Fernando II de Aragón

Fernando II de Aragón
Fernando II de Aragón
Rex CatholicissimusRex; Hierosolymitanum
	Retrato de Michel Sittow
Rey de Aragón, Valencia, Mallorca y Conde de Barcelona
Reinado	20 de enero de 1479 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Juan II
Sucesor	Carlos I y Juana I
Conde del Rosellón y cerdaña
Reinado	19 de enero de 1493 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Carlos VIII
Sucesor	Carlos I y Juana I
Rey de Cerdeña
Reinado	20 de enero de 1479 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Juan II
Sucesor	Carlos I y Juana I
Rey de Sicilia
Reinado	27 de junio de 1468 - 23 de enero de 1516
Predecesor	Juan II
Sucesor	Carlos I y Juana I
Rey de Nápoles
Reinado	31 de marzo de 1504 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Luis XII
Sucesor	Carlos I y Juana I
Rey de Navarra
Reinado	24 de agosto de 1512 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Juan III y Catalina
Sucesor	Carlos I y Juana I
Rey de Castilla y León
Reinado	15 de enero de 1475 – 26 de noviembre de 1504
Predecesor	Enrique IV
Sucesor	Felipe I y Juana I
Corregente	Isabel I
Regente de la Corona de Castilla
Reinado	17 de agosto de 1506 – 23 de enero de 1516
Predecesor	Francisco Jiménez de Cisneros
Sucesor	Francisco Jiménez de Cisneros
Conde de Ribagorza
Reinado	25 de julio de 1458 – 27 de junio de 1468
Predecesor	Juan II
Sucesor	Alfonso de Aragón y Escobar
Nacer	10 de marzo de 1452Sos; del Rey Católico, Aragón
Murió	23 de enero de 1516 (63 años); Madrigalejo, Extremadura
Entierro	10 de noviembre de 1521Ermita; Real de Granada
Esposo	Isabel I de Castilla; (m. 1469; muerto en 1504) Germaine de Foix; (m. 1506)
IssueDetail;	Juan, Príncipe de Asturias y Girona; Isabel, reina de Portugal; Juana, reina de Castilla y Aragón; María, reina de Portugal; Catalina, reina de Inglaterra; Juan, Príncipe de Girona; Ilegítimo:; Alonso, arzobispo de Zaragoza y Valencia; Juana, duquesa de Frías; María Blanca; María Esperanza; Miguel Fernández;
Casa	Trastámara
Padre	Juan II de Aragón y Navarra
Madre	Juana Enríquez
Religión	Catolicismo Romano
Firma

Fernando II (en aragonés: Ferrando; Catalán: Ferran; Euskera: Errando; Español: Fernando; 10 de marzo de 1452 - 23 de enero de 1516), también llamado Fernando el Católico, fue rey de Aragón y Cerdeña desde 1479, rey de Sicilia desde 1469, rey de Nápoles (como Fernando III) desde 1504 y rey de Navarra (como Fernando I) desde 1512 hasta su muerte en 1516. Fue rey de Castilla y León (como Fernando V) de 1475 a 1504, junto a su esposa la reina Isabel I. De 1507 a 1516, fue el Regente de la Corona de Castilla, convirtiéndolo en el gobernante efectivo de Castilla. De 1511 a 1516, se autodenominó Imperator totius Africa (Emperador de toda África) después de haber conquistado Tlemcen y hacer del sultán zayyanid, Abu Abdallah V, su vasallo. ^[4] También fue Gran Maestre de las Órdenes Militares Españolas de Santiago (1499-1516), Calatrava (1487-1516), Alcántara (1492-1516) y Montesa (1499-1516), después de anexionarlos definitivamente a la Corona española. Reinó conjuntamente con Isabel sobre una España dinásticamente unificada; juntos son conocidos como los Reyes Católicos. Fernando es considerado el primer rey de facto de España, y fue descrito como tal durante su reinado (latín: Rex Hispaniarum) a pesar de que la Corona de Aragón y Castilla eran dos entidades distintas hasta que la Corona de Aragón fue dividida, vendida y absorbida por Castilla a través de los decretos absolutistas de Nueva Planta emitidos por los Borbones españoles entre 1707 y 1716, tras la Guerra de Sucesión Española. ^[5]

La Corona de Aragón que Fernando heredó en 1479 incluía los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Sicilia, así como el principado de Cataluña. Su matrimonio con la reina Isabel I de Castilla es considerado como la "piedra angular en la fundación de la monarquía española". ^[6] Fernando jugó un papel importante en la colonización europea de las Américas, desde la elaboración de las Capitulaciones de Santa Fe (anticipando a un Colón deshonesto) hasta que su contador personal, Luis de Santangel, asumiera más de la mitad del costo (2 millones de maravedíes del total de 3 millones) de patrocinar el primer viaje de Cristóbal Colón en 1492. (asegurando que la Corona estuviera prácticamente libre de riesgos en esta gran apuesta) a negociar prudentemente los términos con Juan II de Portugal para el Tratado de Tordesillas. Ese mismo año, la pareja derrotó a Granada, el último estado musulmán de Europa Occidental, completando así la Reconquista de siglos de duración.

Fernando fue rey de la Corona de Castilla hasta la muerte de Isabel en 1504, cuando su hija Juana se convirtió en reina. Ese año, después de una guerra con Francia, Fernando conquistó el Reino de Nápoles. En 1507 se convirtió en Regente de Castilla (como Rey Señor de Castilla) en nombre de su hija Juana, mentalmente inestable. En 1506, como parte de un tratado con Francia, Fernando se casó con Germaine de Foix, sobrina del rey Luis XII de Francia y hermana de Gastón de Foix (el Rayo de Italia). El único hijo de Ferdinand y Germaine, John, murió poco después de su nacimiento. En 1512 Fernando conquistó el Reino de Navarra, gobernando todos los territorios que comprendían la actual España hasta su muerte en 1516. Fue sucedido por su hija mayor sobreviviente, Juana, y su nieto Carlos. Se registra que el bisnieto de Fernando, Felipe II de España, mientras miraba un retrato de él, dijo: "Le debemos todo". ^[7] El historiador moderno Sir John H. Elliott concluyó que "en la medida en que [el establecimiento del Imperio español] puede atribuirse a cualquier conjunto particular de políticas y acciones, fueron las del rey Fernando y el cardenal Cisneros". ^[8]

Primeros años[editar]

Fernando nació el 10 de marzo de 1452, en la villa de Sos del Rey Católico, Aragón, como hijo de Juan, duque de Montblanc, y de Juana Enríquez, 5ª dama de Casarrubios del Monte. ^[9] Era sobrino del rey Alfonso V de Aragón, y los mayores terratenientes extranjeros de la Castilla feudal, los infantes Enrique, duque de Villena, y Pedro, conde de Albuquerque. Ferdinand creció a la sombra de su testaruda madre, a quien su esposo mucho mayor amaba y complacía. Desde el principio, parecía haber criado a su hijo para ascender al trono de Aragón. Comenzó posponiendo su bautismo durante casi un año hasta que el rey Alfonso nombró regente a su hermano Juan, lo que permitió celebrar el bautismo de Fernando en la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar en la capital de Zaragoza con toda la pompa otorgada a un infante aragonés. El niño lleva el nombre de su abuelo paterno, Fernando I, el primer rey Trastámara de Aragón. El rey Fernando I fue el principal héroe ibérico de las guerras contra los moros en la memoria reciente. ^[10] ^[11] En 1458, el tío de Fernando murió sin hijos legítimos y su padre se convirtió en el rey Juan II de Aragón. ^[12]

El padre de Ferdinand lo aclamó como un niño prodigio. Se dice que cuando Ferdinand tenía ocho años, logró vencer a sus padres, a su mentor Joan Margarit i Pau y a otros miembros de la corte cada vez que jugaban al ajedrez o a las damas. ^[13] Cuando era niño, se destacó en muchas de las actividades físicas requeridas de un príncipe real. En palabras de Hernando del Pulgar: "[Fernando] era un muy buen jinete, lanzador de justas y lanzas, e hizo todas las cosas que un Príncipe debía hacer con tanta facilidad y con tanta habilidad, que nadie de su edad, en todos sus reinos, lo hizo mejor". ^[14] Desde una edad muy temprana, parecía haber desarrollado un gran sentido de humildad y respeto hacia las personas de "bajo nacimiento" (especialmente sus sirvientes constantes). ^[15]

