent; Aethelswith, Queen of Mercia and 1 other
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Æthelwulf, rey de Wessex  

De Wikipedia, la enciclopedia libre



Æthelwulf
Æthelwulf a principios del siglo XIV Rol genealógico de los reyes de Inglaterra
Rey de wessex
Reinado839–858
PredecesorEgbert
SucesorÆthelbald
Murió13 de enero de 858
Entierro
Steyning y Old Minster, Winchester ; los restos ahora pueden estar en la catedral de Winchester [1]
Esposa
Problema
CasaHouse of Wessex
PadreEgbert
Æthelwulf ( del ɛ theta əl ʊ f / ; [2] Antiguo Inglés para "Noble Lobo"; [3] murió el 13 de de enero de 858) fue rey de Wessex de 839 a 858. [a] En 825, su padre, El rey Egbert derrotó al rey Beornwulf de Mercia , poniendo fin a un largo dominio merciano sobre la Inglaterra anglosajona al sur del Humber . Egbert envió a Æthelwulf con un ejército a Kent, donde expulsó al sub-rey de Mercia y fue nombrado sub-rey. Después de 830, Egbert mantuvo buenas relaciones con Mercia, y esto fue continuado por Æthelwulf cuando se convirtió en rey en 839, el primer hijo que sucedió a su padre como rey de Sajonia Occidental desde 641.
Los vikingos no fueron una gran amenaza para Wessex durante el reinado de Æthelwulf. En 843, fue derrotado en una batalla contra los vikingos en Carhampton en Somerset, pero logró una gran victoria en la Batalla de Aclea en 851. En 853 se unió a una exitosa expedición merciana a Gales para restaurar la hegemonía merciana tradicional, y en el mismo año su hija Æthelswith se casó con el rey Burgred de Mercia . En 855 Æthelwulf fue en peregrinación a Roma. En preparación, dio una "aniquilación", donando una décima parte de su propiedad personal a sus súbditos; nombró a su hijo superviviente mayor Æthelbald para que actuara como Rey de Wessex en su ausencia, y su próximo hijo Æthelberhtpara gobernar Kent y el sureste. Æthelwulf pasó un año en Roma, y ​​en su camino de regreso se casó con Judith , la hija del rey franco de Occidente Carlos el Calvo .
Cuando Æthelwulf regresó a Inglaterra, Æthelbald se negó a entregar el trono de West Saxon, y Æthelwulf acordó dividir el reino, tomar el este y dejar el oeste en manos de Æthelbald. A la muerte de Æthelwulf en 858, dejó Wessex a Æthelbald y Kent a Æthelberht, pero la muerte de Æthelbald solo dos años después condujo a la reunificación del reino. En el siglo XX, la reputación de Æthelwulf entre los historiadores era pobre: ​​se lo consideraba excesivamente piadoso y poco práctico, y su peregrinación se veía como una deserción de sus deberes. Los historiadores en el siglo XXI lo ven de manera muy diferente, como un rey que consolidó y extendió el poder de su dinastía, exigió respeto en el continente y trató con mayor eficacia que la mayoría de sus contemporáneos con los ataques vikingos. Es considerado como uno de los reyes más exitosos de West Saxon,Alfred el Grande .

Antecedentes

Sur de Gran Bretaña a mediados del siglo IX
Sur de Gran Bretaña a mediados del siglo IX
A principios del siglo IX, Inglaterra estaba casi completamente bajo el control de los anglosajones, con Mercia y Wessex como los reinos del sur más importantes. Mercia fue dominante hasta la década de 820, y ejerció el señorío sobre East Anglia y Kent , pero Wessex pudo mantener su independencia de su vecino más poderoso. Offa , rey de Mercia de 757 a 796, fue la figura dominante de la segunda mitad del siglo VIII. El rey Beorhtric de Wessex (786–802), se casó con la hija de Offa en 789. Beorhtric y Offa llevaron al padre de Æthelwulf, Egbert, al exilio, y pasó varios años en la corte de Carlomagno enFrancia . Egbert era hijo de Ealhmund , quien había sido brevemente rey de Kent en 784. Después de la muerte de Offa, el rey Coenwulf de Mercia (796–821) mantuvo el dominio de Mercia, pero no está claro si Beorhtric alguna vez aceptó la subordinación política y cuándo murió en 802 Egbert se convirtió en rey, tal vez con el apoyo de Carlomagno. [6] Durante doscientos años, tres familias habían luchado por el trono de Sajonia Occidental, y ningún hijo había seguido a su padre como rey. El mejor reclamo de Egbert fue que era el tataranieto de Ingild, hermano del rey Ine (688–726), y en 802 parecía muy poco probable que estableciera una dinastía duradera. [7]
Casi nada se registra de los primeros veinte años del reinado de Egbert, aparte de las campañas contra los Cornualles en los años 810. [8] El historiador Richard Abels argumenta que el silencio de la Crónica anglosajona fue probablemente intencional, ocultando la purga de Egbert de los magnates de Beorhtric y la supresión de las líneas reales rivales. [9] Las relaciones entre los reyes de Mercia y sus súbditos de Kent eran distantes. Los ealdormen de Kent no asistieron a la corte del rey Coenwulf, quien se peleó con el arzobispo Wulfred de Canterbury (805–832) por el control de los monasterios de Kent; La principal preocupación de Coenwulf parece haber sido obtener acceso a la riqueza de Kent. Sus sucesores Ceolwulf I (821–23) yBeornwulf (823–26) restableció las relaciones con el arzobispo Wulfred, y Beornwulf designó a un sub-rey de Kent, Baldred . [10]
Inglaterra había sufrido incursiones vikingas a fines del siglo VIII, pero no se registraron ataques entre 794 y 835, cuando la Isla de Sheppey en Kent fue devastada. [11] En 836 Egbert fue derrotado por los vikingos en Carhampton en Somerset , [8] pero en 838 fue victorioso sobre una alianza de Cornualles y vikingos en la Batalla de Hingston Down , reduciendo Cornwall al estado de un reino cliente. [12]

Familia

Æthelwulf era hijo de Egbert, rey de Wessex desde 802 hasta 839. Se desconoce el nombre de su madre y no tenía hermanos registrados. Se sabe que tuvo dos esposas en sucesión, y hasta donde se sabe, Osburh , el mayor de los dos, era la madre de todos sus hijos. Ella era la hija de Oslac, descrita por Asser , biógrafo de su hijo Alfred el Grande , como "el famoso mayordomo del rey Æthelwulf", [b] un hombre que descendía de Jutes que había gobernado la Isla de Wight . [14] [15] Æthelwulf tuvo seis hijos conocidos. Su hijo mayor, Æthelstan, tenía la edad suficiente para ser nombrado Rey de Kent en 839, por lo que debe haber nacido a principios de los años 820 y murió a principios de los 850. [c] El segundo hijo, Æthelbald , se registra por primera vez como testigo fundador en 841, y si, como Alfred, comenzó a dar testimonio cuando tenía alrededor de seis años, habría nacido alrededor de 835; fue rey de Wessex de 858 a 860. El tercer hijo de Æthelwulf, Æthelberht , probablemente nació alrededor de 839 y fue rey de 860 a 865. La única hija, Æthelswith , se casó con Burgred, rey de Mercia , en 853. [17] El otro dos hijos eran mucho más jóvenes: Æthelrednació alrededor de 848 y fue rey de 865 a 871, y Alfred nació alrededor de 849 y fue rey de 871 a 899. [18] En 856 Æthelwulf se casó con Judith , hija de Carlos el Calvo , rey del oeste de Francia y futuro emperador del Sacro Imperio Romano y su esposa Ermentrude . Osburh probablemente había muerto, aunque es posible que ella haya sido repudiada. [d] No hubo hijos del matrimonio de Æthelwulf con Judith, y después de su muerte ella se casó con su hijo superviviente y sucesor, Æthelbald. [14]

Vida temprana

Æthelwulf se registró por primera vez en 825, cuando Egbert ganó la crucial batalla de Ellandun en Wiltshire contra el rey Beornwulf de Mercia, poniendo fin a la larga ascendencia merciana sobre el sur de Inglaterra. Egbert lo siguió enviando a Æthelwulf con Eahlstan , obispo de Sherborne , y Wulfheard, Ealdorman de Hampshire , con un gran ejército a Kent para expulsar al sub-rey Baldred. [e] Æthelwulf descendía de los reyes de Kent, y era sub-rey de Kent, y de Surrey , Sussex y Essex , que luego se incluyeron en el sub-reino, hasta que heredó el trono de Wessex en 839. [23 ]Su sub-reinado se registra en las cartas, en algunas de las cuales el Rey Egbert actuó con el permiso de su hijo, [14] como una concesión en 838 al Obispo Beornmod de Rochester, y el propio Ethelwulf emitió una carta como Rey de Kent en el mismo año. . [24] A diferencia de sus predecesores mercios, que alienaron al pueblo de Kent al gobernar desde la distancia, Æthelwulf y su padre cultivaron con éxito el apoyo local al gobernar a través de ealdormen de Kent y promover sus intereses. [25] En opinión de Abels, Egbert y Æthelwulf recompensaron a sus amigos y purgaron a los partidarios de Mercia. [26] [f]Los historiadores tienen diferentes puntos de vista sobre la actitud del nuevo régimen hacia la iglesia de Kent. En Canterbury, en 828, Egbert otorgó privilegios al obispado de Rochester , y según el historiador de la Inglaterra anglosajona Simon Keynes , Egbert y Æthelwulf tomaron medidas para garantizar el apoyo del arzobispo Wulfred. [28] Sin embargo, el medievalista Nicholas Brooks argumenta que el origen y las conexiones mercianas de Wulfred resultaron ser una responsabilidad. Æthelwulf se apoderó de una propiedad en East Malling de la iglesia de Canterbury con el argumento de que Baldred solo le había concedido cuando estaba huyendo de las fuerzas de Sajonia Occidental; la cuestión de archiepiscopalla moneda fue suspendida por varios años; y el único estado que Wulfred recibió después de 825 que recibió del rey Wiglaf de Mercia . [29]
En 829 Egbert conquistó Mercia, solo para que Wiglaf recuperara su reino un año después. [30] El erudito DP Kirby ve la restauración de Wiglaf en 830 como un cambio dramático para Egbert, que probablemente fue seguido por su pérdida de control de la casa de moneda de Londres y la recuperación merciana de Essex y Berkshire, [31] y el historiador Heather Edwards afirma que su "inmensa conquista no se pudo mantener". [8] Sin embargo, en opinión de Keynes:
Es interesante ... que tanto Egbert como su hijo Æthelwulf parecen haber respetado la identidad separada de Kent y sus provincias asociadas, como si no hubiera habido un plan en esta etapa para absorber el sureste en un reino ampliado que se extiende a través del Todo el sur de Inglaterra. Tampoco parece haber sido la intención de Egbert y sus sucesores mantener la supremacía de ningún tipo sobre el reino de Mercia ... Es muy posible que Egbert haya renunciado a Mercia por su propia voluntad; y no se sugiere que ningún antagonismo residual haya afectado las relaciones entre los gobernantes de Wessex y Mercia a partir de entonces. [32]
En 838, el rey Egbert celebró una asamblea en Kingston en Surrey, donde Ethelwulf pudo haber sido consagrado como rey por el arzobispo. Egbert restauró la propiedad de East Malling al sucesor de Wulfred como arzobispo de Canterbury, Ceolnoth , a cambio de una promesa de "amistad firme e ininterrumpida" para él y para Æthelwulf y sus herederos, y la misma condición se especifica en una subvención para la sede de Winchester . [g] Egbert aseguró el apoyo a Æthelwulf, quien se convirtió en el primer hijo en suceder a su padre como rey de Sajonia Occidental desde 641. [34]En la misma reunión, los monasterios de Kent escogieron a Æthelwulf como su señor, y él se comprometió a que, después de su muerte, tendrían libertad para elegir sus cabezas. Wulfred había dedicado su archiepiscopado a luchar contra el poder secular sobre los monasterios de Kent, pero Ceolnoth ahora entregó el control efectivo a Æthelwulf, cuya oferta de libertad de control después de su muerte era poco probable que fuera honrada por sus sucesores. Los eclesiásticos y laicos de Kent ahora buscaban protección contra los ataques vikingos a West Saxon en lugar del poder real de Mercia. [35]
Las conquistas de Egbert le trajeron una riqueza mucho mayor de la que habían disfrutado sus predecesores, y le permitieron comprar el apoyo que aseguraba el trono de Sajonia Occidental para sus descendientes. [36] La estabilidad traída por la sucesión dinástica de Egbert y Æthelwulf condujo a una expansión de los recursos comerciales y agrarios, y a una expansión de los ingresos reales. [37] La riqueza de los reyes de Sajonia Occidental también se incrementó por el acuerdo en 838-39 con el Arzobispo Ceolnoth para que los ministros de Sajonia Occidental previamente independientes aceptaran al rey como su señor secular a cambio de su protección. [38] Sin embargo, no había certeza de que la hegemonía de Wessex resultaría más permanente que la de Mercia. [39]

