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Los Apellidos y su Heráldica
ALAMO
Cuentan las crônicas que don
Pelayo Garcia. capitán al servi
cio del rey Fernando III el San
to, en Ias guerras ‘de Andalucía,
tomó el apellido Alamo por Ia
acción guerrera que reccemos.
A. Pelayo García se le enco-
méndó la toma de una torre que
ocupaban los moros. Subido a un
Alamo, Pelayo estuvo varias no-
ches acechando Ia oportunidad
de lanzarse al ataque, con las
tropas que mandaba un hermano
suyo y cuyos soldados estaban
ocultos en un arbolado próximo.
Por fin, una noche, consideró
llegado el momento del ataque
y en compañía de su hermano
atacaron la fortaleza mora co-
giendo desprevenidos a sus mo-
radores y logrando una lucida
victoria.
Fernando III para recompen
sarle le dio escudo de armas y
le autorizó a que modificara su
apellido García, llamándose en
lo sucesivo Alamo.
Esta misma versión la recoge
otro tratadista, pero sitúa la ac-
ción en las luchas que sostenían
los reyes de Castilla y Portugal
y dice que un capitán del rey
de Castilla realizó un espionaje
tan eficaz, subido a un álamo
para vigilar los movimientos en
un fuerte enemigo, que el rey le
concedió, entre otras mercedes,
el que usara el apellido Alamo
para si y sus sucesores.
De este apellido hubo casas so-
lariegas en distintas regiones de
España y muchos de sus miem-
bros se establecieron en América.
Reproducimos las armas que
usaron algunas familisa Alamo
de Castilla y Andalucía: En cam
po de oro, un alamo de sinople
(verde) y un lobo, de sable (ne
gro”. pasante, al pie del tronco,
Bordura azul con ocho estrellas
de oro.
Antonio Nieto
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