La armadura de Fernando

Un príncipe de la espada[editar]

Fernando nació durante un período de turbulencia, con el rey Juan II y su hijo, Carlos, príncipe de Viana (el medio hermano mayor de Fernando) envueltos en un conflicto abierto. ^[16] Fernando no estaba destinado a heredar la Corona de Aragón. Ese privilegio estaba reservado para Carlos, pero Juan II no lo tenía. Dentro de la Corona de Aragón, Juan contaba con el apoyo de Aragón, Cerdeña, Sicilia, Mallorca y los Remences de Cataluña, mientras que Carlos contaba con el apoyo de Cataluña y Navarra. Valencia optó por permanecer neutral, mientras que Luis XI de Francia y Enrique IV de Castilla se aliaron con Juan y Carlos, respectivamente. ^[17] Después de la inesperada muerte de Carlos el 23 de septiembre de 1461, Fernando fue nombrado heredero indiscutible de Juan. ^[18]

En febrero de 1462 estalló la guerra en Cataluña con el inicio de la Primera Guerra de los Remences dirigida por Francesc de Verntallat. ^[19] Los campesinos se rebelaron contra el Consell del Principat con la esperanza de recibir el apoyo real. El 11 de marzo, la reina Juana, sintiendo peligro, partió de Barcelona hacia Girona, con el príncipe Fernando, de 10 años, a cuestas. Esperaban recibir protección de la guarnición francesa estacionada en Girona. En mayo, el vicelíder del Consell, Francesc Pallarès, junto con otros dos exdirigentes, fueron ejecutados por la Generalitat por coludirse con la Reina. Esto significó una guerra civil, una vez más. ^[20]

Se formó un ejército del Consell y se puso bajo el mando de Hug Roger III, conde de Pallars Sobira. Después de sitiar y capturar Hostalric el 23 de mayo, Roger marchó sobre Girona, donde fue recibido calurosamente el 6 de junio, mientras que la Reina y el Príncipe se refugiaron en la ciudadela, Força Vella, durante todo el mes de junio. Gastón IV, conde de Foix, al frente de un ejército francés, tomó Girona el 23 de julio y rescató a la reina y al príncipe.

Para entonces, el rey Juan II y el rey Luis XI habían firmado el Tratado de Sauveterre (3 de mayo) y el Tratado de Bayona (9 de mayo) en el que Luis prometió 4.200 caballeros franceses a la causa de Juan a cambio de 200.000 escudos como pago. Y hasta que se hizo el pago, Luis recibió rosellón y Cerdaña como garantía, junto con el derecho a guarnecer Perpiñán y Cotlliure. ^[21] Con esto, el Consell nombró a Juan II "enemigo de Cataluña" y ofreció el Principado a tres extranjeros diferentes; Enrique IV de Castilla, Pedro de Coimbra y René de Anjou. ^[22]^[23]

Cuando se convocó al general Cortés, en Zaragoza el 6 de febrero de 1468, la reina Juana, aquejada de cáncer de mama en etapa tardía, estaba demasiado enferma para presidirla. Entonces, El ahora joven de dieciséis años Ferdinand lo hizo en su lugar. Manejó las sesiones como si fuera un político veterano bien experimentado en sus 60 años. La reina no podría haber estado más orgullosa de su hijo, pero solo dos semanas después falleció su alteza serenísima, lo que decir que devastó a Fernando sería quedarse corto. Diego de Valera insiste en que un olor maravilloso surgió de su cadáver, lo que implica que era una santa. El rey Juan II estaba entonces luchando contra los franceses en el norte, y fue Fernando quien se encargó de los arreglos funerarios de su madre. Luego, en Valencia, donde el regional Cortés era indiferente a la guerra en curso, Fernando se dirigió a la nobleza de la ciudad con lágrimas corriendo por su rostro. Primero rindió su debida reverencia a su madre fallecida y dijo: "Señores, ustedes son muy conscientes de las dificultades que sufrió mi señora madre para mantener a Cataluña dentro de la Casa de Aragón. Veo a mi señor padre viejo y a mí muy joven. Por lo tanto, me pongo en tus manos cálidas y capaces y te pido que por favor me abraces y me guíes como si fuera tu propio hijo". ^[24]^[25]^[26]

El discurso recibió una respuesta extática con algunos nobles jurando lealtad en ese momento. Con ello, Valencia; el reino más próspero dentro de la Corona de Aragón en ese momento, se unió a la guerra del lado de los realistas y la guerra se libró hasta que Juan II y el príncipe Fernando entraron en Barcelona en 1471 y el Consell firmó la Capitulación de Pedralbes. Aquí, Fernando mostró su magnanimidad al convencer a su padre de emitir un perdón general a todos sus antiguos oponentes (excepto Hugo Roger III). ^[27]^[28]

Entre 1463 y 1469, Fernando había logrado sumar múltiples victorias contra todo tipo de enemigos (los franceses liderados por el duque de Lorena, los castellanos liderados por Juan de Beaumont, los portugueses liderados por el condestable de Portugal y los catalanes liderados por el conde de Pallars Sobira). ^[29] Algunas de sus victorias notables fueron en Vildamat, Berga, Alt Empordà, Els Prats del Rei, Bellegarde, Collioure y Salses. También dirigió la liberación de Navarra de los franceses, cuando él, junto con su padre, entró en Perpiñán el 1 de febrero de 1473 en medio del júbilo. ^[30]

Cuando tenía solo 17 años, era un comandante probado en el campo de batalla y un diplomático astuto (ganando elogios del propio Luis XI de Francia). ^[31] ^[32] En 1473, fue nombrado Caballero del Toisón de Oro por Carlos, Duque de Borgoña.

Apariencia y personalidad[editar]

Fernando el Católico

El príncipe tenía ojos maravillosamente hermosos, que eran grandes, en forma de almendra y riendo; cejas delgadas, nariz muy afilada, de tal tamaño y forma que se exigían para una cara guapa; boca y labios ligeramente grandes; y como la juventud es, por su naturaleza, muy propensa a reír, en este príncipe, la alegría del corazón estaba escrita en su rostro, y así, como siempre sucede, la boca es entonces de rasgos más abiertos. Toda su cara era blanca, las mejillas eran de color rojo, la barba en ese momento, dada la tierna juventud, era pequeña y muy bien colocada, en el lugar donde mejor le quedaba; tenía el pelo castaño lacio y fluido, cortado de acuerdo con la moda de la época; su cuello estaba bien formado, ajustándose a la estatura de su cuerpo, que era mediano, ni alto, ni pequeño, pero de tal tamaño, donde la ropa inteligente y refinada le quedaba bien; sus piernas eran muy hermosas y bien cinceladas; toda su apariencia, rostro y cuerpo eran de un galante, en quien las prendas reales o modestas se veían mejor que en cualquier otro hombre de su corte, hasta tal punto, que era visto como un hombre elegante y un rey. Era un gran jinete de la brida y el jennet, gran lanzador de lanza así como otras cosas en todo lo que hacía, tenía muy buena habilidad y gracia.
- Zuan Badoer^[33]

Un joven de veintidós años, nueve meses y veintitrés días de edad, de estatura media y bien compuesta; su rostro es serio, blanco y guapo; tiene el pelo castaño, ojos claros con una gravedad viva; su nariz y boca son pequeñas; sus mejillas y labios son de color rojo, su cuello y espalda están bien formados; tiene la voz clara y tranquila, camina y monta a caballo con mucha energía.
— Diego de Colmenares^[34]