Rey de wessex

Representación de Æthelwulf en la crónica genealógica de finales del siglo XIII de los reyes ingleses
Representación de Æthelwulf en la crónica genealógica de finales del siglo XIII de los reyes ingleses
Cuando Æthelwulf logró el trono de Wessex en 839, su experiencia como sub-rey de Kent le había dado un valioso entrenamiento en la realeza, y él a su vez convirtió a sus propios hijos en reyes. [40] Según la Crónica anglosajona , en su adhesión "le dio a su hijo Æthelstan el reino de la gente de Kent, y el reino de los sajones del este [Essex] y de la gente de Surrey y de los sajones del sur [Sussex] ". Sin embargo, Æthelwulf no le dio a Æthelstan el mismo poder que su padre le había dado, y aunque Æthelstan atestiguó las cartas de su padre [h]como rey, no parece que se le haya dado el poder de emitir sus propias cartas. Æthelwulf ejerció autoridad en el sureste e hizo visitas regulares allí. Él gobernó Wessex y Kent como esferas separadas, y las asambleas en cada reino solo fueron atendidas por la nobleza de ese país. La historiadora Janet Nelson dice que "Æthelwulf dirigió una firma familiar de reinos plurales carolingios , mantenida unida por su propia autoridad como padre-rey, y por consentimiento de distintas élites". Mantuvo la política de su padre de gobernar Kent a través de ealdormen designados por la nobleza local y promover sus intereses, pero dio menos apoyo a la iglesia. [41] En 843 Æthelwulf otorgó diez pieles en Little Charta Æthelmod, el hermano del líder ealdorman de Kent, Ealhere, y Æthelmod tuvo éxito en el puesto sobre la muerte de su hermano en 853. [42] En 844, Æthelwulf otorgó tierras en Horton en Kent a Ealdorman Eadred, con permiso para transferir partes de ellas a locales. propietarios de tierras; En una cultura de reciprocidad, esto creó una red de amistades y obligaciones mutuas entre los beneficiarios y el rey. [43] Los arzobispos de Canterbury estaban firmemente en la esfera del rey de Sajonia Occidental. Sus ealdormen disfrutaban de un alto estatus, y a veces se los colocaba más alto que los hijos del rey en las listas de testigos de las cartas. [44] Su reinado es el primero para el cual hay evidencia de sacerdotes reales, [45] y la Abadía de Malmesburylo consideraba un benefactor importante, de quien se dice que fue el donante de un santuario para las reliquias de Saint Aldhelm . [46]
Después de 830, Egbert había seguido una política de mantener buenas relaciones con Mercia, y esto fue continuado por Æthelwulf cuando se convirtió en rey. Londres era tradicionalmente una ciudad merciana, pero en los años 830 estaba bajo el control de West Saxon; poco después de la adhesión de Æthelwulf, volvió al control de Mercia. [47] El rey Wiglaf de Mercia murió en 839 y su sucesor, Berhtwulf , revivió la menta merciana en Londres; Los dos reinos parecen haber tenido un problema conjunto a mediados de la década de 840, posiblemente indicando la ayuda de West Saxon para revivir las monedas de Mercia, y mostrando las relaciones amistosas entre las dos potencias. Berkshire todavía era merciano en 844, pero en 849 era parte de Wessex, ya que Alfred nació en ese año en el estado real de West Saxon en Wantage , luego en Berkshire.[48] [i] Sin embargo, el ealdorman merciano local, también llamado Ethelwulf , retuvo su posición bajo los reyes de Sajonia Occidental. [50] Berhtwulf murió en 852 y la cooperación con Wessex continuó bajo Burgred, su sucesor como Rey de Mercia, quien se casó con la hija de Æthelwulf Æthelswith en 853. En el mismo año, Æthelwulf ayudó a Burgred en un exitoso ataque a Gales para restaurar la hegemonía tradicional de Mercia sobre el galés. [51]
En el siglo IX Mercia y Kent, las cartas reales fueron producidas por casas religiosas, cada una con su propio estilo, pero en Wessex había una sola tradición diplomática real, probablemente por una sola agencia que actuaba para el rey. Esto puede haberse originado en el reinado de Egbert, y queda claro en los años 840, cuando Æthelwulf tenía una secretaria franca llamada Felix. [52] Hubo fuertes contactos entre los tribunales sajones del oeste y carolingios. Los Anales de St Bertin se interesaron especialmente en los ataques vikingos contra Gran Bretaña y en 852 Lupus , el abad de Ferrières.y un protegido de Charles el Calvo, escribió a Æthelwulf felicitándolo por su victoria sobre los vikingos y solicitando un regalo de plomo para cubrir el techo de su iglesia. Lupus también le escribió a su "amigo más querido" Félix, pidiéndole que gestione el transporte del plomo. [53] A diferencia de Canterbury y el sureste, Wessex no vio una fuerte disminución en el estándar del latín en las cartas a mediados del siglo IX, y esto puede deberse en parte a Félix y sus contactos continentales. [54] Lupus pensó que Félix tenía una gran influencia sobre el Rey. [14] Las cartas se emitieron principalmente de propiedades reales en condados que eran el corazón del antiguo Wessex, a saber, Hampshire, Somerset, Wiltshire y Dorset , con algunos en Kent.[55]
Una antigua división entre el este y el oeste de Wessex continuó siendo importante en el siglo IX; El límite era Selwood Forest en las fronteras de Somerset, Dorset y Wiltshire. Los dos obispados de Wessex fueron Selborne en el oeste y Winchester en el este. Las conexiones familiares de Æthelwulf parecen haber estado al oeste de Selwood, pero su patrocinio se concentró más al este, particularmente en Winchester, donde fue enterrado su padre, y donde designó a Swithun para suceder a Helmstan como obispo en 852–853. Sin embargo, le otorgó una tierra en Somerset a su principal ealdorman, Eanwulf, y el 26 de diciembre de 846 se otorgó una gran propiedad en South Hams, en el oeste de Devon. Así lo cambió deRoyal Demesne , que se vio obligado a transmitir a su sucesor como rey, a Bookland , que podría transferirse a su gusto, para que pudiera otorgar tierras a los seguidores para mejorar la seguridad en una zona fronteriza. [56]

Amenaza vikinga

Las incursiones vikingas aumentaron a principios de los años 840 en ambos lados del Canal de la Mancha , y en 843 Æthelwulf fue derrotado por las compañías de 35 barcos daneses en Carhampton en Somerset . En 850 el sub-rey Æthelstan y Ealdorman Ealhhere de Kent obtuvieron una victoria naval sobre una gran flota vikinga frente a Sandwich en Kent, capturando nueve barcos y alejando al resto. Ethelwulf le otorgó a Ealhhere una gran propiedad en Kent, pero no se volvió a saber de Ethelstan y probablemente murió poco después. Al año siguiente, la crónica anglosajona.registra cinco ataques diferentes contra el sur de Inglaterra. Una flota danesa de 350 barcos vikingos tomó Londres y Canterbury, y cuando el rey Berhtwulf de Mercia fue en su ayuda, fue derrotado. Los vikingos luego se trasladaron a Surrey, donde fueron derrotados por Æthelwulf y su hijo Æthelbald en la Batalla de Aclea . Según la Crónica anglosajona, los gravámenes sajones del oeste "hicieron la mayor matanza de un pagano del que hemos oído hablar hasta el día de hoy". La Crónica reportó con frecuencia victorias durante el reinado de Æthelwulf ganadas por impuestos dirigidos por ealdormen, a diferencia de los años 870 cuando se enfatizó el comando real, lo que refleja un estilo de liderazgo más consensuado en el período anterior. [57]
En 850 un ejército danés pasó el invierno en Thanet , y en 853 los ealdormen Ealhhere de Kent y Huda de Surrey fueron asesinados en una batalla contra los vikingos, también en Thanet. En 855, los vikingos daneses se quedaron durante el invierno en Sheppey, antes de continuar saqueando el este de Inglaterra. [58] Sin embargo, durante el reinado de Æthelwulf, los ataques vikingos fueron contenidos y no representaron una gran amenaza. [59]

Moneda

Moneda del Rey Æthelwulf: "EĐELVVLF REX", moneyer Manna, Canterbury [60]
Moneda del Rey Æthelwulf: "EĐELVVLF REX", moneyer Manna, Canterbury [60]
El centavo de plata era casi la única moneda utilizada en la Inglaterra anglosajona media y posterior. Las monedas de Æthelwulf provenían de una casa de moneda principal en Canterbury y una secundaria en Rochester; ambos habían sido utilizados por Egbert para su propia moneda después de que él tomó el control de Kent. Durante el reinado de Æthelwulf, hubo cuatro fases principales de la moneda distinguibles en ambas casas de moneda, aunque no son exactamente paralelas y no está claro cuándo tuvieron lugar las transiciones. El primer número en Canterbury tenía un diseño conocido como Saxoniorum., que había sido utilizado por Egbert para uno de sus propios problemas. Esto fue reemplazado por un diseño de retrato en aproximadamente 843, que puede subdividirse aún más; Las primeras monedas tienen diseños más crudos que las posteriores. En la casa de moneda de Rochester, la secuencia se invirtió, con un diseño de retrato inicial reemplazado, también en aproximadamente 843, por un diseño sin retrato que llevaba un patrón de cruz y cuñas en el anverso . [14] [61]
En aproximadamente 848 ambas mentas cambiaron a un diseño común conocido como Dor¯b¯ / Cant - los caracteres "Dor¯b¯" en el anverso de estas monedas indican Dorobernia (Canterbury) o Dorobrevia (Rochester), y "Cant", refiriéndose a Kent, apareció en el reverso. Es posible que la casa de moneda Canterbury continúe produciendo monedas de retratos al mismo tiempo. El problema de Canterbury parece haber terminado en 850–851 por las incursiones vikingas, aunque es posible que Rochester se haya salvado, y el problema puede haber continuado allí. El último problema, nuevamente en ambas casas de moneda, se introdujo en aproximadamente 852; Tiene una cruz inscrita en el reverso y un retrato en el anverso. Las monedas de Æthelwulf se degradaronal final de su reinado, y aunque el problema empeoró después de su muerte, es posible que la degradación provocó los cambios en el tipo de moneda desde 850. [62]
La primera moneda de Rochester de Æthelwulf pudo haber comenzado cuando todavía era el rey de Kent, bajo Egbert. Una acumulación de monedas depositadas al comienzo del reinado de Æthelwulf en aproximadamente 840, encontradas en el Templo Medio de Londres, contenía 22 monedas de Rochester y dos de Canterbury del primer número de cada moneda. Algunos numismáticos sostienen que la alta proporción de monedas de Rochester significa que el problema debe haber comenzado antes de la muerte de Egbert, pero una explicación alternativa es que quien acumuló las monedas simplemente tuvo acceso a más monedas de Rochester. Los hijos de Æthelwulf no emitieron monedas durante su reinado. [63]
Ceolnoth, arzobispo de Canterbury durante el reinado de Æthelwulf, también acuñó monedas propias en Canterbury: había tres diseños de retratos diferentes, que se consideran contemporáneos con cada uno de los primeros tres problemas de Canterbury de Æthelwulf. A estos les siguió un diseño cruzado inscrito que era uniforme con la moneda final de Æthelwulf. En Rochester, el obispo Beornmod produjo solo un tema, un diseño de cruces y cuñas que era contemporáneo con el tema Saxoniorum de Æthelwulf [64]
En opinión de los numismáticos Philip Grierson y Mark Blackburn , las casas de moneda de Wessex, Mercia y East Anglia no se vieron muy afectadas por los cambios en el control político: "la notable continuidad de los inversores que se puede ver en cada una de estas casas de moneda sugiere que la realidad La organización mint era en gran medida independiente de la administración real y se fundó en las comunidades comerciales estables de cada ciudad ". [sesenta y cinco]