Este rey era un hombre de estatura media, de miembros bien proporcionados y rasgos bien compuestos de su rostro, de ojos risueños, cabello lacio y oscuro; era un hombre bien construido. Cuando habló no lo hizo ni demasiado rápido ni demasiado lento. Era de buena comprensión, muy moderado tanto en comer como en beber, y en el camino, se movía porque ni la rabia ni el placer lo alteraban mucho. Era un entusiasta cazador de pájaros, un hombre de buen esfuerzo y muy trabajador y resistente a las guerras. A través de su condición natural, estaba inclinado a administrar justicia, y también era piadoso, se apiadó de esas personas miserables que vio que estaban en apuros. Tenía una gracia tan singular que todos los que hablaban con él, llegaban a amarlo y querían servirle porque era de una comunicación muy amistosa. También prestó atención a los consejos, especialmente el que venía de la Reina, su esposa, porque conocía su gran competencia y discreción. Desde la infancia, fue criado en guerras, donde pasó por muchos trabajos y peligros. Y debido a que todos sus ingresos se gastaron en guerras que tenía, estaba en constante necesidad. No podemos decir que fuera generoso. Era un hombre de verdad, aunque la gran necesidad en la que lo ponían las guerras le hacía desviarse a veces. Le gustaba jugar todos los juegos; como damas, ajedrez y juegos de pelota; y cuando era joven, pasaba en ello más tiempo del que debía. Aunque amaba mucho a la Reina, a su esposa, se entregó a otras mujeres. También fue un hombre que se tomó el tiempo para cambiar las cosas a veces, pero más por peticiones e inoportuidad de los demás que por su propio interés y voluntad. Era un hombre que trataba muy bien a todos, particularmente a sus sirvientes constantes.
— Hernando del Pulgar^[35]

El Rey es un hombre de mediana estatura, su semblante es entre serio y sonriente, es de gran inteligencia, complexión sana, y tiene 44 o 45 años. Después de tener sus reinos calmados y el gobierno de la tierra puesto en un buen camino, se ocupa mucho de las necesidades religiosas, restaurando templos en ruinas y construyendo otros nuevos. Le gusta cazar, ya que es un ejercicio beneficioso para el cuerpo y preserva la salud durante mucho tiempo.
— Jerónimo Munzer^[36]

El rey Fernando era de mediana estatura, todos sus miembros estaban bien proporcionados. Era justo con un brillo muy amable, con un aspecto alegre y brillante; su cabello era lacio y de color castaño casi claro; sus cejas eran del mismo color que el cabello, y se separaban unas de otras; sus ojos eran claros y casi sonrientes; la nariz era pequeña y bien formada, se ajustaba a otras características de la cara; sus mejillas eran como rosas rojas; su boca era pequeña y guapa; tenía labios de color rojo, que se parecían al coral; sus dientes eran blancos y pequeños; su barba era venerable y de mucha autoridad, la nuca no era ni gorda, ni delgada, ni larga, ni corta; tenía voz aguda; su forma de hablar era serena y amable; de gran inteligencia e ingenio, y de buen juicio; de espíritu amable y liberal; muy prudente en el asesoramiento; afable en sus hábitos, sin ningún dolor, caminaba y se movía como un gran señor y verdadero Rey. Era muy serio en sus actos y discursos; su apariencia era de una dignidad maravillosa. Maravillosamente, nunca se le vio enojado o triste. Era muy templado al comer y beber. Porque ni comió muchas veces, ni bebió más de dos veces durante la comida. Nunca comía (incluso si estaba en el camino) sin asistir primero a la misa, y siempre un prelado o sacerdote bendecía su mesa, y agradecía a Dios después de las comidas. Era muy pulcro en todas las cosas. Usaba ropa modesta, a veces; particularmente en ocasiones solemnes y durante las grandes festividades, llevaba un collar o cadena de oro, decorado con perlas y otras piedras preciosas. Le gustaba montar a caballo porque desde pequeño era un buen jinete de la brida y el jennet. Ejerció en justas y juegos de cañas, en los que superó a muchos otros caballeros fuertes, que tenían experiencia en esta disciplina de caballería. Era un gran lanzador y bien entrenado en el arte militar. Era de enorme resistencia en el trabajo, tanto en la guerra como en los negocios. Favoreció la justicia y exigió una rendición muy ajustada a quienes la ejercieron. Mostró clemencia y humanidad alrededor de aquellos que estaban angustiados y miserables. También era muy amable y afable con las mujeres y sus hijos. Amaba y honraba mucho a los hombres sabios y virtuosos, y voluntariamente prestaba atención a sus consejos, y no amaba menos a los Caballeros, particularmente a los de su casa. Cuando era joven se dedicó a juegos como el juego de pelota y el ajedrez, y también jugó a las cartas hacia el final de sus días. También tenía una inclinación a la caza, en la que encontró gran deleite; pero prefería cazar aves a otros animales.
- Lucio Marineo Siculo^[37]

Muchos señores espirituales y temporales, también muchos caballeros, asisten al Rey. Se levanta antes de las 6, y a las 8 ha escuchado dos misas, después de lo cual va a cenar, donde todos los hombres pueden verlo. Es un buen comedero, y bebe dos grandes corrientes de vino y agua; nunca se sienta más de media hora en la mesa, y ninguno se sienta con él. Después de haber cenado, todos los señores y otros van a sus propios alojamientos a cenar.
— James Braybroke, Francis Marsin y John Stile^[38]

Sus acciones, palabras, hábitos, así como la opinión que existe hoy en día, demuestran que es un hombre prudente y muy privado, que habla de asuntos importantes solo cuando es necesario; además uno no puede ser más paciente de lo que es, vive en gran orden, dedicando su tiempo a todos los asuntos difíciles y más relevantes del reino, y todo pasa por sus manos, en gran medida él es quien resuelve todos los asuntos y da órdenes. Se cree que es un fanático de las ganancias, lo que reduce los gastos cuando se puede hacer. Es hábil con las armas, y lo había demostrado antes de convertirse en rey, y después; parece ser muy religioso, hablando de Dios con gran respeto, y relacionándolo todo con Él, muestra una gran religiosidad en las solemnidades y ceremonias piadosas, que ciertamente es común para toda la nación. No es un hombre de letras pero es amable, y es fácil conseguir audiencia con él, y sus respuestas son desinteresadas y muy cuidadosas, y solo unos pocos se van disgustados, al menos por sus palabras, pero se dice muchas veces que no cumple sus promesas, porque cree que cuando las situaciones que se le presentan le hacen cambiar los objetivos, por lo tanto, no considera cumplir sus promesas; me parece que sabe camuflarse más que otras personas, pero no sé si es verdad o defecto imputado, pues como podemos notar, la fama adquirida por algunos hombres prudentes siempre va acompañada de sospecha; en una palabra, es un rey muy estimado, con grandes y muchos talentos; se le acusa de no ser lo suficientemente liberal, y de no cumplir su palabra, pero en todos los demás asuntos brilla su amabilidad y prudencia; no es una cabeza grande y las palabras mal concebidas que serían impropias para un hombre prudente y justo nunca salen de su boca.
- Francesco Guicciardini^[39]

A menos que Fernando deseche sus apetitos, pronto debe seguir el camino de toda carne. Tiene 63 años, además de su asma, ahora es invierno, y el país hace mucho frío, sin embargo, habla como un joven de ir al país montañoso de León, porque escucha que los osos se encuentran allí. Si no se separa de una costilla, perderá todo. Caronte llevará en su bote tanto a él como a Louis si no tienen cuidado.
- Pedro Mártir Vermigli^[40]

Fernando siempre parecía feliz frente a los embajadores, y ninguna parte de él estaba disgustada, y era amado como si fuera el propio emperador Vespasiano.
— Álvaro Fernández de Córdova^[41]

Matrimonio y adhesión[editar]

La ceremonia de bodas de Fernando e Isabel

Rey de Castilla[editar]

Como heredero aparente de la Corona de Aragón, Fernando fue objeto de muchos partidos reales. Una notable es una propuesta de matrimonio hecha por Carlos el Temerario, duque de Borgoña para su hija, María de Borgoña. Finalmente se casó con Isabel, la media hermana y presunta heredera de Enrique IV de Castilla, el 19 de octubre de 1469 en Valladolid, Reino de Castilla y León. ^[42] Dado que el matrimonio se hizo en contra de los deseos de Enrique, el estatus de Isabel como su presunta heredera fue revocada y ella fue desheredada en favor de la hija de Enrique; Princesa Juana. Aunque Isabel nunca renunció a su derecho al título; Princesa de Asturias, de 1469 a 1475, tuvieron que confiar en el título real de Fernando; Rey de Sicilia. ^[43]

Antes del matrimonio, se le pidió a Fernando que firmara las humillantes Capitulaciones de Cervera el 5 de marzo de 1469. La mayoría de la gente, como Alfonso de Palencia, Pedro de Peralta, el arzobispo Margarit e incluso castellanos como el arzobispo Carrillo, Gutierre de Cárdenas y Juan Pacheco, se preguntaban por qué un príncipe real incluso contemplaría firmar un documento así. Pero Ferdinand, siendo el político astuto que es, estaba jugando el juego largo. ^[44]^[45]

El 12 de diciembre de 1475 murió enrique en Madrid. Cuando las noticias llegaron a Segovia, donde residía Isabel, inmediatamente convocó a las Cortes de Castilla al día siguiente, desheredó a su sobrina Juana y se proclamó reina de Castilla con Fernando como su "marido legítimo". Fernando no estuvo presente en todo esto porque, en ese momento, estaba haciendo campaña contra los franceses que ocupaban el Rosellón. Cuando se enteró, estaba incandescente de furia. Inmediatamente cabalgó hacia Segovia, donde se le dio una entrada real el 2 de enero de 1475. ^[46]

Inmediatamente, se redactó un nuevo acuerdo de entendimiento con el arzobispo Carillo representando los intereses de Fernando y el cardenal Mendoza representando los intereses de Isabel. La Concordia de Segovia, finalizada el 5 de enero, no fue un acuerdo entre marido y mujer, sino entre dos partidos políticos rivales. ^[47] En ella, Fernando renunció a todas las pretensiones al trono de Castilla como heredero varón más cercano de la Casa de Trastámara. Isabel fue reconocida como la única dueña del Reino y pasó a sus descendientes en el momento de su muerte. Todos los documentos oficiales, la moneda, el sello y las proclamaciones estarán encabezados por los nombres de ambos, con Fernando prevaleciendo sobre Isabel. Ambos brazos se fusionaron en uno con el Águila de San Juan de Isabel y el lema de Fernando "Tanto Monta" ("equivale a lo mismo [cortar como desatar]") añadido. Se decidió que las armas de la Casa de Trastamara; las armas de Castilla y León, tendrían prioridad sobre las armas de Aragón y Sicilia en su nueva heráldica conjunta. Fernando fue reconocido jure uxoris rey de Castilla como Fernando V de Castilla, con poderes casi iguales a los de Isabel. ^[48] ^[49] Idénticas potencias iguales (con el beneficio añadido de ser convertidas en la autoridad suprema en las políticas exteriores, militares y sociales conjuntas de la Corona) fueron cedidas por Isabel a Fernando el 28 de abril de 1475, al estallar la Guerra de Sucesión castellana. ^[50] ^[51] Este documento, anulando la separación de poderes monárquicos establecida en la Concordia de Segovia, significó el comienzo de un reinado de verdaderos iguales. ^[52]^[53]^[54]^[55]

Fernando el Católico jurando los fueros como Señor de Vizcaya en Guernica en 1476.

Fernando el Católico, flanqueado por el cardenal Mendoza y el duque de Alba, en la batalla de Toro (1476).

Guerra con Portugal y el rey de España[editar]

Poco después de que Fernando e Isabel fueran investidos como monarcas de Castilla, marido de la reina Juana; El rey Alfonso V de Portugal, declaró usurpadora a Isabel y asumió la causa de su esposa. Según él, ella era la heredera legítima de Enrique IV, y como su marido, él, el legítimo jure uxoris rey de Castilla (como Alfonso XII). Isabel no tuvo más remedio que corresponder reclamando el trono de Portugal (como hija de Isabel de Portugal) y declarando la guerra a Alfonso. ^[56]

Por un lado estaba la Corona de Aragón y la facción pro-Isabel de Castilla. Por otro, el Reino de Portugal y la facción pro-Juana de Castilla. Las 3 Casas más poderosas del norte de Castilla (la Casa de Enríquez, la Casa de Mendoza y la Casa de Álvarez de Toledo) formaron la facción pro-Isabel debido a sus lazos familiares con Fernando. Los hidalgos menores (que constituían 2/3 de la nobleza de Castilla) liderados por la Casa de Pacheco-Girón, la Casa de Zúñiga y el Arzobispo de Toledo (la autoridad eclesiástica suprema de Castilla) formaron la facción pro-Juana. ^[57] Francia apoyó a Alfonso y Juana (debido a una guerra más amplia que se desató en el Rosellón, Cerdaña y la península italiana con Aragón) y Borgoña apoyó a Fernando e Isabel (por la misma razón francia apoya a Portugal). El Reino de Navarra atravesaba una guerra civil, por lo que, junto con la Taifa de Granada y el Reino de Galicia, optó por mantenerse neutral. ^[58]

Fernando, como capitán general, dirigió el ejército castellano-aragonés, mientras que Alfonso y el "Príncipe Perfecto" dirigieron el ejército castellano-portugués. Bajo el liderazgo de Fernando, los castellanos pro-Isabel ganaron algunas batallas decisivas en Trujillo, Burgos, Cantalapiedra, Castronuño, Sieteiglesias, Cubillas, Villalonso, Portillo, Villaba y Zamora. ^[59] ^[60] El 1 de marzo de 1476, Fernando (junto con el cardenal Mendoza y el duque de Alba) obtuvo una gran victoria en la batalla de Toro, que esencialmente aplastó todas las esperanzas de una victoria portuguesa en tierra. Después de firmar un Tratado con Alfonso V el 23 de septiembre de 1475, Luis XI de Francia envió una oleada de ejércitos franceses bajo Alain I de Albret, durante todo marzo-junio de 1476, para entrar en Castilla a través de Hondarribia. ^[61] Fernando no solo aplastó esta invasión francesa, sino que también logró afianzarse en el Reino de Navarra conquistando Viana y Puente La Reina. Luego actuó como árbitro entre las facciones beligerantes de Navarra mientras ganaba el derecho a estacionar 1.000 hombres de armas en Pamplona. Esta victoria protegió a Aragón y Castilla de cualquier futura ofensiva francesa. ^[62] Aunque Fernando estaba ganando en tierra, en el mar, los portugueses, junto con los piratas normandos liderados por Guillaume Coullon, estaban ganando ventaja (especialmente después de la Batalla de Guinea y la Batalla de Elmina). ^[63] ^[64] El 9 de octubre de 1478, Fernando presionó a Luis XI para que firmara los Tratados de San Juan de Luz y Guadalupe, en los que Francia reconocía a Fernando e Isabel como los monarcas legales de Castilla a cambio de que Fernando rompiera todos los lazos con Maximiliano I, duque de Borgoña. ^[65]

Envalentonado por la victoria en Elmina, Alfonso V decidió emprender una invasión de castilla de última hora. En febrero de 1479, un ejército castellano-portugués comandado por García de Meneses, obispo de Évora, penetró en Extremadura. El objetivo era ocupar y reforzar los bastiones de Mérida y Medellín, controlados por Beatriz Pacheco, condesa de Medellín y partidaria de Juana. Fernando envió inmediatamente a Alonso de Cárdenas, maestre de la Orden de Santiago, con un ejército castellano-aragonés, para hacer frente a esta amenaza. El 24 de febrero, cerca del cerro de la Albuera, las dos fuerzas lucharon por el dominio. A pesar de que Cárdenas había sido superado en número 2:1, derrotó por completo a la fuerza de invasión y Fernando rápidamente puso a Mérida y Medellín bajo asedio. ^[66] En junio de 1479, Fernando lanzó una ofensiva contra el arzobispo rebelde de Toledo, que se vio obligado a rendirse. Esto significó el fin de las hostilidades hacia Fernando e Isabel dentro de Castilla. La facción pro-Joanna se desintegró, con sus líderes; el marqués de Villena, los maquis de Cádiz y el conde de Ureña, sometiéndose a la misericordia de la Reina. ^[67] Todo lo que quedaba era el propio Portugal y con el Papa Sixto VI revocando su dispensa papal para el matrimonio entre Alfonso y su sobrina, Juana, la legitimidad de Alfonso V como Rey de Castilla cayó por sus cimientos.

El documento que puso fin a la guerra, el Tratado de Alcáçovas-Toldeo, fue redactado el 4 de septiembre de 1479. Fue ratificado por Alfonso V de Portugal en Alcáçovas el 8 de septiembre de 1479 y por Fernando e Isabel en Toledo el 6 de marzo de 1480. En ella, Alfonso renunció a todas las pretensiones al trono de Castilla e Isabel hizo lo propio al trono de Portugal. El tratado no fue duro para ninguna de las partes, aparte de la propia reina Juana, a quien se le exigió que renunciara a todas las reclamaciones reales asociadas con Enrique IV y se retirara a un convento de monjas por el resto de su vida.