Cartas de diezmado

La Carta S 316 fechada en 855, en la cual Æthelwulf otorgó tierras en Ulaham en Kent a su ministro Ealdhere. [66]
La Carta S 316 fechada en 855, en la cual Æthelwulf otorgó tierras en Ulaham en Kent a su ministro Ealdhere. [66]
El historiador WH Stevenson de principios del siglo XX observó que: "Pocas cosas en nuestra historia temprana han llevado a tanta discusión" como las Cartas de diezmación de Æthelwulf; [67] cien años después, la experta en charter Susan Kelly los describió como "uno de los grupos más controvertidos de diplomas anglosajones". [68] Tanto Asser como la Crónica anglosajona dicen que Æthelwulf dio una aniquilación, [j] en 855, poco antes de partir en peregrinación a Roma. De acuerdo con la crónica"El rey Æthelwulf transmitió por carta la décima parte de su tierra en todo su reino para alabanza de Dios y para su propia salvación eterna". Sin embargo, Asser afirma que "Æthelwulf, el estimado rey, liberó a la décima parte de todo su reino del servicio real y el tributo, y como herencia eterna lo hizo en la cruz de Cristo al Dios trino , para la redención de su alma y las de sus predecesores ". [70] Según Keynes, la versión de Asser puede ser simplemente una "traducción suelta" de la Crónica , y su implicación de que Æthelwulf liberó una décima parte de toda la tierra de las cargas seculares probablemente no fue la intención. Toda la tierra podría considerarse como la tierra del rey, por lo que la Crónicala referencia a "su tierra" no necesariamente se refiere a la propiedad real, y dado que la reserva de la tierra, trasmitiéndola por carta, siempre se consideró como un acto piadoso, la declaración de Asser de que lo entregó a Dios no necesariamente significa que las cartas estaban a favor de la iglesia. [71]
Susan Kelly divide los Decimation Charters en cuatro grupos:
  1. Dos fechados en Winchester el 5 de noviembre de 844. En una carta en el archivo de Malmesbury, Æthelwulf se refiere en el proemio al peligroso estado de su reino como resultado de los ataques de paganos y bárbaros. Por el bien de su alma y a cambio de misas para el rey y los ealdormen cada miércoles, "he decidido dar en libertad perpetua una parte de las tierras hereditarias a todos aquellos rangos que estaban en posesión, tanto para los siervos de Dios como para las sirvientas que sirven a Dios y para los laicos, siempre la décima piel, y donde es menor, entonces la décima parte ". [k]
  2. Seis fechados en Wilton el día de Pascua, el 22 de abril de 854. En el texto común de estas cartas, Æthelwulf afirma que "por el bien de su alma y la prosperidad del reino y [la salvación de] las personas que Dios le asignó, él ha actuado siguiendo el consejo que le dieron sus obispos, comités y todos sus nobles. Ha otorgado la décima parte de las tierras en todo su reino, no solo a las iglesias, sino también a sus reyes . La tierra se otorga en libertad perpetua, para que permanezca libre de los servicios reales y todas las cargas seculares. A cambio habrá una conmemoración litúrgica del rey y de sus obispos y ealdormen ". [l]
  3. Cinco de Old Minster, Winchester , se relacionaron con la reunión de Wilton, pero generalmente se consideran espurios. [metro]
  4. Uno de Kent fechado en 855, el único que tiene la misma fecha que la aniquilación según Chronicle y Asser. El rey concede a su propiedad thegn Dunn en Rochester "a causa de la destrucción de tierras que, por el regalo de Dios, he decidido hacer". Dunn dejó la tierra a su esposa con la reversión a la Catedral de Rochester . [n] [74]
Ninguno de los estatutos es original, y Stevenson los descartó a todos por fraudulentos, aparte del Kentish de 855. Stevenson vio la aniquilación como una donación de demesne real a iglesias y laicos, con las subvenciones que se hicieron a los laicos en el entendimiento. que habría reversión a una institución religiosa. [75] Hasta la década de 1990, su punto de vista sobre la autenticidad de las cartas fue generalmente aceptado por los académicos, con la excepción del historiador HPR Finberg., quienes argumentaron en 1964 que la mayoría se basan en diplomas auténticos. Finberg acuñó los términos "Primera Decimación" de 844, que vio como la eliminación de las cuotas públicas en una décima parte de todo el libro, y la "Segunda Decimación" de 854, la donación de una décima parte del "dominio privado de la realeza casa "a las iglesias. Consideró poco probable que la Primera Decimación se hubiera llevado a efecto, probablemente debido a la amenaza de los vikingos. La terminología de Finberg ha sido adoptada, pero su defensa de la Primera Decimación generalmente fue rechazada. En 1994, Keynes defendió las cartas de Wilton en el grupo 2, y sus argumentos han sido ampliamente aceptados. [76]
Los historiadores se han dividido sobre cómo interpretar la Segunda Decimación, y en 1994 Keynes la describió como "uno de los problemas más desconcertantes" en el estudio de las cartas del siglo IX. Expuso tres alternativas:
  1. Transmitió una décima parte del reino real, las tierras de la corona en oposición a la propiedad personal del soberano, en manos de iglesias, eclesiásticos y laicos. En la Inglaterra anglosajona, la propiedad era folkland o bookland. La transmisión de folkland se regía por los derechos consuetudinarios de los parientes, sujeto a la aprobación del rey, mientras que bookland se estableció mediante la concesión de una carta real, y el propietario podía deshacerse de él libremente. La reserva de tierras lo convirtió por carta de folkland a bookland. La demesne real era la tierra de la corona, mientras que la tierra de los libros del rey era su propiedad personal, que podía dejar por voluntad cuando lo deseara. En la aniquilación, Æthelwulf pudo haber transmitido el folclore real por carta para convertirse en tierra de libros, en algunos casos a laicos que ya habían arrendado la tierra. [77]
  2. Era la reserva de una décima parte del folclore a sus propietarios, que luego serían libres de transmitirlo a una iglesia. [78]
  3. Fue una reducción de una décima parte de las cargas seculares en las tierras que ya están en posesión de los terratenientes. [78] Las cargas seculares habrían incluido la provisión de suministros para el rey y sus funcionarios, y el pago de varios impuestos. [79]
Algunos estudiosos, por ejemplo Frank Stenton , autor de la historia estándar de la Inglaterra anglosajona, junto con Keynes y Abels, ven la Segunda Decimación como una donación de demesne real. En opinión de Abels, Æthelwulf buscó la lealtad de la aristocracia y la iglesia durante la próxima ausencia del rey de Wessex, y mostró una sensación de inseguridad dinástica también evidente en la generosidad de su padre hacia la iglesia de Kent en 838, y en una "atención ávida" en este período para compilar y revisar genealogías reales. [80] Keynes sugiere que "el propósito de Æthelwulf era presumiblemente obtener ayuda divina en sus luchas contra los vikingos", [81] y el historiador de mediados del siglo XX Eric Johnobserva que "toda una vida de estudios medievales enseña que uno de los primeros reyes medievales nunca fue tan político como cuando estaba de rodillas". [82] La opinión de que la aniquilación fue una donación de los bienes personales del rey es respaldada por el anglosajón sajón Alfred P. Smyth , quien argumenta que estas eran las únicas tierras que el rey tenía derecho a enajenar por libro. [83] [o] El historiador Martin Ryan prefiere la opinión de que Æthelwulf liberó a una décima parte de la tierra propiedad de los laicos de las obligaciones seculares, que ahora podían dotar a las iglesias bajo su propio patrocinio. Ryan lo ve como parte de una campaña de devoción religiosa. [86]Según el historiador David Pratt, "se interpreta mejor como un 'recorte de impuestos' estratégico, diseñado para fomentar la cooperación en medidas defensivas a través de una remisión parcial de las cuotas reales". [87] Nelson afirma que la aniquilación tuvo lugar en dos fases, en Wessex en 854 y Kent en 855, lo que refleja que seguían siendo reinos separados. [88]
Kelly argumenta que la mayoría de las cartas se basaron en originales genuinos, incluida la Primera Decimación de 844. Ella dice: "Los comentaristas han sido desagradables [y] la versión 844 no ha recibido el beneficio de la duda". En su opinión, Æthelwulf dio una reducción de impuestos del 10% en bookland, y diez años después dio el paso más generoso de "una distribución generalizada de las tierras reales". A diferencia de Finberg, ella cree que ambas decimaciones se llevaron a cabo, aunque la segunda puede no haberse completado debido a la oposición del hijo de Æthelwulf, Æthelbald. Ella piensa que las concesiones de bookland a los laicos en la Segunda Decimación fueron incondicionales, no con la reversión a las casas religiosas como Stevenson había argumentado. [89]Sin embargo, Keynes no está convencido por los argumentos de Kelly, y piensa que las cartas de la Primera Decimación fueron fabricaciones del siglo XI o principios del XII. [90]