El 20 de febrero de 1479, el padre de Fernando, el rey Juan II de Aragón, falleció y ese mismo año Fernando le sucedió como rey. Ahora fue rey de Castilla, León, Aragón, Sicilia y conde de Barcelona. Y el 14 de abril de 1481, en las Cortes de Calatayud, concedió a su esposa Isabel, los mismos poderes que había recibido el 28 de abril de 1475, designándola corregente, gobernadora y administradora de los reinos de la Corona de Aragón. ^[68] Esto significó la unión simbólica de la Corona de Castilla y la Corona de Aragón en una sola: la Corona de España. En palabras de una carta redactada por el Ayuntamiento de Barcelona al Ayuntamiento de Sevilla: "Ahora... somos hermanos". ^[69]

Reinado[editar]

Emulando lo que los antiguos reyes de Aragón hicieron con sus comunidades musulmanas recién adquiridas (especialmente en Valencia),^[70] ^[8] Fernando impuso el extremadamente liberal Tratado de Granada (1491) a Granada durante su capitulación. El tratado resultó extremadamente favorable a los musulmanes que llegaron a conservar su fe, costumbres y atuendos. El nuevo arzobispo de Granada, Hernando de Talavera, era un ferviente partidario del tratado y, al igual que el Rey, quería ganarse corazones y mentes que resultaran en un lento pero decidido proceso de conversión. Todo esto cambió cuando el arzobispo de Toledo, Francisco Jiménez de Cisneros, se estableció en Granada en 1499. Llevó a cabo una política de conversión forzada de mano dura que violaba gravemente el tratado inicial. ^[7] ^[8] Esto resultó en la Rebelión de las Alpujarras (1499-1501) que vio a franjas de comunidades musulmanas en armas. Como rey, Fernando aplastó la rebelión con una eficacia brutal y en ese mismo año él, junto con Isabel I, emitió un edicto de conversión. ^[8] Todos los musulmanes que residían en la Corona de Castilla debían convertirse al cristianismo o enfrentarse a la expulsión. La mayoría se convirtió nominalmente, mientras que los pocos restantes emigraron al norte de África. Los musulmanes que residían en la Corona de Aragón estaban a salvo bajo Fernando,^[71] pero también sufrieron el mismo destino bajo su nieto en 1526. ^[8]^[72]

Retrato de boda de Fernando e Isabel

La última parte de la vida de Fernando fue ocupada en gran medida con disputas con los sucesivos reyes de Francia sobre el control de Italia, las Guerras Italianas. En 1494, Carlos VIII de Francia invadió Italia y expulsó del trono de Nápoles a Alfonso II, que era primo hermano de Fernando. Fernando se alió con varios príncipes italianos y con el emperador Maximiliano I para expulsar a los franceses en 1496 e instalar al hijo de Alfonso, Fernando II, en el trono napolitano. En 1501, tras la muerte de Fernando II y la adhesión de su tío Federico, Fernando firmó un acuerdo con el sucesor de Carlos VIII, Luis XII, que acababa de afirmar con éxito sus reclamaciones al Ducado de Milán, para dividir Nápoles entre ellos, con Campania y los Abruzos, incluida la propia Nápoles, yendo a los franceses y Fernando tomando Apulia y Calabria. . El acuerdo pronto se vino abajo y, durante los años siguientes, el gran general de Fernando Gonzalo Fernández de Córdoba luchó para arrebatar Nápoles a los franceses, sucediendo finalmente en 1504.

El rey de Francia se queja de que lo he engañado dos veces. Miente, el tonto; Lo he engañado diez veces y más.
— Fernando el Católico^[73]

Algún tiempo antes de 1502, Andreas Palaiologos, el último heredero varón sobreviviente del emperador Constantino XI Paleólogo, otorgó sus títulos y derechos al trono bizantino a Fernando en su última voluntad. Este movimiento fue influenciado principalmente por las exitosas campañas militares de Fernando contra el Imperio Otomano en Otranto y Cefalonia. ^[74] Pero Fernando nunca usó los títulos durante su vida, sintiendo que lo obligarían a lanzar una costosa cruzada.

¿Una corona dividida? [editar]

Fernando en su trono flanqueado por dos escudos con el emblema del Sello Real de Aragón. Frontispicio de una edición de 1495 de las constituciones catalanas. ^[75]

Isabel hizo su testamento el 12 de octubre de 1504, antes de su muerte el 26 de noviembre de 1504. En él detalló la sucesión a la corona de Castilla, dejándola en manos de Juana y luego del hijo de Juana, Carlos. Isabel dudaba de la capacidad de Juana para gobernar y no confiaba en el esposo de Juana, el archiduque Felipe. Fernando se mudó rápidamente después de la muerte de su esposa para continuar su papel en Castilla. El día de la muerte de su esposa, renunció formalmente a su título de rey de Castilla y en su lugar se convirtió en gobernador (gobernador) del reino, como una forma de convertirse en regente. Felipe consideró a su esposa cuerda y apta para gobernar. Se forjó un compromiso entre Felipe y Fernando, que le dio a Fernando un papel continuo en Castilla. ^[76] Fernando había servido como regente de este último durante su ausencia en los Países Bajos, gobernada por su esposo el archiduque Felipe. Fernando intentó retener la regencia permanentemente, pero fue rechazado por la nobleza castellana y reemplazado por el esposo de Juana.

En el Tratado de Villafáfila de 1506, Fernando renunció no sólo al gobierno de Castilla en favor de Felipe sino también al señorío de Indias, reteniendo la mitad de los ingresos de los "reinos de Indias". ^{[77] Juana} y Felipe inmediatamente agregaron a sus títulos los reinos de Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Oceánico. Pero el Tratado de Villafáfila no se mantuvo por mucho tiempo debido a la muerte de Felipe; Fernando regresó como regente de Castilla y como "señor de las Indias". ^[78]

El viudo Fernando hizo una alianza con Francia en julio de 1505 y se casó con Germaine de Foix, cimentando la alianza con Francia. Era nieta de su media hermana la reina Leonor de Navarra y sobrina de Luis XII de Francia. Si hubiera sobrevivido el hijo de Fernando con Germaine, Juan, príncipe de Gerona, nacido el 3 de mayo de 1509, "la corona de Aragón se separaría inevitablemente de Castilla"[^76] y negó a su nieto Carlos la corona de Aragón. Pero el infante príncipe Juan murió a las pocas horas y fue enterrado en el convento de San Pablo de Valladolid, Reino de Castilla y León, y posteriormente trasladado al Monasterio de Poblet, Vimbodí i Poblet, Cataluña, Reino de Aragón, lugar de enterramiento tradicional de los reyes de Aragón. ^[79]

Fernando no tenía ninguna posición legal en Castilla, con las cortes de Toro reconociendo a Juana y sus hijos como herederos y Fernando abandonó Castilla en julio de 1506. Después de la muerte prematura de su yerno Felipe en septiembre de 1506, Castilla estaba en crisis. Juana era supuestamente mentalmente inestable, y el hijo de Juana y Felipe, Carlos, el futuro emperador Carlos V, tenía solo seis años. El cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, canciller del Reino, fue nombrado regente, pero la alta nobleza se reafirmó. Fernando encabezó un ejército contra Pedro Fernández de Córdoba y Pacheco, el marqués de Priego de Córdoba, que había tomado el control allí por la fuerza. ^[80]

Estatua de Fernando en los Jardines de Sabatini de Madrid

En 1508 se reanudó la guerra en Italia, esta vez contra la República de Venecia, en la que todas las demás potencias con intereses en la península italiana, incluidos Luis XII, Fernando II, Maximiliano y el Papa Julio II se unieron en contra como la Liga de Cambrai. Aunque los franceses fueron victoriosos contra Venecia en la batalla de Agnadello, la Liga de Cambrai pronto se desmoronó, ya que tanto el Papa como Fernando II sospecharon de las intenciones francesas. En cambio, se formó la "Liga Santa", en la que ahora todos los poderes se unieron contra Luis XII y Francia. En 1509, se celebró un triunfo oficial en Valladolid, la capital de facto de Castilla, donde Fernando entró en la ciudad en medio del júbilo y se le dio el título de Rey Señor de Castilla. ^[81]