Peregrinación a Roma y vida posterior

A principios de los años 850 Æthelwulf fue en peregrinación a Roma. Según Abels: "Æthelwulf estaba en la cima de su poder y prestigio. Fue un momento propicio para que el rey de Sajonia Occidental reclamara un lugar de honor entre los reyes y emperadores de la cristiandad ". [91] Sus hijos supervivientes más antiguos, Æthelbald y Æthelberht, eran adultos, mientras que Æthelred y Alfred todavía eran niños pequeños. En 853, Ethelwulf envió a sus hijos menores a Roma, quizás acompañando a los enviados en relación con su próxima visita. Alfred, y posiblemente Æthelred también, fueron investidos con el "cinturón del consulado". La parte de Æthelred en el viaje solo se conoce a partir de un registro contemporáneo en la liber vitae de San Salvatore , Brescia, ya que registros posteriores como la Crónica anglosajona solo estaban interesados ​​en registrar el honor que se le había otorgado a Alfred. [14] Abels ve la embajada como allanando el camino para la peregrinación de Æthelwulf, y la presencia de Alfred, su hijo más joven y por lo tanto más prescindible, como un gesto de buena voluntad para el papado; La confirmación del Papa León IV convirtió a Alfredo en su hijo espiritual, y así creó un vínculo espiritual entre los dos "padres". [92] [p] Kirby argumenta que el viaje puede indicar que Alfred estaba destinado a la iglesia, [94] mientras que Nelson, por el contrario, ve el propósito de Æthelwulf como afirmar la dignidad del trono de sus hijos menores, protegiéndolos así contra la amnesiapor sus hermanos mayores, lo que los habría dejado sin derecho a la realeza. [95]
Æthelwulf se dirigió a Roma en la primavera de 855, acompañado por Alfred y un gran séquito. [96] El Rey dejó Wessex al cuidado de su hijo superviviente más viejo, Æthelbald, y el sub-reino de Kent al gobierno de Æthelberht, y confirmó que iban a tener éxito en los dos reinos. [26] En el camino, la fiesta se quedó con Carlos el Calvo en Francia, donde hubo los banquetes habituales y el intercambio de regalos. Æthelwulf se quedó un año en Roma [97] y sus obsequios a la diócesis de Romaincluía una corona de oro que pesaba 4 libras (1,8 kg), dos copas de oro, una espada atada con oro, cuatro cuencos dorados, dos túnicas de seda y dos velos entrelazados de oro. También le dio oro al clero y hombres principales y plata a la gente de Roma. Según la historiadora Joanna Story, sus dones rivalizaban con los de los donantes carolingios y el emperador bizantino y "fueron elegidos claramente para reflejar la generosidad personal y la riqueza espiritual del rey de Sajonia Occidental; aquí no había" hillbilly "germánico de los bosques de los cristianos. mundo, sino más bien un monarca sofisticado, rico y totalmente contemporáneo ". [98] Según el cronista del siglo XII William of Malmesbury , ayudó a pagar la restauración del barrio sajón, que recientemente había sido destruido por el fuego, para los peregrinos ingleses. [99]
La peregrinación desconcierta a los historiadores y Kelly comenta que "es extraordinario que un rey medieval temprano pudiera considerar su posición lo suficientemente segura como para abandonar su reino en un momento de crisis extrema". Ella sugiere que Æthelwulf pudo haber sido motivado por un impulso religioso personal. [100] Ryan lo ve como un intento de aplacar la ira divina mostrada por los ataques vikingos, [86] mientras que Nelson piensa que su objetivo era mejorar su prestigio al tratar con las demandas de sus hijos adultos. [101] En opinión de Kirby:
El viaje de Æthelwulf a Roma es de gran interés porque no significó la abdicación y la retirada del mundo como lo hicieron sus viajes a Roma por Cædwalla e Ine y otros reyes anglosajones. Era más una muestra de la posición internacional del rey y una demostración del prestigio de su dinastía en los círculos francos y papales. [102]
En su camino de regreso de Roma, Æthelwulf se quedó nuevamente con el rey Carlos el Calvo, y pudo haberse unido a él en una campaña contra una banda de guerra vikinga. [103] El 1 de octubre de 856 Æthelwulf se casó con la hija de Charles, Judith, de 12 o 13 años, en Verberie . El matrimonio fue considerado extraordinario por los contemporáneos y por los historiadores modernos. Las princesas carolingias rara vez se casaban y, por lo general, las enviaban a conventos, y era casi desconocido para ellas casarse con extranjeros. Judith fue coronada reina y ungida por Hincmar , arzobispo de RheimsAunque las emperatrices habían sido ungidas antes, esta es la primera unción definitivamente conocida de una reina carolingia. Además, la costumbre de West Saxon, descrita por Asser como "perversa y detestable", era que la esposa de un rey de Wessex no podía llamarse reina o sentarse en el trono con su esposo; ella era solo la esposa del rey. [104]
Æthelwulf regresó a Wessex para enfrentarse a una revuelta de Æthelbald, quien intentó evitar que su padre recuperara su trono. Los historiadores dan explicaciones variadas tanto para la rebelión como para el matrimonio. En opinión de Nelson, el matrimonio de Æthelwulf con Judith agregó al rey de Sajonia Occidental a la familia de reyes y aliados principescos que Charles estaba creando. [105] Charles estaba bajo ataque tanto de los vikingos como de un aumento entre su propia nobleza, y Æthelwulf tenía un gran prestigio debido a sus victorias sobre los vikingos; algunos historiadores como Kirby y Pauline StaffordVemos el matrimonio como sellando una alianza anti-vikinga. El matrimonio le dio a Æthelwulf una participación en el prestigio carolingio, y Kirby describe la unción de Judith como "una santificación carismática que mejoró su estatus, bendijo su vientre y confirió la dignidad del trono adicional a su descendencia masculina". Estas marcas de un estado especial implicaban que un hijo suyo tendría éxito al menos en parte del reino de Æthelwulf, y explicaría la decisión de Æthelbald de rebelarse. [106]El historiador Michael Enright niega que una alianza anti-vikinga entre dos reinos tan distantes pueda tener algún propósito útil, y argumenta que el matrimonio fue la respuesta de Æthelwulf a las noticias de que su hijo planeaba rebelarse; su hijo de una reina carolingia ungida estaría en una posición fuerte para tener éxito como rey de Wessex en lugar del rebelde Æthelbald. [107] Abels sugiere que Æthelwulf buscó la mano de Judith porque necesitaba el dinero y el apoyo de su padre para superar la rebelión de su hijo, [108] pero Kirby y Smyth argumentan que es extremadamente improbable que Charles el Calvo hubiera aceptado casar a su hija con un gobernante que se sabía que estaba en serias dificultades políticas. [109]Æthelbald también pudo haber actuado por resentimiento por la pérdida de patrimonio que sufrió como resultado de la aniquilación. [100]
La rebelión de Æthelbald fue apoyada por Ealhstan, obispo de Sherborne y Eanwulf, ealdorman de Somerset, a pesar de que parecen haber sido dos de los asesores más confiables del rey. [110] Según Asser, la trama se concertó "en la parte occidental de Selwood", y los nobles occidentales pueden haber respaldado a Æthelbald porque les molestaba el patrocinio que Æthelwulf le dio al este de Wessex. [111] Asser también declaró que Æthelwulf acordó renunciar a la parte occidental de su reino para evitar una guerra civil. Algunos historiadores como Keynes y Abels piensan que su gobierno se limitó al sudeste, [112]mientras que otros, como Kirby, piensan que es más probable que se dividiera Wessex, con Æthelbald manteniendo Wessex al oeste de Selwood, Æthelwulf manteniendo el centro y el este, y Æthelberht manteniendo el sureste. [113] Æthelwulf insistió en que Judith debería sentarse a su lado en el trono hasta el final de su vida, y según Asser esto fue "sin ningún desacuerdo o insatisfacción por parte de sus nobles". [114]
Anillo del rey Æthelwulf
Anillo del rey Æthelwulf

Anillo del rey Æthelwulf

El anillo del rey Æthelwulf fue encontrado en una carreta en Laverstock en Wiltshire en agosto de 1780 por un tal William Petty, quien lo vendió a un platero en Salisbury . El platero lo vendió al conde de Radnor , y el hijo del conde, William , lo donó al Museo Británico en 1829. El anillo, junto con un anillo similar de la hija de Æthelwulf, Æthelswith, es uno de los dos ejemplos clave de nielloed del siglo IX. metalistería. Parecen representar el surgimiento de un "estilo de corte" de metalistería de Sajonia Occidental, caracterizado por una iconografía cristiana inusual, como un par de pavos reales en la Fuente de la Vidaen el anillo Æthelwulf, asociado con la inmortalidad cristiana. El anillo está inscrito "Æthelwulf Rex", asociándolo firmemente con el Rey, y la inscripción forma parte del diseño, por lo que no se puede agregar más tarde. Muchas de sus características son típicas de la carpintería metálica del siglo IX, como el diseño de dos pájaros, bordes con cuentas y moteados, y una salina con terminales en forma de flecha en la parte posterior. Probablemente se fabricó en Wessex, pero era típico de la uniformidad de los adornos de animales en Inglaterra en el siglo IX. En opinión de Leslie Webster , experta en arte medieval: "Su elegante adorno de estilo Trewhiddle ciertamente encajaría en una fecha de mediados del siglo IX". [115]En opinión de Nelson, "seguramente fue un regalo de este señor real para un seguidor musculoso: el signo de un reinado exitoso del siglo IX". [14] El historiador del arte David Wilson lo ve como una supervivencia de la tradición pagana del rey generoso como el "donante de anillos". [116]

La voluntad de Æthelwulf

Una página del testamento del rey Alfredo
Una página del testamento del rey Alfredo
La voluntad de Æthelwulf no ha sobrevivido, pero la de Alfred sí, y proporciona cierta información sobre las intenciones de su padre. Dejó un legado para ser heredado por cualquiera de Æthelbald, Æthelred y Alfred que vivieron más tiempo. Abels y Yorke argumentan que esto significaba la totalidad de su propiedad personal en Wessex, y probablemente que el sobreviviente también heredaría el trono de Wessex, mientras que Æthelberht y sus herederos gobernaban Kent. [117] Otros historiadores no están de acuerdo. Nelson afirma que la disposición sobre la propiedad personal no tenía nada que ver con la realeza, [14] y Kirby comenta: "Tal arreglo habría llevado a una lucha fratricida. Con tres hermanos mayores, las posibilidades de Alfred de llegar a la edad adulta, uno siente, han sido mínimos ". [118]Smyth describe el legado como una provisión para sus hijos más jóvenes cuando alcanzaron la madurez. [119] La riqueza móvil de Æthelwulf, como el oro y la plata, debía dividirse entre "niños, nobles y las necesidades del alma del rey". [14] Para este último, dejó una décima parte de su tierra hereditaria para reservar para alimentar a los pobres, y ordenó que se enviaran trescientos mancuses a Roma cada año, cien para gastar en encender las lámparas en San Pedro en Semana Santa, cien por las luces de San Pablo y cien por el papa. [120]

Muerte y sucesión

Æthelwulf murió el 13 de enero de 858. Según los Anales de St Neots , fue enterrado en Steyning en Sussex , pero su cuerpo fue trasladado a Winchester , probablemente por Alfred. [121] Como Æthelwulf había planeado, fue sucedido por Æthelbald en Wessex y Æthelberht en Kent y el sureste. [122] El prestigio conferido por un matrimonio franco era tan grande que Æthelbald casó a su madrastra Judith, con el horror retrospectivo de Asser; Describió el matrimonio como una "gran desgracia" y "contra la prohibición de Dios y la dignidad cristiana". [14]Cuando Æthelbald murió solo dos años más tarde, Æthelberht se convirtió en rey de Wessex y Kent, y la intención de Æthelwulf de dividir sus reinos entre sus hijos fue dejada de lado. En opinión de Yorke y Abels, esto se debía a que Æthelred y Alfred eran demasiado jóvenes para gobernar, y Æthelberht acordó a cambio que sus hermanos menores heredarían todo el reino a su muerte, [123] mientras que Kirby y Nelson piensan que Æthelberht se convirtió en el fiduciario para la parte de sus hermanos menores del legado de su padre. [124]
Después de la muerte de Æthelbald, Judith vendió sus posesiones y regresó con su padre, pero dos años después se fugó con Baldwin, Conde de Flandes . En la década de 890, su hijo, también llamado Baldwin , se casó con la nieta de Æthelwulf, Ælfthryth . [14]

Historiografía

La reputación de Æthelwulf entre los historiadores era pobre en el siglo XX. En 1935, el historiador RH Hodgkin atribuyó su peregrinación a Roma a "la piedad poco práctica que lo llevó a abandonar su reino en un momento de gran peligro", y describió su matrimonio con Judith como "la locura de un hombre senil antes de su tiempo". ". [125] Para Stenton en la década de 1960 era "un hombre religioso y poco ambicioso, para quien la participación en la guerra y la política era una consecuencia no deseada del rango". [126] Un disidente fue Finberg, quien en 1964 lo describió como "un rey cuyo valor en la guerra y la munificencia principesca recordaban las figuras de la época heroica", [127]pero en 1979, Enright dijo: "Más que nada, parece haber sido un entusiasta religioso poco práctico". [128] Los primeros escritores medievales, especialmente Asser, enfatizan su religiosidad y su preferencia por el consenso, visto en las concesiones hechas para evitar una guerra civil a su regreso de Roma. [q] En opinión de Story, "su legado se ha visto empañado por acusaciones de piedad excesiva que (al menos para las sensibilidades modernas) parece haber estado en desacuerdo con las demandas de la realeza medieval temprana". En 839, un rey anglosajón sin nombre escribió al emperador romano santo Luis el Piadosopidiendo permiso para viajar por su territorio camino a Roma, y ​​relatando el sueño de un sacerdote inglés que predijo el desastre a menos que los cristianos abandonaran sus pecados. Ahora se cree que este fue un proyecto no realizado de Egbert al final de su vida, pero anteriormente se atribuyó a Æthelwulf, y se vio como una muestra de lo que Story llama su reputación de "piedad dramática" e irresponsabilidad por planear abandonar su reino. Al comienzo de su reinado. [130]
En el siglo XXI los historiadores lo ven de manera muy diferente. Æthelwulf no aparece en el índice de Peter Hunter Blair 's Introducción a la Inglaterra anglosajona , publicado por primera vez en 1956, pero en una nueva introducción a las Keynes edición de 2003 lo incluyó entre las personas "que no siempre han sido concedidos la atención que se podría pensar que merece ... porque fue él, más que ningún otro, quien aseguró la fortuna política de su pueblo en el siglo IX y abrió los canales de comunicación que condujeron a través de los reinos francos y los Alpes hasta Roma ". . [131]Según Story: "Æthelwulf adquirió y cultivó una reputación tanto en Francia como en Roma, que no tiene paralelo en las fuentes desde el apogeo del poder de Offa y Coenwulf a principios del siglo IX". [132]
Nelson lo describe como "uno de los grandes subestimado entre los anglosajones", y se queja de que sólo se le permitió 2.500 palabras para él en el Diccionario Oxford de la biografía nacional , en comparación con 15.000 para Edward II y de 35.000 para Isabel I . [133] Ella dice:

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Æthelwulf (Old English for "Noble Wolf";[2] died 13 January 858) was King of Wessex from 839 to 858.[a] In 825, his father, King Egbert, defeated King Beornwulf of Mercia, ending a long Mercian dominance over Anglo-Saxon England south of the Humber. Egbert sent Æthelwulf with an army to Kent, where he expelled the Mercian sub-king and was himself appointed sub-king. After 830, Egbert maintained good relations with Mercia, and this was continued by Æthelwulf when he became king in 839, the first son to succeed his father as West Saxon king since 641.

Æthelwulf was the son of Egbert, King of Wessex from 802 to 839. His mother's name is unknown, and he had no recorded siblings. He is known to have had two wives in succession, and so far as is known, Osburh, the senior of the two, was the mother of all his children. She was the daughter of Oslac, described by Asser, biographer of their son Alfred the Great, as "King Æthelwulf's famous butler",[b] a man who was descended from Jutes who had ruled the Isle of Wight.[13][14] Æthelwulf had six known children. His eldest son, Æthelstan, was old enough to be appointed King of Kent in 839, so he must have been born by the early 820s, and he died in the early 850s.[c] The second son, Æthelbald, is first recorded as a charter witness in 841, and if, like Alfred, he began to attest when he was around six, he would have been born around 835; he was King of Wessex from 858 to 860. Æthelwulf's third son, Æthelberht, was probably born around 839 and was king from 860 to 865. The only daughter, Æthelswith, married Burgred, King of Mercia, in 853.[16] The other two sons were much younger: Æthelred was born around 848 and was king from 865 to 871, and Alfred was born around 849 and was king from 871 to 899.[17] In 856 Æthelwulf married Judith, daughter of Charles the Bald, King of West Francia and future Holy Roman Emperor, and his wife Ermentrude. Osburh had probably died, although it is possible that she had been repudiated.[d] There were no children from Æthelwulf's marriage to Judith, and after his death she married his eldest surviving son and successor, Æthelbald.[13]

Source
https://en.wikipedia.org/wiki/%C3%86thelwulf
Further Reading
http://fmg.ac/Projects/MedLands/ENGLAND,%20AngloSaxon%20&%20Danish%20Kings.htm#AethelwulfWessexdied858B
http://no.wikipedia.org/wiki/Ethelwulf_av_Wessex
http://park.org/Guests/Stavanger/sg05.htm
http://www.britannia.com/history/monarchs/mon2.html
http://www.thepeerage.com/p10261.htm#i102608
http://www.royalist.info/execute/biog?person=172
http://www.britroyals.com/kings.asp?id=aethelwulf
http://www.historic-uk.com/HistoryUK/England-History/KingsandQueens...
He was an Anglo-Saxon king, the father of King Alfred "The Great". As ruler of the West Saxons he allied his kingdom of Wessex with the kingdom of Mercia and by so doing withstood invasion of his country by the Danish Vikings.