En noviembre de 1511 Fernando y su yerno el rey Enrique VIII de Inglaterra firmaron el Tratado de Westminster, prometiendo ayuda mutua entre los dos contra Navarra y Francia antes de la invasión española de Navarra a partir de julio de 1512. Después de la caída de Granada en 1492, había maniobrado durante años para hacerse cargo del trono del reino vasco, gobernado por la reina Catalina de Navarra y el rey Juan III de Navarra, también señores de Béarn y otros territorios considerables al norte de los Pirineos y en Gascuña. Fernando anexó directamente Navarra primero a la Corona de Aragón, luego la convirtió en un Reino autónomo sometido a una unión personal con el Soberano de Castilla. La Liga Santa también tuvo éxito en General en Italia, expulsando a los franceses de Milán, que fue restaurada a sus duques Sforza por el tratado de paz en 1513. Sin embargo, los franceses tuvieron éxito en la reconquista de Milán dos años más tarde. En 1513, se celebró otro triunfo en Valladolid para inmortalizar la exitosa conquista de Navarra por Fernando, la conquista de la costa norteafricana y la vasallización del Magreb interior. ^[82]

Fernando el Católico murió el 23 de enero de 1516 en Madrigalejo, Extremadura, Reino de Castilla y León. Está enterrado en capilla real, Granada. Su esposa Isabella, su hija Joanna y su yerno Philip descansan a su lado allí.

Legado y sucesión[editar]

Un fresco de Fernando el Católico de Rafael, titulado "christiani imperii propagator", exhibido dentro del Palacio Apostólico.

Las armas reales de Fernando el Católico en la Embajada de España ante la Santa Sede.

Un legado de grandeza[editar]

Los logros más notables de Fernando serían patrocinar a Colón, lo que llevó al descubrimiento de las Américas y la finalización de la Reconquista española. La idea de restaurar el reino de Don Rodrigo fue un objetivo que le inculcó su tutora de la infancia Margarit i Pau. Fernando podría clasificarse como un alma inmensamente pragmática y liberal (desde liberar a los remences catalanes de sus "6 malas costumbres" y concederles enfiteusis^[83] hasta proteger activamente a los mudéjares de Valencia de represalias durante la Guerra de Granada^[84] hasta legalizar los matrimonios interraciales en todos los reinos españoles^[85]. ). Era devoto como seguidor personal de Cristo, pero nunca dejó que la religión dictara sus políticas seculares. No tuvo ningún problema en explotar las instituciones religiosas para el mejoramiento de su reino. Por esto, es visto como menos devoto que su celosa esposa. ^[86]^[87]

Bajo su reinado, hubo más de 6 instituciones de educación superior construidas en toda España. Pero la Universidad de Valencia, establecida en 1502, es posiblemente el mayor indicador de la visión de Fernando sobre lo que constituye una educación adecuada. Una descripción contemporánea de los estudiantes de la Universitat de València:

Incluso los eruditos más jóvenes están acostumbrados a nunca guardar silencio; siempre están afirmando vigorosamente lo que se les ocurra, para que no parezcan estar renunciando a la disputa. Tampoco una disputa, o incluso dos al día, resulta suficiente, como por ejemplo en la cena. Discuten en el desayuno; se pelean después del desayuno; se pelean antes de la cena y se pelean después de la cena. En casa se disputan, al aire libre se disputan. Discuten por su comida, en el baño, en la sala de sudoración, en la iglesia, en la ciudad, en el campo, en público, en privado. En todo momento están discutiendo. ^[88]

En palabras de Maquiavelo; pasó de ser un rey disputado de una corona dividida a ser el monarca más importante de la cristiandad (segundo a ni siquiera el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico). Y junto a él se levantó España; desde ser un mosaico de reinos sentados en el borde del continente hasta el principal jugador de poder de Europa continental y, por extensión, del mundo. ^[89]

Uno de los rasgos más infames de Fernando fue su renuencia a cumplir su palabra. Se ganó muchas críticas debido a esto, pero siempre fue abierto sobre este rasgo particular suyo. Su razonamiento era que él, ni nadie, debería estar obligado a permanecer dentro de parámetros fijos autoimpuestos frente a una disolución total de ellos. Dijo famosamente:

Sólo la infalibilidad de Dios es resuelta. Todo lo demás está sujeto a cambios. Cualquiera que afirme lo contrario es un golpeador de cejas o un simplón; ninguno de los cuales quiero ser. ^[90]

Ferdinand reconoció la importancia del progreso (o la falta de él en christian Iberia) y se apropió de inventos innovadores del centro del progreso; la península itálica, y les dio su pequeño giro. Un ejemplo sería el concepto de embajadores residenciales y embajadas permanentes. Las ciudades-estado italianas los poseían en una escala micro, limitada a comunicarse dentro de la península. Entre 1480 y 1490, Fernando lanzó esto en una escala macro, con embajadores españoles residentes en todas las cortes prominentes: Roma, Venecia, Londres, Bruselas, El Cairo y la corte imperial migratoria. El embajador español en Inglaterra también serviría como embajador español no oficial en Escocia. El servicio exterior español bajo Fernando fue tan eficiente que los monarcas extranjeros se inclinaron a utilizar a diplomáticos españoles (como el Dr. Puebla y el Obispo Ayala) como sus propios representantes en otras naciones. ^[91]

Fernando era un maestro del pactismo. Él, con bastante precisión, podría ser llamado el Padre del Pactismo en España. A la manera del emperador romano Augusto, gobernó sus muchos reinos con un control férreo, pero nunca hizo que los habitantes sintieran que estaban tratando con un autócrata. En Cataluña, por ejemplo, fue inicialmente rechazado como virrey de su padre al principado justo antes del estallido de la guerra civil catalana. Después de ganar la guerra, Fernando no insistió en mantener su victoria sobre la cabeza del principado como la mayoría lo haría. Inmediatamente se embarcó en tratar de encontrar la raíz del conflicto, que era triple: 1) Los catalanes todavía estaban amargados por el Compromiso de Capse. 2) Los catalanes tenían la impresión de que la Casa de Trastámara no daba mucha atención a sus antiguos fueros. 3) Los catalanes culparon a los Trastámaras por haber perdido su esplendor y prestigio del siglo 12-14. Fernando no podía cambiar su linaje, pero podía cambiar la percepción del mismo. Emprendió una serie de reformas drásticas que culminaron con Barcelona recuperando su posición perdida como el lugar principal del Mediterráneo occidental. Solicitó la ayuda del sultán mameluco Quitbay al hacer que firmara una ruta comercial exclusiva entre El Cairo y Barcelona en 1484 que resultó extremadamente lucrativa. Ahora que se restauró la prosperidad, Fernando se dedicó a hacer cumplir el estado de derecho redactando primero la Constitució de l'Observança, que exigía el cumplimiento, incluso por parte del Rey, de las leyes de la tierra. Ferdinand dijo famosamente: "Sería de poco valor hacer leyes y constituciones si no se cumplieran". Luego estableció la Real Audiencia de Cataluña como el tribunal civil más alto de la tierra en 1492. Con estos, cualquier noción de absolutismo se había disipado y el Principado respaldó plenamente a Fernando en todos sus esfuerzos. No es que estas reformas no tuvieran sus críticos. Fernando estuvo a punto de morir en las escalinatas de la Plaça del Rei el 18 de octubre de 1492.

El legado de Fernando, en pocas palabras, sería la manifestación física de la idea que era "España". En 1513, el territorio que abarca la España moderna había sido completamente adquirido y era más grande que en cualquier otro momento de la historia; se extiende desde la costa del Pacífico de América Central hasta Trípoli en el Mediterráneo. Si la custodia es una métrica válida, se podría argumentar que la España de Fernando tenía un punto de apoyo realista en el Levante; con el sultán mameluco Al-Ghuri otorgando la custodia de todos los cristianos que vivían en Jerusalén, Belén, Ramallah y Beirut a Fernando en 1504. ^[92] En sus propias palabras:

Durante más de 700 años la Corona de España no ha sido tan grande ni tan resplandeciente como lo es ahora, tanto en Occidente como en Oriente, y todo, después de Dios, por mi trabajo y trabajo. ^[93]

Una sucesión incómoda[editar]

Probablemente el mayor error de Fernando fue el doble matrimonio al que saltó con los Habsburgo austríacos el 20 de enero de 1495, donde su heredero aparente; Infante Juan, estaba listo para casarse con la hija del emperador Maximiliano; La princesa Margarita y el heredero aparente de Maximiliano; El archiduque Felipe, se casaría con su hija; Infanta Juana (que era la tercera en la línea de sucesión al trono en ese momento). A corto plazo, esto resultó muy beneficioso para ambos monarcas en el sentido de que sacudió a Francia; su enemigo inmediato, hasta la médula. Y cualquier sensación de peligro se disipó cuando en 1497 el infante Juan y la princesa Margarita anunciaron que estaban esperando un hijo, lo que aseguró firmemente la línea Trastámara. Nadie podría haber anticipado lo que sucedió después.

El 4 de octubre de 1497, mientras se dirigía a la boda de su hija en Portugal, un mensajero le transmitió a Fernando que su hijo yacía peligrosamente enfermo en Salamanca. Inmediatamente cabalgó hacia John con prisa y llegó a su cama momentos antes de fallecer. Ese mismo día falleció Juan, Príncipe de Asturias y Girona en brazos de su padre. El 8 de diciembre de ese mismo año, la princesa Margarita dio a luz a una hija muerta que efectivamente terminó con la línea conjunta-Trastamara. Casi un año después, el siguiente heredero aparente; Isabel de Aragón, reina consorte de Portugal, falleció el 23 de agosto de 1498 en Zaragoza mientras daba a luz a un hijo; Infante Miguel da Paz. La esperanza se reavivó en el sentido de que bajo él, la totalidad de Iberia (Castilla, Aragón y Portugal) podría unirse. Esto resultó fugaz porque el 19 de julio de 1500, él también falleció en Granada, allanando efectivamente el camino para que Juana y su esposo Felipe, ascendieran al trono de España.

Fernando fue inflexible en mantener a los Habsburgo lejos del trono. Y los rumores de problemas de salud mental de Joanna no estaban ayudando. Trató de convencer a Isabel de que pasara por alto a Juana en la línea de sucesión castellana en favor de su 4º hijo; María de Aragón, reina consorte de Portugal y su marido; Manuel, rey de Portugal, y prometió que haría lo mismo con la línea de sucesión aragonesa (a las mujeres no se les permitía ascender al trono aragonés sin modificar previamente los artículos de sucesión existentes). Pero Isabel fue igualmente inflexible en apegarse a la tradición y a los artículos existentes de primogenitura. La única otra opción que le quedaba a Fernando era separar la Corona de Aragón de la unión, desheredar a Juana (y por extensión, a Felipe) y nombrar a un heredero competidor. Esto fue algo que se encontró incapaz de hacer a su esposa (al menos, mientras ella estaba viva).

Así, en 1502, Juana y Felipe fueron juramentados como Príncipes de Asturias y Gerona ante los Cortés de Castilla y Aragón respectivamente. A partir de este momento, el control de la pareja sobre Castilla fue sólido mientras que en Aragón, justo después de su ceremonia de juramentación, Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza y Valencia, proclamó en voz alta que esto era puramente ceremonial ya que los artículos de sucesión aún no se han enmendado y Fernando todavía era capaz de engendrar descendientes masculinos en el futuro. De todos modos, ahora que Juana era heredera aparente al trono de España, sus rumoreados problemas de salud mental pasaron de ser meros chismes de la corte al centro del escenario político de Europa.

Estos rumores tenían dientes, como se ve en la última voluntad y testamento de Isabel. El 26 de noviembre de 1504, Isabel falleció, no sin antes reconocer a Juana como su Heredera Universal y Reina Propietaria en Castilla como Juana I de Castilla y, por extensión, Felipe como Rey consorte. Pero en este mismo testamento, incluyó una frase en la que si Juana "demostraba ser incapaz de gobernar" o si ella directamente no quería gobernar, Fernando debía asumir la regencia hasta que su nieto Carlos cumpliera los 20 años. Fernando intentó potenciar la cláusula de regencia pero aparte de las casas nobles de Álvarez Toledo dirigidas por el duque de Alba, Mendoza dirigidas por la Gran Tendilla, Enríquez dirigida por el almirante de Castilla, Frías dirigida por el condestable de Castilla y Guzmán dirigida por el duque de Medina Sedonia, ninguno de los otros hidalgos (que constituían 2/3 de la nobleza de Castilla) apoyó a Fernando.^[94] De hecho, ellos, liderados por el marqués de Priego (sobrino del Gran Capitán) y el marqués de Villena, se oponían vehementemente a que Fernando permaneciera en suelo castellano y mucho menos presidieran una regencia. Pronunciaron la frase más infame: "¡Viejo catalanote, vuélvete a tu tierra!". (¡Viejo catalán, vuelve a tu país!)

Felipe contempló brevemente la opción de un conflicto armado contra Fernando desembarcando en Andalucía y barriendo desde el sur. Pero el Señor de Belmonte le habló de ello, diciendo que privar a Fernando de cualquier opción y arrinconarlo le dejaría solo un camino viable, un camino que conduce directamente a través del propio Felipe. ^[95] Entonces, la pareja optó por desembarcar en La Coruña el 28 de abril de 1506 acompañados por un ejército de mercenarios alemanes y la facción anti-Fernando se apresuró a acudir a Felipe. Fernando tenía una de dos opciones: 1) iniciar una guerra civil y arriesgarse a una posible ofensiva franco-austriaca o 2) retirarse pacíficamente. Eligió la opción 2 y después de reunirse con Felipe y su "séquito" en Remesal, firmó el Tratado de Villafáfila el 27 de junio de 1506 y se retiró a Aragón, donde se dedicó a reestructurar y reformar el recién conquistado Reino de Nápoles. El 12 de julio de 1506, Cortés de Valladolid legitimó a Felipe como nuevo rey de jure de Castilla como Felipe I de Castilla. Pero reinó durante menos de 3 meses antes de sucumbir a la fiebre tifoidea mientras estaba en Burgos el 25 de septiembre de 1506. A estas alturas, Juana estaba más que delirante y se creó un consejo de regencia, presidido por el arzobispo de Toledo. Pero ahora los hidalgos, envalentonados por Felipe, se apoderaron de partes del país y desafiaron la autoridad del gobierno central. Además de esto, una hambruna golpeó como resultado de los rendimientos devastados de los cultivos. Los Cortés de Castilla rogaron a Fernando que se hiciera cargo de la regencia, pero no regresó hasta 1509, en el que dirigió un ejército contra el marqués de Priego y Villena y obtuvo un triunfo en Valladolid. Ese mismo año, ante los crecientes problemas de salud mental de su hija, la confinó en el Palacio de Tordesillas. Para facilitar su transición, permitió que su hija, la infanta Catalina, la acompañara durante su confinamiento. Se registra que Ferdinand dijo: "Enviar a mi hija a Tordesillas resultó más agotador que enfrentarse a los cañones franceses en el campo de batalla". ^[96]

De 1506 a 1516, Fernando, además de gobernar la Corona de Aragón y las Indias, también gobernó como Regente de la Corona de Castilla. Todavía inflexible en mantener a los Habsburgo fuera de sus propios reinos si era posible, engendró un hijo; Juan, príncipe de Gerona, que nació de su segunda esposa; Reina Germaine de Foix, el 3 de mayo de 1509. El niño no sobrevivió por más de unas pocas horas y volvió al punto de partida. Fernando entonces contempló brevemente hacer de su nieto homónimo, nacido en España; El infante Fernando, con quien incluso compartió un cumpleaños, es su heredero en oposición directa a Carlos, pero fue expulsado por el arzobispo de Toledo. El 23 de enero de 1516 falleció en Madrigalejo, y se dio a conocer su última voluntad y testamento; en la que había nombrado a Carlos y Juana, como sus herederos aparentes. El nombramiento de Juana como co-monarca fue estrictamente nominal (ya que no sería liberada de su confinamiento hasta el día de su muerte), mientras que Carlos, de 16 años, fue sobre quien recayó la carga real del gobierno. Fernando incluso dictó que Carlos fuera considerado mayor de edad a pesar de que era menor de edad con el propósito expreso de que asumiera el cargo de inmediato porque en este punto, España no podía permitirse un trono vacío. Esto Carlos no lo hizo (a instancias de su consejero principal; William de Croÿ), que le costó caro a España porque mientras España permanecía ociosa, sus enemigos (a saber, Selim el León) no lo hicieron.