Æthelwulf (Old English for "Noble Wolf";[2] died 13 January 858) was King of Wessex from 839 to 858.[a] In 825, his father, King Egbert, defeated King Beornwulf of Mercia, ending a long Mercian dominance over Anglo-Saxon England south of the Humber. Egbert sent Æthelwulf with an army to Kent, where he expelled the Mercian sub-king and was himself appointed sub-king. After 830, Egbert maintained good relations with Mercia, and this was continued by Æthelwulf when he became king in 839, the first son to succeed his father as West Saxon king since 641. The Vikings were not a major threat to Wessex during Æthelwulf's reign. In 843, he was defeated in a battle against the Vikings at Carhampton in Somerset, but he achieved a major victory at the Battle of Aclea in 851. In 853 he joined a successful Mercian expedition to Wales to restore the traditional Mercian hegemony, and in the same year his daughter Æthelswith married King Burgred of Mercia. In 855 Æthelwulf went on pilgrimage to Rome. In preparation he gave a "decimation", donating a tenth of his personal property to his subjects; he appointed his eldest surviving son Æthelbald to act as King of Wessex in his absence, and his next son Æthelberht to rule Kent and the south-east. Æthelwulf spent a year in Rome, and on his way back he married Judith, the daughter of the West Frankish King Charles the Bald. When Æthelwulf returned to England, Æthelbald refused to surrender the West Saxon throne, and Æthelwulf agreed to divide the kingdom, taking the east and leaving the west in Æthelbald's hands. On Æthelwulf's death in 858 he left Wessex to Æthelbald and Kent to Æthelberht, but Æthelbald's death only two years later led to the reunification of the kingdom. In the 20th century Æthelwulf's reputation among historians was poor: he was seen as excessively pious and impractical, and his pilgrimage was viewed as a desertion of his duties. Historians in the 21st century see him very differently, as a king who consolidated and extended the power of his dynasty, commanded respect on the continent, and dealt more effectively than most of his contemporaries with Viking attacks. He is regarded as one of the most successful West Saxon kings, who laid the foundations for the success of his son, Alfred the Great. Contents [hide] 1Background 2Family 3Early life 4King of Wessex 5Viking threat 6Coinage 7Decimation Charters 8Pilgrimage to Rome and later life 9King Æthelwulf's ring 10Æthelwulf's will 11Death and succession 12Historiography 13Notes 14References 15Sources 16External links Background[edit]Southern Britain in the middle of the ninth centuryAt the beginning of the 9th century, England was almost completely under the control of the Anglo-Saxons, with Mercia and Wessex the most important southern kingdoms. Mercia was dominant until the 820s, and it exercised overlordship over East Anglia and Kent, but Wessex was able to maintain its independence from its more powerful neighbour. Offa, King of Mercia from 757 to 796, was the dominant figure of the second half of the 8th century. King Beorhtric of Wessex (786–802), married Offa's daughter in 789. Beorhtric and Offa drove Æthelwulf's father Egbert into exile, and he spent several years at the court of Charlemagne in Francia. Egbert was the son of Ealhmund, who had briefly been King of Kent in 784. Following Offa's death, King Coenwulf of Mercia (796–821) maintained Mercian dominance, but it is uncertain whether Beorhtric ever accepted political subordination, and when he died in 802 Egbert became king, perhaps with the support of Charlemagne.[5] For two hundred years three kindreds had fought for the West Saxon throne, and no son had followed his father as king. Egbert's best claim was that he was the great-great-grandson of Ingild, brother of King Ine (688–726), and in 802 it would have seemed very unlikely that he would establish a lasting dynasty.[6] Almost nothing is recorded of the first twenty years of Egbert's reign, apart from campaigns against the Cornish in the 810s.[7] The historian Richard Abels argues that the silence of the Anglo-Saxon Chronicle was probably intentional, concealing Egbert's purge of Beorhtric's magnates and suppression of rival royal lines.[8]Relations between Mercian kings and their Kentish subjects were distant. Kentish ealdormen did not attend the court of King Coenwulf, who quarrelled with Archbishop Wulfred of Canterbury (805–832) over the control of Kentish monasteries; Coenwulf's primary concern seems to have been to gain access to the wealth of Kent. His successors Ceolwulf I (821–23) and Beornwulf (823–26) restored relations with Archbishop Wulfred, and Beornwulf appointed a sub-king of Kent, Baldred.[9] England had suffered Viking raids in the late 8th century, but no attacks are recorded between 794 and 835, when the Isle of Sheppey in Kent was ravaged.[10] In 836 Egbert was defeated by the Vikings at Carhampton in Somerset,[7] but in 838 he was victorious over an alliance of Cornishmen and Vikings at the Battle of Hingston Down, reducing Cornwall to the status of a client kingdom.[11] Family[edit]Æthelwulf was the son of Egbert, King of Wessex from 802 to 839. His mother's name is unknown, and he had no recorded siblings. He is known to have had two wives in succession, and so far as is known, Osburh, the senior of the two, was the mother of all his children. She was the daughter of Oslac, described by Asser, biographer of their son Alfred the Great, as "King Æthelwulf's famous butler",[b] a man who was descended from Jutes who had ruled the Isle of Wight.[13][14] Æthelwulf had six known children. His eldest son, Æthelstan, was old enough to be appointed King of Kent in 839, so he must have been born by the early 820s, and he died in the early 850s.[c] The second son, Æthelbald, is first recorded as a charter witness in 841, and if, like Alfred, he began to attest when he was around six, he would have been born around 835; he was King of Wessex from 858 to 860. Æthelwulf's third son, Æthelberht, was probably born around 839 and was king from 860 to 865. The only daughter, Æthelswith, married Burgred, King of Mercia, in 853.[16] The other two sons were much younger: Æthelred was born around 848 and was king from 865 to 871, and Alfred was born around 849 and was king from 871 to 899.[17] In 856 Æthelwulf married Judith, daughter of Charles the Bald, King of West Francia and future Holy Roman Emperor, and his wife Ermentrude. Osburh had probably died, although it is possible that she had been repudiated.[d] There were no children from Æthelwulf's marriage to Judith, and after his death she married his eldest surviving son and successor, Æthelbald.[13] Early life[edit]Æthelwulf was first recorded in 825, when Egbert won the crucial Battle of Ellandun against King Beornwulf of Mercia, ending the long Mercian ascendancy over southern England. Egbert followed it up by sending Æthelwulf with Eahlstan, Bishop of Sherborne, and Wulfheard, Ealdorman of Hampshire, with a large army into Kent to expel sub-king Baldred.[e] Æthelwulf was descended from kings of Kent, and he was sub-king of Kent, and of Surrey, Sussex and Essex, which were then included in the sub-kingdom, until he inherited the throne of Wessex in 839.[22] His sub-kingship is recorded in charters, in some of which King Egbert acted with his son's permission,[13] such as a grant in 838 to Bishop Beornmod of Rochester, and Æthelwulf himself issued a charter as King of Kent in the same year.[23] Unlike their Mercian predecessors, who alienated the Kentish people by ruling from a distance, Æthelwulf and his father successfully cultivated local support by governing through Kentish ealdormen and promoting their interests.[24] In Abels' view, Egbert and Æthelwulf rewarded their friends and purged Mercian supporters.[25][f] Historians take differing views on the attitude of the new regime to the Kentish church. At Canterbury in 828 Egbert granted privileges to the bishopric of Rochester, and according to the historian of Anglo-Saxon England Simon Keynes, Egbert and Æthelwulf took steps to secure the support of Archbishop Wulfred.[27] However, the medievalist Nicholas Brooks argues that Wulfred's Mercian origin and connections proved a liability. Æthelwulf seized an estate in East Malling from the Canterbury church on the ground that it had only been granted by Baldred when he was in flight from the West Saxon forces; the issue of archiepiscopal coinage was suspended for several years; and the only estate Wulfred was granted after 825 he received from King Wiglaf of Mercia.[28] In 829 Egbert conquered Mercia, only for Wiglaf to recover his kingdom a year later.[29] The scholar D. P. Kirby sees Wiglaf's restoration in 830 as a dramatic reversal for Egbert, which was probably followed by his loss of control of the London mint and the Mercian recovery of Essex and Berkshire,[30] and the historian Heather Edwards states that his "immense conquest could not be maintained".[7] However, in the view of Keynes: It is interesting ... that both Egbert and his son Æthelwulf appear to have respected the separate identity of Kent and its associated provinces, as if there appears to have been no plan at this stage to absorb the southeast into an enlarged kingdom stretching across the whole of southern England. Nor does it seem to have been the intention of Egbert and his successors to maintain supremacy of any kind over the kingdom of Mercia ... It is quite possible that Egbert had relinquished Mercia of his own volition; and there is no suggestion that any residual antagonism affected relations between the rulers of Wessex and Mercia thereafter.[31] In 838 King Egbert held an assembly at Kingston in Surrey, where Æthelwulf may have been consecrated as king by the archbishop. Egbert restored the East Malling estate to Wulfred's successor as Archbishop of Canterbury, Ceolnoth, in return for a promise of "firm and unbroken friendship" for himself and Æthelwulf and their heirs, and the same condition is specified in a grant to the see of Winchester. Egbert thus ensured support for Æthelwulf, who became the first son to succeed his father as West Saxon king since 641.[32] At the same meeting Kentish monasteries chose Æthelwulf as their lord, and he undertook that, after his death, they would have freedom to elect their heads. Wulfred had devoted his archiepiscopate to fighting against secular power over Kentish monasteries, but Ceolnoth now surrendered effective control to Æthelwulf, whose offer of freedom from control after his death was unlikely to be honoured by his successors. Kentish ecclesiastics and laymen now looked for protection against Viking attacks to West Saxon rather than Mercian royal power. [33] Egbert's conquests brought him wealth far greater than his predecessors had enjoyed, and enabled him to purchase the support which secured the West Saxon throne for his descendants.[34] The stability brought by the dynastic succession of Egbert and Æthelwulf led to an expansion of commercial and agrarian resources, and to an expansion of royal income.[35] The wealth of the West Saxon kings was also increased by the agreement in 838–39 with Archbishop Ceolnoth for the previously independent West Saxon minsters to accept the king as their secular lord in return for his protection.[36] However, there was no certainty that the hegemony of Wessex would prove more permanent than that of Mercia.[37] King of Wessex[edit]Depiction of Æthelwulf in the late-13th-century Genealogical Chronicle of the English KingsWhen Æthelwulf succeeded to the throne of Wessex in 839, his experience as sub-king of Kent had given him valuable training in kingship, and he in turn made his own sons sub-kings.[38] According to the Anglo-Saxon Chronicle, on his accession "he gave to his son Æthelstan the kingdom of the people of Kent, and the kingdom of the East Saxons [Essex] and of the people of Surrey and of the South Saxons [Sussex]". However, Æthelwulf did not give Æthelstan the same power as his father had given him, and although Æthelstan attested his father's charters[g] as king, he does not appear to have been given the power to issue his own charters. Æthelwulf exercised authority in the south-east and made regular visits there. He governed Wessex and Kent as separate spheres, and assemblies in each kingdom were only attended by the nobility of that country. The historian Janet Nelson says that "Æthelwulf ran a Carolingian-style family firm of plural realms, held together by his own authority as father-king, and by the consent of distinct élites." He maintained his father's policy of governing Kent through ealdormen appointed from the local nobility and advancing their interests, but gave less support to the church.[39] In 843 Æthelwulf granted ten hides at Little Chart to Æthelmod, the brother of the leading Kentish ealdorman Ealhere, and Æthelmod succeeded to the post on his brother's death in 853.[40] In 844 Æthelwulf granted land at Horton in Kent to Ealdorman Eadred, with permission to transfer parts of it to local landowners; in a culture of reciprocity, this created a network of mutual friendships and obligations between the beneficiaries and the king.[41] Archbishops of Canterbury were firmly in the West Saxon king's sphere. His ealdormen enjoyed a high status, and were sometimes placed higher than the king's sons in lists of witnesses to charters.[42] His reign is the first for which there is evidence of royal priests,[43] and Malmesbury Abbey regarded him as an important benefactor, who is said to have been the donor of a shrine for the relics of Saint Aldhelm.[44] After 830, Egbert had followed a policy of maintaining good relations with Mercia, and this was continued by Æthelwulf when he became king. London was traditionally a Mercian town, but in the 830s it was under West Saxon control; soon after Æthelwulf's accession it reverted to Mercian control.[45] King Wiglaf of Mercia died in 839 and his successor, Berhtwulf, revived the Mercian mint in London; the two kingdoms appear to have struck a joint issue in the mid-840s, possibly indicating West Saxon help in reviving Mercian coinage, and showing the friendly relations between the two powers. Berkshire was still Mercian in 844, but by 849 it was part of Wessex, as Alfred was born in that year at the West Saxon royal estate in Wantage, then in Berkshire.[46][h] However, the local Mercian ealdorman, also called Æthelwulf, retained his position under the West Saxon kings.[48] Berhtwulf died in 852 and cooperation with Wessex continued under Burgred, his successor as King of Mercia, who married Æthelwulf's daughter Æthelswith in 853. In the same year Æthelwulf assisted Burgred in a successful attack on Wales to restore the traditional Mercian hegemony over the Welsh.[49] In 9th-century Mercia and Kent, royal charters were produced by religious houses, each with its own style, but in Wessex there was a single royal diplomatic tradition, probably by a single agency acting for the king. This may have originated in Egbert's reign, and it becomes clear in the 840s, when Æthelwulf had a Frankish secretary called Felix.[50] There were strong contacts between the West Saxon and Carolingian courts. The Annals of St Bertin took particular interest in Viking attacks on Britain, and in 852 Lupus, the Abbot of Ferrières and a protégé of Charles the Bald, wrote to Æthelwulf congratulating him on his victory over the Vikings and requesting a gift of lead to cover his church roof. Lupus also wrote to his "most beloved friend" Felix, asking him to manage the transport of the lead.[51] Unlike Canterbury and the south-east, Wessex did not see a sharp decline in the standard of Latin in charters in the mid-9th century, and this may have been partly due to Felix and his continental contacts.[52] Lupus thought that Felix had great influence over the King.[13] Charters were mainly issued from royal estates in counties which were the heartland of ancient Wessex, namely Hampshire, Somerset, Wiltshire and Dorset, with a few in Kent.[53] An ancient division between east and west Wessex continued to be important in the 9th century; the boundary was Selwood Forest on the borders of Somerset, Dorset and Wiltshire. The two bishoprics of Wessex were Selborne in the west and Winchester in the east. Æthelwulf's family connections seem to have been west of Selwood, but his patronage was concentrated further east, particularly on Winchester, where his father was buried, and where he appointed Swithun to succeed Helmstan as bishop in 852–853. However, he made a grant of land in Somerset to his leading ealdorman, Eanwulf, and on 26 December 846 he granted a large estate to himself in South Hams in west Devon. He thus changed it from royal demesne, which he was obliged to pass on to his successor as king, to bookland, which could be transferred as the owner pleased, so he could make land grants to followers to improve security in a frontier zone.[54] Viking threat[edit]Viking raids increased in the early 840s on both sides of the English Channel, and in 843 Æthelwulf was defeated by the companies of 35 Danish ships at Carhampton in Somerset. In 850 sub-king Æthelstan and Ealdorman Ealhhere of Kent won a naval victory over a large Viking fleet off Sandwich in Kent, capturing nine ships and driving off the rest. Æthelwulf granted Ealhhere a large estate in Kent, but Æthelstan is not heard of again, and probably died soon afterwards. The following year the Anglo-Saxon Chronicle records five different attacks on southern England. A Danish fleet of 350 Viking ships took London and Canterbury, and when King Berhtwulf of Mercia went to their relief he was defeated. The Vikings then moved on to Surrey, where they were defeated by Æthelwulf and his son Æthelbald at the Battle of Aclea. According to the Anglo-Saxon Chronicle the West Saxon levies "there made the greatest slaughter of a heathen that we have heard tell of up to the present day". The Chronicle frequently reported victories during Æthelwulf's reign won by levies led by ealdormen, unlike the 870s when royal command was emphasised, reflecting a more consensual style of leadership in the earlier period.[55] In 850 a Danish army wintered on Thanet, and in 853 ealdormen Ealhhere of Kent and Huda of Surrey were killed in a battle against the Vikings, also on Thanet. In 855 Danish Vikings stayed over the winter on Sheppey, before carrying on their pillaging of eastern England.[56] However, during Æthelwulf's reign Viking attacks were contained and did not present a major threat.[57] Coinage[edit]Coin of King Æthelwulf: "EĐELVVLF REX", moneyer Manna, Canterbury[58]The silver penny was almost the only coin used in middle and later Anglo-Saxon England. Æthelwulf's coinage came from a main mint in Canterbury and a secondary one at Rochester; both had been used by Egbert for his own coinage after he gained control of Kent. During Æthelwulf's reign, there were four main phases of the coinage distinguishable at both mints, though they are not exactly parallel and it is uncertain when the transitions took place. The first issue at Canterbury carried a design known as Saxoniorum, which had been used by Egbert for one of his own issues. This was replaced by a portrait design in about 843, which can be subdivided further; the earliest coins have cruder designs than the later ones. At the Rochester mint the sequence was reversed, with an initial portrait design replaced, also in about 843, by a non-portrait design carrying a cross-and-wedges pattern on the obverse.[13][59] In about 848 both mints switched to a common design known as Dor¯b¯/Cant – the characters "Dor¯b¯" on the obverse of these coins indicate either Dorobernia (Canterbury) or Dorobrevia (Rochester), and "Cant", referring to Kent, appeared on the reverse. It is possible that the Canterbury mint continued to produce portrait coins at the same time. The Canterbury issue seems to have been ended in 850–851 by Viking raids, though it is possible that Rochester was spared, and the issue may have continued there. The final issue, again at both mints, was introduced in about 852; it has an inscribed cross on the reverse and a portrait on the obverse. Æthelwulf's coinage became debased by the end of his reign, and though the problem became worse after his death it is possible that the debasement prompted the changes in coin type from as early as 850.[60] Æthelwulf's first Rochester coinage may have begun when he was still sub-king of Kent, under Egbert. A hoard of coins deposited at the beginning of Æthelwulf's reign in about 840, found in the Middle Temple in London, contained 22 coins from Rochester and two from Canterbury of the first issue of each mint. Some numismatists argue that the high proportion of Rochester coins means that the issue must have commenced before Egbert's death, but an alternative explanation is that whoever hoarded the coins simply happened to have access to more Rochester coins. No coins were issued by Æthelwulf's sons during his reign.[61] Ceolnoth, Archbishop of Canterbury throughout Æthelwulf's reign, also minted coins of his own at Canterbury: there were three different portrait designs, thought to be contemporary with each of the first three of Æthelwulf's Canterbury issues. These were followed by an inscribed cross design that was uniform with Æthelwulf's final coinage. At Rochester, Bishop Beornmod produced only one issue, a cross-and-wedges design which was contemporary with Æthelwulf's Saxoniorum issue.[62] In the view of the numismatists Philip Grierson and Mark Blackburn, the mints of Wessex, Mercia and East Anglia were not greatly affected by changes in political control: "the remarkable continuity of moneyers which can be seen at each of these mints suggests that the actual mint organisation was largely independent of the royal administration and was founded in the stable trading communities of each city".[63] Decimation Charters[edit]Charter S 316 dated 855, in which Æthelwulf granted land at Ulaham in Kent to his minister Ealdhere.[64]The early 20th-century historian W. H. Stevenson observed that: "Few things in our early history have led to so much discussion" as Æthelwulf's Decimation Charters;[65] a hundred years later the charter expert Susan Kelly described them as "one of the most controversial groups of Anglo-Saxon diplomas".[66]Both Asser and the Anglo-Saxon Chronicle say that Æthelwulf gave a decimation,[i] in 855, shortly before leaving on pilgrimage to Rome. According to the Chronicle "King Æthelwulf conveyed by charter the tenth part of his land throughout all his kingdom to the praise of God and to his own eternal salvation". However, Asser states that "Æthelwulf, the esteemed king, freed the tenth part of his whole kingdom from royal service and tribute, and as an everlasting inheritance he made it over on the cross of Christ to the triune God, for the redemption of his soul and those of his predecessors."[68]According to Keynes, Asser's version may just be a "loose translation" of the Chronicle, and his implication that Æthelwulf released a tenth of all land from secular burdens was probably not intended. All land could be regarded as the king's land, so the Chronicle reference to "his land" does not necessarily refer to royal property, and since the booking of land – conveying it by charter – was always regarded as a pious act, Asser's statement that he made it over to God does not necessarily mean that the charters were in favour of the church.[69] The Decimation Charters are divided by Susan Kelly into four groups: Two dated at Winchester on 5 November 844. In a charter in the Malmesbury archive, Æthelwulf refers in the proem to the perilous state of his kingdom as the result of the assaults of pagans and barbarians. For the sake of his soul and in return for masses for the king and ealdormen each Wednesday, "I have decided to give in perpetual liberty some portion of hereditary lands to all those ranks previously in possession, both to God's servants and handmaidens serving God and to laymen, always the tenth hide, and where it is less, then the tenth part."[j] Six dated at Wilton on Easter Day, 22 April 854. In the common text of these charters, Æthelwulf states that "for the sake of his soul and the prosperity of the kingdom and [the salvation of] the people assigned to him by God, he has acted upon the advice given to him by his bishops, comites, and all his nobles. He has granted the tenth part of the lands throughout his kingdom, not only to the churches, but also to his thegns. The land is granted in perpetual liberty, so that it will remain free of royal services and all secular burdens. In return there will be liturgical commemoration of the king and of his bishops and ealdormen."[k] Five from Old Minster, Winchester, connected with the Wilton meeting but generally considered spurious.