¿Posible ascendencia judía? [editar]

Esta noción fue introducida en la corriente principal por el Papa Julio II, quien a espaldas de Fernando, se dirigió a él como "el Rey Marrano". El círculo íntimo de Ferdinand, que estaba compuesto predominantemente por conversos, ciertamente no ayudó a mitigar las acusaciones. Pero se sabe que Julio era bastante perjudicial con todos los íberos y a menudo usaba ese sobrenombre para describirlos en general. Otra persona notable a la que se dirigió como tal sería su predecesor; Papa Alejandro VI. En el caso de Fernando, sin embargo, había algo de verdad en ello. Todo parece apuntar al hecho de que de hecho poseía ascendencia judía, aunque remota, por parte de su madre. ^[97]

la madre de Fernando; La reina Juana Enríquez, también fue trastámara, aunque a diferencia de su marido, pertenecía a una rama cadete menor de la dinastía: la Casa de Enríquez. Este famoso y poderoso clan castellano fue fundado por su abuelo; Alfonso Enríquez, Almirante de Castilla. Fue uno de los hijos bastardos de Federico de Castilla, que a su vez era el hermano gemelo del rey Enrique II de Castilla (ambos eran dos de los muchos hijos bastardos de Alfonso XI de Castilla y su amante Leonor de Guzmán).

Los partidarios de Pedro I de Castilla (medio hermano de Federico) afirmaron que Alfonso era el fruto de una relación adúltera entre Federico y la esposa de Pedro; La reina Blanca de Borbón en un intento de justificar la crueldad de Pedro hacia ella. Pero a pesar de que los estudiosos no han llegado a un consenso en lo que respecta a la identidad de la madre de Alonso, parece que en realidad era el hijo de una mujer converso. Hay una anécdota sobre cómo las raíces judías de Alfonso resultaron ser un obstáculo para obtener la mano de una noble castellana; Juana de Mendoza. Galíndez de Carvajal en sus añadidos a 'Generaciones y semblanzas' de Fernán Pérez del Pulgar, relata el famoso caso del que Alfonso abofeteó a su futura novia después de que ella declinara su propuesta en público, diciendo: "¡Nunca! ¡Nunca! ¡Doña Juana de Mendoza nunca se casará con el hijo de una mujer judía!" ^[98]

También hay otra evidencia relacionada con la descendencia de Alfonso de conversos. Un autor anónimo en una súplica a Lope de Barrientos, obispo de Cuenca, protestando contra el saqueo y la matanza de judíos que ocurrieron en Toledo en 1449, describe los linajes relacionados con judíos y conversos: "Yendo más arriba, no es necesario contar los hijos, nietos y bisnietos del noble caballero y de gran autoridad, el almirante Don Alonso Henríquez, que por un lado desciende de Don Alfonso (Alfonso XI de Castilla) y Don Enrique el Viejo (Enrique II de Castilla), y por el otro lado, proviene de este linaje (judío)". ^[99]

El cronista portugués Fernao Lopes fue uno de los primeros en presentar una teoría generalmente aceptada por los historiadores modernos: que el almirante era hijo de una mujer judía llamada 'Paloma'. Doña Paloma era aparentemente una converso nacida en Guadalcanal, que también resultó ser una concubina de Federico de Castilla. Otros estudiosos como Diego Ortiz de Zúñiga cuestionan su lugar de nacimiento por haber sido Llerena. Según el Dr. Mario Sabán, paloma se llamaba Paloma Bat Guedalia y era hija de Shelomo Ha Zaken Ben David. ^[100]

También hay un caso registrado en el que mientras Ferdinand se dedicaba a la cetrería, su halcón comenzó a perseguir a una garza y voló fuera de la vista antes de darse por vencido para comenzar a perseguir a una paloma. Fernando, habiendo perdido el rastro, preguntó a uno de sus nobles acompañantes; Martín de Rojas, en cuanto al paradero de su halcón, a lo que respondió "Señor, ahí va tras nuestra abuela". En general se consideraba que la mayor parte de la nobleza castellana de entonces eran descendientes de Paloma. "Casi no hay caballero que no descienda de Doña Paloma" resultó ser una balada común en ese momento. Otra casa más notable anexa a Doña Paloma fue la Casa Ducal de Alba. También se cree que Federico Álvarez de Toledo, duque de Alba (primo del rey Fernando), tenía ascendencia judía. ^[101]

Niños[editar]

Con su primera esposa, Isabel I de Castilla (con quien se casó el 19 de octubre de 1469), el rey Fernando tuvo siete hijos:

Isabel de Aragón (1470-1498), princesa de Asturias y Gerona (1497-1498). Se casó primero con Alfonso, príncipe de Portugal, y después de su muerte se casó con su tío, el príncipe Manuel, el futuro rey Manuel I de Portugal. Murió dando a luz a su hijo, Miguel da Paz, príncipe heredero de Portugal y España que, a su vez, murió en la infancia.
Un hijo, abortó el 31 de mayo de 1475 en Cebreros.
Juan de Aragón (1478-1497), Príncipe de Asturias (1478-1497) y Gerona (1479-1497). Se casó con Margarita de Habsburgo. Murió de tuberculosis y su hijo póstumo con Margaret nació muerto.
Juana de Castilla (1479-1555), princesa de Asturias (1500-1504) y Gerona (1500-1516) y reina de Castilla (1504-1555) y Aragón (1516-1555). Se casó con el archiduque Felipe y fue la madre del rey Carlos I de España (también conocido como Carlos V). Debido a su inestabilidad mental, fue confinada al Palacio de Tordesillas indefinidamente por su padre y su hijo.
María de Aragón (1482-1517). Se casó con el rey Manuel I de Portugal, viudo de su hermana mayor Isabel, y fue la madre del rey Juan III de Portugal y del cardenal-rey Enrique I de Portugal.
El gemelo nacido muerto de María (sexo en disputa). Nació el 1 de julio de 1482.
Catalina de Aragón (1485-1536). Se casó primero con Arturo, príncipe de Gales, hijo y heredero del rey Enrique VII de Inglaterra. Después de la muerte del príncipe Arturo, se casó con su hermano Enrique, duque de York, que también se convirtió en príncipe de Gales y luego en el rey Enrique VIII. Por matrimonio, fue reina de Inglaterra, y fue la madre de la reina María I de Inglaterra.

Con su segunda esposa, Germaine de Foix (con quien se casó el 19 de octubre de 1505), el rey Fernando tuvo un hijo:

Juan de Aragón, príncipe de Gerona, que murió horas después de nacer el 3 de mayo de 1509.

También dejó varios hijos ilegítimos, dos de ellos nacieron antes de su matrimonio con Isabella:

Con Aldonza Ruiz de Iborre y Alemany, una noble catalana de Cervera, tuvo:

Alonso de Aragón (1469-1520). Arzobispo de Zaragoza y Valencia.

Con Joana Nicolaua, noble valenciana de Xàtiva, tuvo:

Juana de Aragón (1469-1522). Condesa de Castilnuovo y por matrimonio con Bernardino Fernández de Velasco, 1º Duque de Frías, Condesa de Haro y Duquesa de Frías.

Con Nazari Aixa bint Muhammad, hija del último sultán nazarí, Muhammad XII de Granada, tuvo:

Miguel Fernández (1494 - 1575). Caballero de Granada, Príncipe titular del Reino de Nueva Granada y Secretario de Francesco Melzi, Nicolás Maquiavelo y el Papa Adriano VI.

Con Toda de Larrea, una noble vasca de Guernica, tuvo:

María Blanca (1477 - 1537). Priora del Monasterio de Nuestra Señora de Gracia en Ávila. ^[102]

Con Juana Pereira, una noble portuguesa de Alcáçovas, tuvo:

María Esperanza (1480 - 1548). Abadesa del Monasterio de Nuestra Señora de Gracia en Ávila. ^[103]

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lunes, 7 de febrero de 2022

Ferdinand II the Catholic, King of Aragon ♛ Ref: RC-1452 |•••► #ESPAÑA 🏆🇪🇸★ #Genealogía #Genealogy