[l] One from Kent dated 855, the only one to have the same date as the decimation according to Chronicle and Asser. The king grants to his thegn Dunn property in Rochester "on account of the decimation of lands which by God's gift I have decided to do". Dunn left the land to his wife with reversion to Rochester Cathedral.[m][72] None of the charters are original, and Stevenson dismissed all of them as fraudulent apart from the Kentish one of 855. Stevenson saw the decimation as a donation of royal demesne to churches and laymen, with those grants which were made to laymen being on the understanding that there would be reversion to a religious institution.[73] Up to the 1990s, his view on the authenticity of the charters was generally accepted by scholars, with the exception of the historian H. P. R. Finberg, who argued in 1964 that most are based on authentic diplomas. Finberg coined the terms the 'First Decimation' of 844, which he saw as the removal of public dues on a tenth of all bookland, and the 'Second Decimation' of 854, the donation of a tenth of "the private domain of the royal house" to the churches. He considered it unlikely that the First Decimation had been carried into effect, probably due to the threat from the Vikings. Finberg's terminology has been adopted, but his defence of the First Decimation generally rejected. In 1994 Keynes defended the Wilton charters in group 2, and his arguments have been widely accepted.[74] Historians have been divided on how to interpret the Second Decimation, and in 1994 Keynes described it as "one of the most perplexing problems" in the study of 9th-century charters. He set out three alternatives: It conveyed a tenth of the royal demesne – the lands of the crown as opposed to the personal property of the sovereign – into the hands of churches, ecclesiastics and laymen. In Anglo-Saxon England property was either folkland or bookland. The transmission of folkland was governed by the customary rights of kinsmen, subject to the king's approval, whereas bookland was established by the grant of a royal charter, and could be disposed of freely by the owner. Booking land thus converted it by charter from folkland to bookland. The royal demesne was the crown's folkland, whereas the king's bookland was his own personal property which he could leave by will as he chose. In the decimation Æthelwulf may have conveyed royal folkland by charter to become bookland, in some cases to laymen who already leased the land.[75] It was the booking of a tenth of folkland to its owners, who would then be free to convey it to a church.[76] It was a reduction of one tenth in the secular burdens on lands already in the possession of landowners.[76] The secular burdens would have included the provision of supplies for the king and his officials, and payment of various taxes.[77] Some scholars, for example Frank Stenton, author of the standard history of Anglo-Saxon England, along with Keynes and Abels, see the Second Decimation as a donation of royal demesne. In Abels' view Æthelwulf sought loyalty from the aristocracy and church during the king's forthcoming absence from Wessex, and displayed a sense of dynastic insecurity also evident in his father's generosity towards the Kentish church in 838, and in an "avid attention" in this period to compiling and revising royal genealogies.[78] Keynes suggests that "Æthelwulf's purpose was presumably to earn divine assistance in his struggles against the Vikings",[79] and the mid-20th century historian Eric John observes that "a lifetime of medieval studies teaches one that an early medieval king was never so political as when he was on his knees".[80] The view that the decimation was a donation of the king's own personal estate is supported by the Anglo-Saxonist Alfred Smyth, who argues that these were the only lands the king was entitled to alienate by book.[81][n] The historian Martin Ryan prefers the view that Æthelwulf freed a tenth part of land owned by laymen from secular obligations, who could now endow churches under their own patronage. Ryan sees it as part of a campaign of religious devotion.[84] According to the historian David Pratt, it "is best interpreted as a strategic 'tax cut', designed to encourage cooperation in defensive measures through a partial remission of royal dues".[85] Nelson states that the decimation took place in two phases, in Wessex in 854 and Kent in 855, reflecting that they remained separate kingdoms.[86] Kelly argues that most charters were based on genuine originals, including the First Decimation of 844. She says: "Commentators have been unkind [and] the 844 version has not been given the benefit of the doubt". In her view Æthelwulf then gave a 10% tax reduction on bookland, and ten years later he took the more generous step of "a widespread distribution of royal lands". Unlike Finberg, she believes that both decimations were carried out, although the second one may not have been completed due to opposition from Æthelwulf's son Æthelbald. She thinks that the grants of bookland to laymen in the Second Decimation were unconditional, not with reversion to religious houses as Stevenson had argued.[87] However, Keynes is not convinced by Kelly's arguments, and thinks that the First Decimation charters were 11th or early 12th century fabrications.[88] Pilgrimage to Rome and later life[edit]In the early 850s Æthelwulf went on pilgrimage to Rome. According to Abels: "Æthelwulf was at the height of his power and prestige. It was a propitious time for the West Saxon king to claim a place of honour among the kings and emperors of christendom."[89] His eldest surviving sons Æthelbald and Æthelberht were then adults, while Æthelred and Alfred were still young children. In 853 Æthelwulf sent his younger sons to Rome, perhaps accompanying envoys in connection with his own forthcoming visit. Alfred, and possibly Æthelred as well, were invested with the "belt of consulship". Æthelred's part in the journey is only known from a contemporary record in the liber vitae of San Salvatore, Brescia, as later records such as the Anglo-Saxon Chronicle were only interested in recording the honour paid to Alfred.[13] Abels sees the embassy as paving the way for Æthelwulf's pilgrimage, and the presence of Alfred, his youngest and therefore most expendable son, as a gesture of goodwill to the papacy; confirmation by Pope Leo IV made Alfred his spiritual son, and thus created a spiritual link between the two "fathers".[90][o] Kirby argues that the journey may indicate that Alfred was intended for the church,[92] while Nelson on the contrary sees Æthelwulf's purpose as affirming his younger sons' throneworthiness, thus protecting them against being tonsured by their elder brothers, which would have rendered them ineligible for kingship.[93] Æthelwulf set out for Rome in the spring of 855, accompanied by Alfred and a large retinue.[94] The King left Wessex in the care of his oldest surviving son, Æthelbald, and the sub-kingdom of Kent to the rule of Æthelberht, and thereby confirmed that they were to succeed to the two kingdoms.[25] On the way the party stayed with Charles the Bald in Francia, where there were the usual banquets and exchange of gifts. Æthelwulf stayed a year in Rome,[95] and his gifts to the Diocese of Rome included a gold crown weighing 4 pounds (1.8 kg), two gold goblets, a sword bound with gold, four silver-gilt bowls, two silk tunics and two gold-interwoven veils. He also gave gold to the clergy and leading men and silver to the people of Rome. According to the historian Joanna Story, his gifts rivalled those of Carolingian donors and the Byzantine emperor and "were clearly chosen to reflect the personal generosity and spiritual wealth of the West Saxon king; here was no Germanic 'hillbilly' from the backwoods of the Christian world but, rather, a sophisticated, wealthy and utterly contemporary monarch".[96] According to the 12th-century chronicler William of Malmesbury, he helped to pay for the restoration of the Saxon quarter, which had recently been destroyed by fire, for English pilgrims.[97] The pilgrimage puzzles historians and Kelly comments that "it is extraordinary that an early medieval king could consider his position safe enough to abandon his kingdom in a time of extreme crisis". She suggests that Æthelwulf may have been motivated by a personal religious impulse.[98] Ryan sees it as an attempt to placate the divine wrath displayed by Viking attacks,[84] whereas Nelson thinks he aimed to enhance his prestige in dealing with the demands of his adult sons.[99] In Kirby's view: Æthelwulf's journey to Rome is of great interest for it did not signify abdication and a retreat from the world as their journeys to Rome had for Cædwalla and Ine and other Anglo-Saxon kings. It was more a display of the king's international standing and a demonstration of the prestige his dynasty enjoyed in Frankish and papal circles.[100] On his way back from Rome Æthelwulf again stayed with King Charles the Bald, and may have joined him on a campaign against a Viking warband.[101] On 1 October 856 Æthelwulf married Charles's daughter, Judith, aged 12 or 13, at Verberie. The marriage was considered extraordinary by contemporaries and by modern historians. Carolingian princesses rarely married and were usually sent to nunneries, and it was almost unknown for them to marry foreigners. Judith was crowned queen and anointed by Hincmar, Archbishop of Rheims. Although empresses had been anointed before, this is the first definitely known anointing of a Carolingian queen. In addition West Saxon custom, described by Asser as "perverse and detestable", was that the wife of a king of Wessex could not be called queen or sit on the throne with her husband – she was just the king's wife.[102] Æthelwulf returned to Wessex to face a revolt by Æthelbald, who attempted to prevent his father from recovering his throne. Historians give varying explanations for both the rebellion and the marriage. In Nelson's view, Æthelwulf's marriage to Judith added the West Saxon king to the family of kings and princely allies which Charles was creating.[103] Charles was under attack both from Vikings and from a rising among his own nobility, and Æthelwulf had great prestige due to his victories over the Vikings; some historians such as Kirby and Pauline Stafford see the marriage as sealing an anti-Viking alliance. The marriage gave Æthelwulf a share in Carolingian prestige, and Kirby describes the anointing of Judith as "a charismatic sanctification which enhanced her status, blessed her womb and conferred additional throne-worthiness on her male offspring." These marks of a special status implied that a son of hers would succeed to at least part of Æthelwulf's kingdom, and explain Æthelbald's decision to rebel.[104] The historian Michael Enright denies that an anti-Viking alliance between two such distant kingdoms could serve any useful purpose, and argues that the marriage was Æthelwulf's response to news that his son was planning to rebel; his son by an anointed Carolingian queen would be in a strong position to succeed as king of Wessex instead of the rebellious Æthelbald.[105] Abels suggests that Æthelwulf sought Judith's hand because he needed her father's money and support to overcome his son's rebellion,[106] but Kirby and Smyth argue that it is extremely unlikely that Charles the Bald would have agreed to marry his daughter to a ruler who was known to be in serious political difficulty.[107] Æthelbald may also have acted out of resentment at the loss of patrimony he suffered as a result of the decimation.[98] Æthelbald's rebellion was supported by Ealhstan, Bishop of Sherborne, and Eanwulf, ealdorman of Somerset, even though they appear to have been two of the king's most trusted advisers.[108]According to Asser, the plot was concerted "in the western part of Selwood", and western nobles may have backed Æthelbald because they resented the patronage Æthelwulf gave to eastern Wessex.[109] Asser also stated that Æthelwulf agreed to give up the western part of his kingdom in order to avoid a civil war. Some historians such as Keynes and Abels think that his rule was then confined to the south-east,[110] while others such as Kirby think it is more likely that it was Wessex itself which was divided, with Æthelbald keeping Wessex west of Selwood, Æthelwulf holding the centre and east, and Æthelberht keeping the south-east.[111]Æthelwulf insisted that Judith should sit beside him on the throne until the end of his life, and according to Asser this was "without any disagreement or dissatisfaction on the part of his nobles".[112] King Æthelwulf's ringKing Æthelwulf's ring[edit]King Æthelwulf's ring was found in a cart rut in Laverstock in Wiltshire in about August 1780 by one William Petty, who sold it to a silversmith in Salisbury. The silversmith sold it to the Earl of Radnor, and the earl's son, William, donated it to the British Museum in 1829. The ring, together with a similar ring of Æthelwulf's daughter Æthelswith, is one of two key examples of nielloed 9th-century metalwork. They appear to represent the emergence of a "court style" of West Saxon metalwork, characterised by an unusual Christian iconography, such as a pair of peacocks at the Fountain of Life on the Æthelwulf ring, associated with Christian immortality. The ring is inscribed "Æthelwulf Rex", firmly associating it with the King, and the inscription forms part of the design, so it cannot have been added later. Many of its features are typical of 9th-century metalwork, such as the design of two birds, beaded and speckled borders, and a saltire with arrow-like terminals on the back. It was probably manufactured in Wessex, but was typical of the uniformity of animal ornament in England in the 9th century. In the view of Leslie Webster, an expert on medieval art: "Its fine Trewhiddle style ornament would certainly fit a mid ninth-century date."[113] In Nelson's view, "it was surely made to be a gift from this royal lord to a brawny follower: the sign of a successful ninth-century kingship".[13] The art historian David Wilson sees it as a survival of the pagan tradition of the generous king as the "ring-giver".[114] Æthelwulf's will[edit]A page from King Alfred's willÆthelwulf's will has not survived, but Alfred's has and it provides some information about his father's intentions. The kingdom was to be divided between the two oldest surviving sons, with Æthelbald getting Wessex and Æthelberht Kent and the south-east. The survivor of Æthelbald, Æthelred and Alfred was to inherit their father's bookland – his personal property as opposed to the royal lands which went with the kingship – and Abels and Yorke argue that this probably means that the survivor was to inherit the throne of Wessex as well.[115] Other historians disagree. Nelson states that the provision regarding the personal property had nothing to do with the kingship,[13] and Kirby comments: "Such an arrangement would have led to fratricidal strife. With three older brothers, Alfred's chances of reaching adulthood would, one feels, have been minimal."[116] Æthelwulf's moveable wealth, such as gold and silver, was to be divided between "children, nobles and the needs of the king's soul".[13] For the latter, he left one tenth of his hereditary land to be set aside to feed the poor, and he ordered that three hundred mancuses be sent to Rome each year, one hundred to be spent on lighting the lamps in St Peter's at Easter, one hundred for the lights of St Paul's, and one hundred for the pope.[117] Death and succession[edit]Æthelwulf died on 13 January 858. According to the Annals of St Neots, he was buried at Steyning in Sussex, but his body was later transferred to Winchester, probably by Alfred.[118] Æthelwulf was succeeded by Æthelbald in Wessex and Æthelberht in Kent and the south-east. The prestige conferred by a Frankish marriage was so great that Æthelbald then wedded his step-mother Judith, to Asser's retrospective horror; he described the marriage as a "great disgrace", and "against God's prohibition and Christian dignity".[13]When Æthelbald died only two years later, Æthelberht became King of Wessex as well as Kent, and Æthelwulf's intention of dividing his kingdoms between his sons was thus set aside. In the view of Yorke and Abels this was because Æthelred and Alfred were too young to rule, and Æthelberht agreed in return that his younger brothers would inherit the whole kingdom on his death,[119] whereas Kirby and Nelson think that Æthelberht just became the trustee for his younger brothers' share of the bookland.[120] After Æthelbald's death Judith sold her possessions and returned to her father, but two years later she eloped with Baldwin, Count of Flanders. In the 890s their son, also called Baldwin, married Æthelwulf's granddaughter Ælfthryth.[13] Historiography[edit]Æthelwulf's reputation among historians was poor in the twentieth century. In 1935 the historian R. H. Hodgkin attributed his pilgrimage to Rome to "the unpractical piety which had led him to desert his kingdom at a time of great danger", and described his marriage to Judith as "the folly of a man senile before his time".[121]To Stenton in the 1960s he was "a religious and unambitious man, for whom engagement in war and politics was an unwelcome consequence of rank".[122] One dissenter was Finberg, who in 1964 described him as "a king whose valour in war and princely munificence recalled the figures of the heroic age",[123] but in 1979 Enright said: "More than anything else he appears to have been an impractical religious enthusiast."[124] Early medieval writers, especially Asser, emphasise his religiosity and his preference for consensus, seen in the concessions made to avert a civil war on his return from Rome.[p] In Story's view "his legacy has been clouded by accusations of excessive piety which (to modern sensibilities at least) has seemed at odds with the demands of early medieval kingship". In 839 an unnamed Anglo-Saxon king wrote to the Holy Roman Emperor Louis the Pious asking for permission to travel through his territory on the way to Rome, and relating an English priest's dream which foretold disaster unless Christians abandoned their sins. This is now believed to have been an unrealised project of Egbert at the end of his life, but it was formerly attributed to Æthelwulf, and seen as exhibiting what Story calls his reputation for "dramatic piety", and irresponsibility for planning to abandon his kingdom at the beginning of his reign.[126] In the twenty-first century he is seen very differently by historians. Æthelwulf is not listed in the index of Peter Hunter Blair's An Introduction to Anglo-Saxon England, first published in 1956, but in a new introduction to the 2003 edition Keynes listed him among people "who have not always been accorded the attention they might be thought to deserve ... for it was he, more than any other, who secured the political fortune of his people in the ninth century, and who opened up channels of communication which led through Frankish realms and across the Alps to Rome".[127] According to Story: "Æthelwulf acquired and cultivated a reputation both in Francia and Rome which is unparalleled in the sources since the height of Offa's and Coenwulf's power at the turn of the ninth century".[128] Nelson describes him as "one of the great underrated among Anglo-Saxons", and complains that she was only allowed 2,500 words for him in the Oxford Dictionary of National Biography, compared with 15,000 for Edward II and 35,000 for Elizabeth I.[129]She says: Æthelwulf's reign has been relatively under-appreciated in modern scholarship. Yet he laid the foundations for Alfred's success. To the perennial problems of husbanding the kingdom's resources, containing conflicts within the royal family, and managing relations with neighbouring kingdoms, Æthelwulf found new as well as traditional answers. He consolidated old Wessex, and extended his reach over what is now Devon and Cornwall. He ruled Kent, working with the grain of its political community. He borrowed ideological props from Mercians and Franks alike, and went to Rome, not to die there, like his predecessor Ine, ... but to return, as Charlemagne had, with enhanced prestige. Æthelwulf coped more effectively with Scandinavian attacks than did most contemporary rulers.[13] Notes[edit] Jump up^ Egbert's death and Æthelwulf's accession is dated by historians to 839. According to Susan Kelly, "there may be grounds for arguing that Æthelwulf's succession actually took place late in 838",[3] but Joanna Story argues that the West Saxon regnal lists show the length of Egbert's reign as 37 years and 7 months, and as he acceded in 802 he is unlikely to have died before July 839.[4] Jump up^ Keynes and Lapidge comment: "The office of butler (pincerna) was a distinguished one, and its holders were likely to have been important figures in the royal court and household".[12] Jump up^ Æthelstan was sub-king of Kent ten years before Alfred was born, and some late versions of the Anglo-Saxon Chronicle make him the brother of Æthelwulf rather than his son. This has been accepted by some historians, but is now generally rejected. It has also been suggested that Æthelstan was born of an unrecorded first marriage, but historians generally assume that he was Osburh's son.[15] Jump up^ Nelson states that it is uncertain whether Osburh died or had been repudiated,[13] but Abels argues that it is "extremely unlikely" that she was repudiated, as Hincmar of Rheims, who played a prominent role in Æthelwulf's and Judith's marriage ceremony, was a strong advocate of the indissolubility of marriage.[18] Jump up^ The historians Janet Nelson and Ann Williams date Baldred's removal and the start of Æthelwulf's sub-kingship to 825,[19] but D. P. Kirby states that Baldred was probably not driven out until 826.[20]Simon Keynes cites the Anglo-Saxon Chronicle as stating that Æthelwulf expelled Baldred in 825, and secured the submission of the people of Kent, Surrey, Sussex and Essex; however, charter evidence suggests that Beornwulf was recognised as overlord of Kent until he was killed in battle while attempting to put down a rebellion in East Anglia in 826. His successor as king of Mercia, Ludeca, never seems to have been recognised in Kent. In a charter of 828 Egbert refers to his son Æthelwulf "whom we have made king in Kent" as if the appointment was fairly new.[21] Jump up^ Christ Church, Canterbury kept lists of patrons who had made donations to the church, and late 8th and early 9th century patrons who had been supporters of Mercian power were expunged from the lists towards the end of the 9th century.[26] Jump up^ To attest a charter was to witness a grant of land by the king. The attesters were listed by the scribe at the end of the charter, although usually only the most high-ranking witnesses were included. Jump up^ The scholar James Booth suggests that the part of Berkshire where Alfred was born may have been West Saxon territory throughout the period.[47] Jump up^ "Decimation" is used here in the sense of a donation of a tenth part. This usually means a payment to the ruler or church (tithe),[67]but it is used here to mean a donation of a tenth part by the king. Historians do not agree what it was a tenth of. Jump up^ The charters are S 294, 294a and 294b. Kelly treats 294a and b, which are both from Malmesbury Abbey, as one text.[70] Jump up^ The six charters are S 302, 303, 304, 305, 307 and 308.[71] Jump up^ The five Old Minster charters are S 309-13. Kelly states that there are six charters, but she only lists five and she states that there are fourteen in total, whereas there would be fifteen if there were six Old Minster charters.[66] Jump up^ The Kent charter is S 315.[66] Jump up^ Smyth dismisses all the Decimation Charters as spurious,[82] with what the scholar David Pratt describes as "unwarranted scepticism".[83] Jump up^ Abels is sceptical whether Æthelred accompanied Alfred to Rome as he is not mentioned in a letter from Leo to Æthelwulf reporting Alfred's reception,[91] but Nelson argues that only a fragment of the letter survives in an 11th-century copy, and the scribe who selected excerpts from Leo's letters, like the editors of the Anglo-Saxon Chronicle, was only interested in Alfred.[13] Jump up^ The historian Richard North argues that the Old English poem "Deor" was written in about 856 as a satire on Æthelwulf and a "mocking reflection" on Æthelbald's attitude towards him.[125] References[edit] Jump up^ "Notes and Queries about the Mortuary Chests". 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Married Judith after death of wife in 855 Judith became son's wife after his death Æthelwulf, 839 – 858

Æthelwulf was already the king of Kent before his ascension to the throne of Wessex, a title awarded to him by his father in 825. Keeping to this family tradition, when Egbert died in 839 Æthelwulf subsequently handed Kent to his own son, Æthelstan, to rule it on his behalf.

Not much is known about Æthelwulf’s reign except that he an extremely religious man, prone to the occasional gaffe, and rather unambitious, although he did fairly well at keeping the invading Vikings at bay (namely at Carhampton and Ockley in Surrey, the latter of which was said to have been ‘ the greatest slaughter of heathen host ever made’.) Æthelwulf was also said to have been rather fond of his wife, Osburh, and together they bore six children (five sons and a daughter).

In 853 Æthelwulf sent his youngest son, Alfred (later to become King Alfred the Great) to Rome on a pilgrimage. However after the death of his wife in 855, Æthelwulf decided to join him in Italy and on his return the following year met his second wife, a 12 year old girl called Judith, a French princess.

Quite to his surprise, when Æthelwulf finally returned to British shores in 856 he found that his oldest surviving son, Æthelbald, had stolen the kingdom from him! Although Æthelwulf had more than enough support of the sub-kings to reclaim the throne, his Christian charity led him to cede the western half of Wessex to Æthelbald in an attempt to keep the kingdom from breaking out into civil war.

When Æthelwulf died in 858 the throne of Wessex unsurprisingly fell to Æthelbald.

Æthelbald 858 – 860

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Immediate Family
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Osburga, Queen Consort of Wessex
wife

Æthelstan, king of Kent
son

Aethelbald, king of Wessex
son

Aethelbert, king of Wessex, Esse...
son

Ethelred I 'the Pious', king of ...
son

Aethelswith, Queen of Mercia
daughter

Alfred the Great, king of The An...
son

Judith, countess of Flanders
wife

Egbert, king of Wessex
father

Rædburh, queen consort of Wessex
mother

Baldwin II "the Bald", count of ...
stepson

Rudolf, count of Cambrai
stepson

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